Luis Armando conoce el peligro de trabajar pólvora, pero es oficio que alimenta a su familia

“Sé muy bien el oficio y los riesgos” Luis Armando, uno de los pocos coheteros de la localidad, lleva elaborando voladores desde los 13 años
viernes, 15 de octubre de 2021 · 12:57

HALACHO, Yucatán.- “A los 13 años aprendí a trabajar (cohetes) al ver cómo mi papá metía la pólvora en los cucuruchos para elaborar los voladores, ahora, a mis 39 años, este es el oficio con el que he mantenido a mi familia y, aunque conozco el peligro que conlleva el manejo de este material, es lo que aprendí y sé hacer”, relató en entrevista para POR ESTO! Luis Armando Dzib Cocom, uno de los pocos coheteros en el municipio.

“A veces la Policía Estatal ha acudido a mi taller para señalarme que estoy cerca de una zona habitacional, pero yo le digo que manejo poca pólvora y es lo que hago para vivir. Ningún accidente ha ocurrido hasta ahora, gracias a Dios”, señaló para demostrar el cuidado que tiene al manejar el material explosivo.

“En mi taller sólo hacemos voladores y petardos, y aunque sé que no cuento con permiso de la SEDENA para el manejo de pólvora, sé muy bien el oficio, los riesgos y cuidados que conlleva realizarlo”, detalló al tiempo que envolvía una “gruesas e hiladas” que serían transportadas a Mérida para servir en las novenas de San Judas Tadeo, que realiza su clienta Claudia Cauich, quien comentó que cada año le encarga este tipo de fuegos artificiales, tanto para la celebración del mencionado Santo, como de las que realizan en el mes de diciembre a la Virgen de Guadalupe.

Luis Armando calcula que en el municipio hay al menos 45 personas que se dedican a la elaboración de petardos y voladores; sin embargo, muchos de ellos dijeron que ya han dejado el oficio ante el temor de que sean señalados por trabajar con pólvora.

El cohetero indicó que anteriormente tenían ventas durante todo el año, pues las fiestas patronales y los 

gremios de los pueblos del Estado eran su clientela segura, pero debido a la pandemia y la suspensión de estas festividades sus ventas y trabajo se han visto afectados.

Dijo que espera que las festividades decembrinas, como las novenas dedicadas a la Virgen de Concepción o de Guadalupe, ayuden a que aumente la venta.

“No hay trabajo y sólo pocos viene a encargar cohetes. Ahora me piden para las fiestas de San Judas Tadeo”, santo que se celebra el 28 de octubre, indicó.

Detalló que cuando tiene un pedido de voladores, los cuales se venden por docena, emplea entre dos a cinco horas elaborándolos, siendo que regularmente lo hace por encargo debido a que no acostumbra acumularlos para evitar algún accidente. “Yo la verdad no produzco mucho, lo que me encarguen es lo que elaboro, me avisan dos o tres días antes para que los vengan a buscar y no se mantenga mucho tiempo en bodega”, externó.

Señaló que acumular el producto es lo que hace peligroso este oficio, pues las altas temperaturas del Estado pueden causar algún accidente, motivo por el cual prefiere seguir elaborándolo bajo encargo.

Al preguntarle su opinión sobre la reciente explosión en Ticul en la que murió una pareja de la tercera edad, que consideró que fue algo muy extraño y la atribuyó a alguna causa como un corto circuito, pero no cree que se haya debido al mal manejo de la pólvora, porque los que la trabajan llevan años de experiencia en los cuidados del material para evitar accidentes. “Lamento la explosión sucedida en el municipio de Ticul, sé que fallecieron dos personas, pero por la hora de la madrugada que sucedió pienso que se debió más por algún corto circuito”, opinó.

Dijo que el miedo por el manejo de la pólvora lo tiene todos los días; sin embargo, es su trabajo y lo que 

sostiene a su familia, por lo cual le tiene que hacer frente y tomar las precauciones y cuidados.

“Desde hace cinco años me independice y sólo elaboro petardos y voladores, los morteros son más peligrosos porque utilizan material químico, se ven bonitos los colores, pero son más difíciles en su elaboración”, explicó el cohetero.

Destacó que la pólvora la consigue en la ciudad de Mérida y quien se lo surte consigue la materia prima de china, pero nunca compra mucho para no acumularlo.

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aarl