DZITBALCHE, Calkiní, Cam., 25 de enero.- Una de las regiones hídricas más sanas de la Península de Yucatán corre el riesgo sucumbir, ante la inminente ejecución del proyecto de una mega granja porcina incentivada por el Grupo Porcícola Mexicano, propietario de la marca Kekén, empresa que, prácticamente, tiene el monopolio del abasto de carne de cerdo en la Península de Yucatán y ahora se ha propuesto abastecer al mercado japonés.
Si alguien pregunta a los ciudadanos de Dzitbalché si tienen conocimiento sobre el proyecto para la producción intensiva de cerdos, que compromete una inversión de varios miles de millones de pesos, éstos seguramente manifestarán que lo desconocen, a pesar de que dicho plan está siendo fomentado por el gobernador del Estado, Alejandro Moreno Cárdenas, e incluso inversionistas del ramo de la comunicación.
Hace unos días, el Consejo Consultivo del Agua A.C. retomó la noticia divulgada por la agencia EFE, en la que precisa que hace referencia a la problemática que se presentó hace dos años en el municipio de Kinchil, en donde hace ocho años Kekén abrió una de sus plantas porcícolas más importantes.
Los pobladores del citado municipio yucateco han reportado el deterioro del medio ambiente, pero sobre todo de sus recursos hídricos en la zona donde fue establecida la granja, ya que la empresa ha sido incapaz de darle un manejo adecuado a los desperdicios que genera.
En octubre del 2018, el Juzgado Cuarto de Distrito, con sede en Mérida, concedió la suspensión definitiva de la mega granja porcícola del municipio de Homún, sitio donde se encuentra la principal zona de recarga de los cenotes de la entidad.
El juicio de amparo, cuyo expediente es el 1128/2018, fue presentado el 28 de septiembre pasado por 6 niños y adolescentes de Homún, reclamando la violación a sus derechos por el funcionamiento de la mega-granja porcícola, con capacidad para 49 mil cerdos.
Sin embargo, en lo que parece una determinación enfermiza por un grupo empresarial, entre los que se encontraría la familia García Gamboa (Grupo Sipse), la expansión de las granjas porcícolas con propósitos exportadores (principalmente al mercado japonés), pretenden establecerse ahora en el Municipio de Calkiní.
Ignoran a la autoridad municipal
Entrevistado al respecto, el presidente de la Junta municipal de Dzitbalché, Carlos Sánchez Flores, declaró a POR ESTO! que, oficialmente, no tiene conocimiento del proyecto porcícola, porque los empresarios no han tenido contacto alguno con la autoridad local.
Enfatizó que para que el proyecto sea autorizado se requiere de una serie de autorizaciones por parte del Gobierno Municipal, y, aunque éstos hayan sido tramitados en la cabecera municipal (Calkiní), se debe dar conocimiento del hecho a la Junta municipal, lo cual no ha ocurrido hasta el día de hoy.
Ecología contra desarrollo económico
Sánchez Flores consideró que de ninguna manera su administración puede estar en contra de la inversión privada, sobre todo cuando genera empleos y bienestar social, pero que, desde luego, tampoco estaría de acuerdo con que Dzitbalché importe problemas de índole ambiental y social.
Consideró que si la empresa que está a cargo del proyecto porcícola, mismo que estaría asentado en la Ex Hacienda de La Mercedes (Xpankutz) y terrenos aledaños, llevará a cabo un proyecto que generará bienestar social y económico al municipio de Calkiní, entonces, es bienvenido.
Sin embargo, manifestó que también es cierto que, hasta el día de hoy, quienes están al frente del citado proyecto no han tenido el detalle de acercarse a las autoridades de la Junta municipal, por lo que éstas únicamente saben de oídas.
El alcalde Sánchez Flores manifestó que, si el Gobierno Federal dio luz verde a quienes promueven el proyecto porcícola, es porque éstos deben tener todo en regla. Asimismo, afirmó que de ninguna manera los pobladores de Dzitbalché podrán estar de acuerdo con que aquí se asiente una empresa que ponga en riesgo los recursos naturales.
Consideró el entrevistado que esto no debe tratarse de un enfrentamiento entre empresarios y quienes defienden el medio ambiente y el buen uso de los recursos naturales, sino que las cosas se hagan bien, en beneficio de la comunidad, la cual –reconoció- no debe de pagar las consecuencias y errores de quienes no cumplen con la norma establecida o se oponen sistemáticamente a toda clase de proyectos.
Abordado sobre el mismo tema, el presidente del comisariado ejidal de Dzitbalché, Antonio Chan May, en primera instancia, declaró que desconocía la existencia de algún proyecto porcícola, pero luego reconoció que estaban en contacto con una persona de apellido Roca, con quien se tendrían que reunir para atender lo concerniente a la delimitación de linderos.
Ante la insistencia de los reporteros –ya que el tema ha atraído a varios representantes de la prensa- el ejidatario reconoció que fue lanzada la primera convocatoria para atender lo relacionado con la definición de colindancias con el predio donde será establecido el multicitado proyecto porcícola. La fecha definida en el primer llamado a los interesados fue, precisamente, este viernes 25 de enero.
Lo que se sabe es que todavía durante la gestión del presidente Enrique Peña Nieto, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), dio trámite al proyecto para la engorda de ganado porcino en la localidad de Dzitbalché, municipio de Calkiní, en una superficie superior a las 170 hectáreas, ubicadas en las inmediaciones de la Finca denominada Las Mercedes. El trámite se realizó desde diciembre del 2018.
En el registro de la Semarnat se especifica que en este megaproyecto participarán el Centro Porcícola San Ignacio Temozón S.P.R. de R.L., Productores Porcícolas Bacabchén S.P.R. de R.L., Porcícola Bacabchén S.P.R. de R.L. y Centro Porcícola Quinta Real S.P.R. de R.L. Es decir, cuatro módulos que albergarían una población de 10 mil cerdos cada uno.
Prospecciones hídricas
Pero, aunque la mayoría de los trabajos se han realizado de forma casi clandestina, pobladores de Dzitbalché convocaron a varios medios de comunicación para que constataran lo que está ocurriendo desde hace varios meses en los terrenos de la Ex Hacienda Las Mercedes y los terrenos ocupados por ejidatarios de la comunidad.
Estos ciudadanos manifestaron de forma anónima que en los predios en referencia, situados a lado de la colonia Xpankutz, en el sitio conocido también como Las Mercedes, se estaba observando gran actividad por parte de una empresa foránea. Las versiones que, a nivel local, se dejaron correr fue que se estaban realizando prospecciones para la ubicación de hidrocarburos, pero finalmente resultó que se trataba de los trabajos previos para la perforación de varios pozos de agua.
El enojo de los pobladores también fue incentivado por la introducción de maquinaria e intrusión de personas en los vestigios de la Ex Hacienda, en donde también están establecidas varias familias que se dedican al cultivo de maíz.
Los reporteros de POR ESTO! realizaron una incursión al sitio señalado por los ciudadanos, mismo que está ubicado muy cerca de la mancha urbana, por el cual se puede entrar a través de una vereda que entronca con la carretera estatal que conduce hacia la comunidad de Santa Cruz.
Durante el recorrido se pudo constatar en el terreno rastros vinculados con el uso de equipo para prospección hídrica, por lo menos en dos sitios. Uno de ellos ubicado a una distancia aproximada de 100 metros del lugar donde está el pozo que surtía de agua a la Ex Hacienda.
Postura de profesionista
“Dzitbalché es una comunidad con una historia muy rica. Es sin lugar a dudas una de las poblaciones modelo de Campeche y el mundo. Su recurso humano vivo es su gente, integrada hoy a la cultura universal. En su geografía hay constancia viva de una cultura ancestral como lo es la maya, así como del paso trágico del conquistador.
“En sí, Dzitbalché es una comunidad autosuficiente, en muchos aspectos. Es cierto, no podemos apartarnos de la realidad que hoy vive nuestro país y el mundo, un mundo que todo lo ha metalizado.
“Lo que debemos poner en la balanza es lo siguiente: Vale la pena que unos foráneos, que gente sin amor y apego a esta tierra, la utilice, contamine y enferme, con el único propósito de satisfacer sus ambiciones económicas o debemos anteponer nuestro derecho a preservar nuestro entorno y a seguir la ruta natural que nos fijamos como comunidad.
“Por ser un proyecto importado, el de la mega granja no necesariamente persigue los mismos intereses de quienes viven en Dzitbalché. El objeto de estos inversionistas es más simple: acumular más riqueza, la cual no necesariamente pretenden compartir con los campechanos”, opinó el antropólogo Elías Berzunza.
Oriundo de esta Junta municipal perteneciente a Calkiní, Berzunza consideró que es necesario que las autoridades, los inversionistas y todos los interesados se “abran ante la sociedad” y expliquen en qué consiste su proyecto.
El entrevistado consideró que, con el argumento de que se generarán 100 o 200 empleos, se debe de priorizar la realización de un proyecto que evidentemente será subsidiado con los recursos humanos y naturales de una comunidad.
“Tenemos varios ejemplos, como el de Ciudad del Carmen, que al paso de los años únicamente nos dejaron constancia de empobrecimiento ambiental y social. Yo creo que hay que advertir a la comunidad que una de sus principales riquezas es la posesión de agua de buena calidad y que en donde este tipo de proyectos se han asentado, generalmente han infectado los acuíferos”, opinó el entrevistado.
Prospección de recursos hídricos subterráneos
Según algunos autores e instituciones, como la Comisión Nacional del Agua (CNA), el Estado de Campeche cuenta con cuatro cuencas y siete regiones hidrológicas, constituidas por aguas superficiales y subterráneas. Calkiní está ubicada en el área de cuencas subterráneas, en donde la existencia del recurso hídrico depende demasiado de las precipitaciones pluviales.
Sin embargo, de acuerdo al trabajo realizado por diversas instituciones y científicos, en este región de la Península de Yucatán, el recurso hídrico continúa siendo muy sano, en comparación del que se obtiene de fuentes superficiales.
(Joaquín Vargas / Fotos: Dismar Herrera)