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Los Colaboradores del Cristo Negro Señor de San Román es un gremio de fe y sus integrantes no sólo participan con devoción hacia la figura que este año cumple 453 años de su arribo a tierras campechanas, sino también por lo que les transmite e incluso lo que consideran como los milagros que ha hecho.
Actualmente sus integrantes son 34 personas entre campechanos tanto del tradicional barrio de San Román, como de otros puntos de la ciudad e incluso de Ciudad del Carmen, Cancún, Quintana Roo, y Palenque, Chiapas.
La mayoría ya va por más de 50 años, sin embargo hacen falta nuevos miembros y aunque se cuenta con integrantes con 23 años es necesario contar con más jóvenes por la fuerza que se necesita para los traslados, bajadas y subidas de la imagen con un peso de 100 kilogramos. Que se incrementa de acuerdo al sitio donde se coloque.
El Gremio de Colaboradores toma su nombre tras la desaparición del Gremio de Marinos, que era la base del apoyo en los festejos del Cristo Negro. Junto con el Gremio de Señoras y de Artesanos es de los más antiguos, aunque sobresale el Gremio de Artesanos, cuyo estandarte data de 1890.
Inmersos en los festejos del Cristo Negro, es un año más de fe, devoción, pero sobre todo amor que le prodigan los creyentes en su figura y, que cada año, vienen a visitarlo y cuyas abuelas, madres o padres inculcan ese amor a sus hijos para ir a besarlo y posteriormente llegar a las procesiones o recorridos por mar o tierra, como se hace anualmente.
Una fe que para muchos no decrece, mientras que para otros es necesario fomentar para que no decaiga y se siga conservando esta devoción, que llegó casi con el nacimiento de la ciudad y la conformación del Campeche de hoy.
Los orígenes
El ex coordinador del Gremio de Colaboradores, Juan Rico Casanova, habla sobre la formación de la cofradía a la cual pertenece desde hace 38 años.
Recuerda que el gremio “inicia como tal en el año de 1979 a raíz de la desaparición del Gremio de Marinos, que eran los encargados de las actividades que hoy propiamente nos compete a nosotros”.
“Al acabarse la Marina Mercante los fundadores prácticamente decidieron retirarse por edad avanzada y obviamente por fallecimiento”, acota.
En ese 1979 se tenían cuatro integrantes: Efrén Cruz Aguilar, Agustín Aguilar García, don Hilario Aguilar Zumárraga y Jesús Saucedo. De esos cuatro solamente vive Hilario Aguilar Zumárraga, conocido también como “Churilo” y con una edad de 96 años.
En 1979, agrega, es cuando desaparece el Gremio de Marinos y en 1980 se vuelven a reunir para las actividades de la celebración del Cristo, pero ya no son marinos y empiezan a ayudar, “y a raíz de esa ayuda y ese servicio surgió la palabra Colaboración”.
Por lo que aquellos cuatro ex marinos comenzaron a hacer un juego de palabras y como estaban integrados por marinos, maestros y cualquier otro tipo de profesionistas, al final de cuentas, lo que venían a hacer era a colaborar. Por ello, el grupo cambia al nombre de Gremio de Colaboradores.
Rememora que fue en 1980 el primer año en que entran como tal, “no portamos ningún estandarte porque todo fue precisamente en las fiestas y ya no dio tiempo de la elaboración de un estandarte, fue hasta el año siguiente 1981 cuando entramos con nuestro estandarte”.
Incluso revela que el estandarte se encuentra en el Museo de las Reliquias del Cristo Negro, “que para nosotros es un estandarte emblemático, histórico, y ahí se conserva”. Y añade que “hoy en día tenemos un nuevo estandarte con el que hacemos nuestra alborada y nuestro paseo el día que nos corresponde, que es el último día de la fiesta”.
De los gremios más antiguos resalta el “de artesanos, el Gremio de Artesanos ya tiene más de 100 años, de hecho su estandarte, el original, data de 1890; entonces si estamos hablando que ese estandarte es de ese año, imagínate, ya tiene más de 100 años”.
“Le sigue el Gremio de Señoras, obviamente nosotros después de la fusión de marinos a colaboradores, dentro de los más tradicionales también se encuentra el Gremio de Abastecedores, que esos gremios tradicionales tienen un día específico durante la fiesta”, especifica.
Explica que a las señoras les corresponde el 14 de septiembre, a los abastecedores, el 21 día de la Fiesta de San Mateo, y a los artesanos, el 22. A los colaboradores, el último día de actividades con el que se cierran las fiestas al Cristo. “Ya los demás se van acomodando con base en el calendario que nos presenta cada año la actividad”, apunta.
El coordinador actual
Juan Tiburcio Vázquez, es el Coordinador actual del gremio de Colaboradores del Cristo Negro de San Román, pero todos lo conocen como “La Sombra”.
Durante la custodia a la imagen del Señor de San Román accede a la entrevista, por lo que en unas bancas de la iglesia recuerda que tenía 17 años cuando comenzó a hacer alguna actividad para el gremio y ahora cumplió 33 años de servir.
Entre la memoria relata que fueron sus amigos quienes lo acercan a la parroquia. “Yo vine aquí por amigos; un día estaba aquí parado y me dijeron si podía poner un rosario en la parte alta del baldoquín para que me subiera en la escalera.
Dije que sí y de ahí hasta la fecha. Empezaba a venir como invitado, ya después pertenezco al gremio de colaboradores”.
Oriundo de la calle 22 del Barrio de San José, cerca de la capilla del mismo nombre, explica que la función de los Colaboradores “es la custodia, el traslado, el movimiento, todo lo que abarca, todo lo que es para el Señor. Si hay que bajarlo, si hay que subirlo”.
Agrega que “a veces nos dedicamos a la limpieza de la iglesia, es un grupo que pertenece a la iglesia y las actividades que tenemos que hacer las realizamos, pero aparte nuestra custodia y el traslado del Cristo”.
De los requisitos para ingresar manifiesta que es al “que guste y desee de todo corazón puede venir; antes decían que tenías que ser descendiente de marinos; aquí tenemos maestros, licenciados, biólogos, de muchas actividades, sin ser sanromanero, el que gustes y desees, puedes venir”.
Aclara que lo se debe cumplir es asistir a las “juntas el fin de cada mes, participamos en las misas. En todas las actividades que se requieren para Semana Santa, para lo del Cristo para mayo, para otras actividades, si somos requeridos, hay que participar y orar”.
Con 52 años de edad, detalla que el Gremio de Colaboradores actualmente lo integran unas 33 personas, además de una familia que viene desde Cancún, que viajó para ayudar en el recorrido por el mar, además de Ciudad del Carmen y Palenque.
Relata que es originario de Yucatán, pero su esposa es campechana, entonces a raíz de eso incrementó su fe y ya tiene cinco años que participa en las celebraciones, misma cantidad de años en que se involucró una familia carmelita.
De las edades de los integrantes señala que son personas de 60 y 70 años, así como un grupo de más de 50 años y algunos jóvenes que acaban de ingresar, de 22 y 23 años. Además de quienes son mayores como don Hilario Aguilar, con 96 años.
Invitó a los feligreses o creyentes que deseen incorporarse al gremio, lo pueden hacer “todo el que desee venir, no hay ningún problema, porque ya hay mucha gente grande, que no puede cargar las cosas, no tienen la fuerza pero nos aportan su experiencia, su apoyo hasta que ellos puedan, pero el cargar es lo que se necesita”.
Y da volumen de peso, “el Cristo pesa aproximadamente así como está ahorita con su cruz y todo viene llegando casi a los 100 kilos, más aparte si se pone en su plancha, viene pesando arriba de los 250 ó 270 kilos”.
“Cuando se traslada en su urna es un poco menos; cuando lo trasladamos a los municipios, los trasladamos en una urna que pesa aproximadamente de 150 a 170 kilos”, precisa.
De lo que significa para él ser colaborador, enfatiza, “es un orgullo, muchas personas desearían estar en mi lugar, yo creo; no sé porque, pero aquí estoy, y el Señor me ha traído acá, y aquí estoy, pos sirviéndole en todo lo que yo puedo mientras pueda”.
Como casi todos, el primer contacto con el Cristo Negro fue a través de la familia, “de chamaco mi mamá y mi abuela me traían desde la bajada. Primero veníamos a misa y luego subirte a los carruseles como era antes”.
Considera que la fe sigue siendo la misma; sin embargo, hay cierta reticencia de los fieles, ya que se les explica el riesgo que representa para la imagen los anillos por la posibilidad de que se rayé la madera, y no les agrada la recomendación.
Por lo que expresa que viene decayendo la fe por lo que propone, “fomentar entre los niños porque se han perdido muchos los valores” ante como está la sociedad, por el uso del celular y de la tableta entre los chamaquitos.
Milagros del Cristo Negro
Para el ex coordinador Rico Casanova “estar aquí sirviendo a Jesús Cristo a través de esta imagen del Cristo Negro Señor de san Román representa para mí lo más valioso y lo más maravilloso que el señor nos ha concedido”.
Y aunque se considera indigno de servirlo asevera que es porque así lo ha querido “y lo hago con mucho amor, fe y devoción” desde hace 38 años de servicio.
“En el grupo he visto y he presenciado con mi propia familia y conmigo mismo, esas necesidades y esos milagros que esta bendita imagen realiza”, asevera.
Además asegura que la fe aumentó y con ello la participación de los fieles. “En los días de veneración es increíble que pese a las inclemencias del tiempo la gente se desborda, hoy por hoy estamos llevando y vamos a dar a conocer al término de la fiesta el dato exacto, muy cercano, de cuántos fieles llegaron a visitar al Cristo”.
Plantea que la imagen “físicamente está en Campeche pero la devoción hacia él va más allá de los límites de nuestro estado, cada año vienen gente de otros estados, de otros países, que por redes sociales o por familiares que platican y sienten esa curiosidad y después la necesidad de conocerlo. Y se hacen presentes”.
Familias enteras visitan la imagen expuesta y durante los 365 días del año el santuario no se queda solo porque continúa la asistencia de familias completas.
Reconoce que “la proyección que da a través de las redes sociales y los medios de comunicación juegan un papel fundamental y es esa parte que nos motiva y nos impulsa seguir adelante y dar lo mejor”.
De los milagros asevera que durante estos años ha presenciado vivencias y agradecimientos y ejemplifica que existe una pareja que tras su matrimonio tenía la esperanza de formar una familia; sin embargo, al no poder embarazarse asistieron a diversos estudios médicos sin resultados positivos.
Por ello se les planteó la posibilidad de adoptar aunque no fue una idea bien recibida, aunque al final de cuentas en los hospicios hay niños sedientos de amor maternal si no puedes concebir.
Por lo que en una cena del 24 de diciembre le comunican que decidieron adoptar un bebé, luego de ocho años de matrimonio sin poder embarazarse; sin embargo, 15 días después alrededor del 6 de enero les dicen que les tienen una noticia y, cuando llegan, la señora con alegría y llanto expresa que le acaban de confirmar que está embarazada.
“Dios premió su fe, su espera, y les mandó una niña, que ya cumplió cuatro años llena de vida, y cada que pueden vienen a adorar al Cristo Negro, pues consideran que fue un milagro”, afirma.
Y manifiesta que como esta historia, “hemos escuchado, hemos visto infinidad de testimonios” de quienes tienen la libertad de contártelo; sin embargo, “viene gente de fuera o gente de Campeche que viene y que ha recibido las bendiciones pero viene particularmente y le agradece”.
Con solo 11 años de colaborar
José Luis Contreras Campos tiene 42 años y vive en la calle Talamantes del barrio. Y como muchos sanromaneros su abuelita lo llevaba a la procesión o a las actividades de la iglesia en conmemoración al Cristo.
Y ahora tiene 11 años de ser parte del gremio de Colaboradores, ya que ingresó en el año 2007, además de ser “un honor estar sirviendo al Cristo Negro en la parroquia de San Román”.
A su sobrino, agrega, es a quien le inculca la adoración a la imagen para que no se pierda esa devoción y fervor.
Como colaborador aseguró que “hay veces que uno se ve muy delicado de salud y viene a pedirle al Cristo. Y sigue adelante”, lo mismo sucede con los feligreses y creyentes que piden para ellos o sus familias.
(Redacción / POR ESTO!)