Sacuchero: La historia del príncipe maya que se convirtió en escarabajo

El conflicto entre dos pueblos no fue impedimento para que Sacuchero se enamorara de Lol Mukuy, sin imaginar que su amada ya no regresaría
lunes, 5 de julio de 2021 · 14:34

El sacuchero es un escarabajo coleóptero de color verde oscuro metálico que es común verlo en el mes de junio y julio, suele medir alrededor de 2 a 4 cm, no son venenosos, son completamente inofensivos y son conocidos por su torpeza, pues muchas veces vuelan tan rápido que chocan y caen de espaldas en el suelo al grado de ser incapaces de levantarse.  

Pero, ¿sabías que detrás de este peculiar animalito existe una leyenda maya conocida en todo el estado de Yucatán? Se dice que hace muchos años existieron dos pueblos que eran enemigos y cada que tenían oportunidad se atacaban entre si, así que todo el tiempo se derramaba sangre entre los dos pueblos.

El rey del norte tenía una hija llamada Lol Mukuy, sobresalía por su belleza y su corazón generoso. El rey del sur, por el contrario, se enorgullecía de su hijo un joven altivo y el mejor guerrero que tenía. Su nombre, Sacuchero, por un collar de jade tornasol que colgaba de su pecho.

Una mañana de mayo, los jóvenes príncipes fueron a refrescarse a un cenote que se encontraba en los límites de ambos pueblos y que se llamaba Dzidzilché, por la cantidad de árboles del mismo nombre que lo rodeaban. Ixchel, la diosa enamorada, hizo que los corazones de Lol Mucuy y Sacuchero quedaran enlazados desde ese momento.

A partir de ese instante todos los días por las mañanas acudían sin faltar al mismo lugar y a la misma hora. Por muchos días, que a los enamorados les pareció uno solo, vivieron extasiados en el amor puro que los unía. Hacían planes sin tomar en cuenta la enemistad de décadas de sus pueblos. No faltó un curioso que, pasando por ahí, viese a la joven pareja y reconociendo a la princesa, fue a contar al rey del norte lo que había descubierto.

K’ab tunich, como era conocido por su fiereza y crueldad, decidió sacrificar a su hija a los dioses antes de verla casada con el hijo de su enemigo.

Ignorando el destino de su amada, Sacuchero llegó esa mañana al cenote de agua transparente, pero la bella Lol Mucuy no se presentó. Sacuchero esperó todo el día sin resultado. Día a día al mostrarse el sol y al ocultarse, el joven guerrero esperaba a su amada como todos los días bajo el árbol de dzidzilché.

La fortaleza de Sacuchero se iba apagando sin remedio por la ausencia de la mujer que amaba. Yum k’aax, compadeciéndose de él lo transformó en el escarabajo verde que ahora conocemos como Sacuchero, por eso se le encuentra en el árbol de dzidzilché bebiendo el néctar, y muy seguido entra a las casas en busca de Lol Mucuy.

En Yucatán los pequeños usaban estos animalitos para jugar y los ataban a un hilo, los hacían girar alrededor de ellos, simulaban un diminuto avión de juguete.  Por fortuna esta práctica ha desaparecido.

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CA

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