Campeche

Contrario a la pasada administración municipal, en la cual se realizaba la rehabilitación de vialidades con concreto hidráulico, el desgobierno del Espurio Oscar Rosas González presume que la “modernidad” ha llegado a la Isla con la pavimentación de chapopote de la calle privada Esperanza Caldera en el fraccionamiento La Esperanza.

A través de sus redes sociales el ilegítimo Presidente Municipal celebró con bombo y platillo una de sus obligaciones como servidor público, buscando el elogio y el reconocimiento por la administración de los recursos municipales, como si de un favor a la ciudadanía se tratara el que realice sus obligaciones.

Para su mala fortuna, la suspicacia de los carmelitas no pudo faltar, pues fueron varios los ciudadanos quienes le señalaron el pésimo material de la rehabilitación vial que tanto presumió.

Entre los comentarios con evidente enojo por lo que consideraron una completa burla, destacaron algunos en los que se señalaba: “Siempre con chapopote y al madrazo, todo por ahorrarse dinero”, dinero que cabe señalar es de carácter público, por lo que los isleños sintieron que se estaba presumiendo una deficiente obra hecha con sus propios impuestos.

“Háganlo con concreto, el asfalto se destruye con las lluvias y es temporal la reparación. Hagan que nuestros impuestos pagados al municipio sean inversión y no gasto recurrente”, advirtió otro ciudadano.

Como se recordará, hasta antes de la administración municipal 2015-2018, el estado de las vialidades de la Isla era sumamente deplorable, ya que los dos gobiernos anteriores, ambos emanados del PRI con Aracely Escalante Jasso y el ex convicto Enrique Iván González López, se caracterizaron por la misma práctica que ha resucitado el espurio Rosas González, pavimentar con simple chapopote que no representaba una mejoría real.

Tal como apuntaron los indignados internautas, las pavimentaciones de chapopote suelen tener una vida útil demasiado corta, pero que es usada por políticos simuladores como Rosas González como los grandes logros, además de servir para justificar gastos, pues suelen invertir en varias ocasiones sobre la misma vialidad, luego de que efectivamente las lluvias terminen por deslavar rápidamente la delgada capa de chapopote, como la que se colocó en la calle Esperanza Caldera.

(Texto: Carlos Valdemar / Fotos: Carlos Valdemar / Especial)