Campeche

Pan de Muerto, tradición que no muere

Como cada año las panaderías deleitan a los carmelitas con el tradicional Pan de Muertos, una tradición que sigue viva a pesar del paso de los años.

Ana Tejero, quien atiende la Panadería Moka, con 40 años de servicio a la comunidad, instalada en el Mercado Alonso Felipe de Andrade, narró cómo la elaboración de este pan forma parte de una costumbre que se pasa de una generación a otra.

“El Pan de Muerto es una tradición de muchos años que hemos traído nosotros y siempre nos responde bien la gente, la compra la dejan a lo último, pero siempre responden de forma positiva”.

Con una sonrisa y apurada atendiendo a las personas que preguntaban por pecios y por el pan, Ana sostuvo que las ventas estaban siendo altas.

“Por hoy -ayer- nos está yendo muy bien, era lo que esperábamos a pesar de la crisis que se registra en la Isla, nos da gusto que la panadería siempre vende muy bien a estas fechas”.

Hacemos por encargos, para compañías, lo que gusten, nosotros tenemos pedidos a domicilios, sobre todo cuando son pedidos grandes, tenemos compañías que nos han vendido.

Hornos encendidos

“Todo el día estaremos trabajando, hoy -ayer- y mañana, a cada rato está entrando pan calientito con nosotros recién salido de los hornos de nuestra panadería”.

Ana Tejero describió que venden dos tipos de panes, uno circular y otro alargado (riñón) que se han vuelto los tradicionales por la gente en estas fechas en Carmen.

“El Pan de Muerto que tenemos es el ‘riñón’, que lo hacemos de membrillo y queso ‘Philadelphia’, y el de Pomuch o calabaza, ese se hace accesible, hay de 100 y 50 pesos, accesible al público que lo pueda llevar”.

Tenemos también “riñones de ajonjolí” para quien no quiere comer mucha azúcar, sostuvo la entrevistada mientras mostraba las piezas a personas que seleccionaban el pan que estaban comprando.

Agregó que estas tradiciones y el oficio de la elaboración de pan es algo que heredó y heredará a sus hijos que espera lo pasen a sus descendientes también.

“Esto es lo que heredamos de Pomuch, nosotros como católicos le ponemos nuestros altares a nuestros difuntos como lo marca la tradición y nuestros hijos van a replicar lo mismo”.

(Texto: Agustín Ferrer /

Fotos: Antonio Maldonado)