Desde el sonado “Pemexgate”, hasta las fraudulentas elecciones municipales de Ciudad del Carmen ocurridas el pasado 2018, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha contado con un aliado y financiador clave para sus campañas políticas, la mafia sindical del STPRM que éste miércoles perdió a su principal figura con la renuncia de Carlos Antonio Romero Deschamps de la dirigencia nacional, pero que sigue manteniendo toda su estructura en las secciones del Sistema Nacional Petrolero, donde los caciques locales cuentan con un largo arraigo y vínculos de compadrazgo con este instituto político.
En Ciudad del Carmen, dos de los líderes sindicales petroleros más polémicos, Víctor Kidnie de la Cruz, de la Sección 47, y Luis Gerardo Pérez Sánchez, en la 42, han sido incluso defendidos tanto por el ex gobernador Alejandro Moreno Cárdenas como por el acalde espurio Oscar Rosas González.
En el caso de Kidnie de la Cruz, vale la pena recordar que fue postulado como candidato a diputado federal durante las pasadas elecciones del 2018, al ser integrado en la lista de plurinominales, aunque lejos de los primeros sitios, pues ocupó el decimotercer lugar con pocas posibilidades de lograr una curul, su postulación ignoró completamente las investigaciones por fraude que fueron iniciadas meses antes por la Fiscalía General del Estado (FGR), a las que se dio carpetazo.
Y entre el 2009 y el 2012, el polémico cacique sindical de la 47 ya había sido diputado federal por el PRI, dejando en claro la perniciosa relación entre el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) y los millonarios recursos que maneja, con el vetusto instituto político.
De jeque petrolero a financiador de campañas
El defenestrado líder Carlos Antonio Romero Deschamps forjó una larga trayectoria como fiel “soldado del PRI” desde antes de su asunción al poder máximo poder sindical en 1993, de la mano del ex Presidente Carlos Salinas de Gortari, y ya encumbrado tomó un papel preponderante dentro del instituto político, que pese a sus escándalos de corrupción, también lo arropó como uno de sus más ilustres militantes, pues resultó ser la fuente de financiamiento indicada para las más oprobiosas candidaturas presidenciales.
Dentro de su trayectoria política ocupó en cinco ocasiones una curul federal, todas por el PRI, tres ocasiones en la Cámara de Diputados y dos veces en el Senado de la República, primero en el inicio de su carrera, en el periodo 1979 a 1982, durante el sexenio de José López Portillo.
Tras la caída de Joaquín Hernández Galicia, ‘La Quina’, a principios del salinismo, fue premiado nuevamente como diputado entre 1991 y 1994, de donde brincó en automático a su primera senaduría hasta el 2000, año que fue clave para sus artes de financiador político.
Su ‘paso por’ el panismo
El llamado “Pemexgate” durante las elecciones presidenciales del 2000 dejó en claro el poder del sindicato para influir en las decisiones electorales, con el desvío de más de mil 500 millones de pesos de fondos sindicales hacia la campaña del candidato del PRI, Francisco Labastida Ochoa, que aunque perdió, colocó a Romero Deschamps como un hábil operador político que no fue despreciado por el nuevo poder, el de Acción Nacional (PAN) y su primer Presidente de la República, Vicente Fox Quesada.
El primer sexenio panista destapó el desvío millonario hacia Labastida, pero resultó impune al ajustarse a los intereses del foxismo; incluso así no dejó de servir al PRI, y durante las elecciones del 2006 también impulsó la campaña perdedora de Roberto Madrazo, siempre con dinero de los sindicalizados.
El dinero del Sindicato alcanzó para comprarse una senaduría más, con el retorno del PRI a la Presidencia de la República en el 2012, la campaña del entonces candidato priista Enrique Peña Nieto ha sido de las más derrochadoras de la historia política reciente, encontrando en la fuente del STPRM un financiamiento millonario; por sus atenciones, Romero Deschamps logró su curul -y el fuero constitucional- dentro del Senado entre 2012 y 2018.
Una de sus últimas participaciones como operador de campañas políticas fue la candidatura del gris José Antonio Meade Kuribreña, con el que fue ampliamente fotografiado y de acuerdo con reportes de trabajadores petroleros, el dinero sindical volvió a fluir hacia la organización del PRI.
Cabe destacar que el nuevo dirigente del STPRM, Manuel Limón Hernández, quien fungía como tesorero del Sindicato, también fue un destacado impulsor de la candidatura de José Antonio Meade, pues él mismo también participó logrando una diputación federal por Veracruz.
Compadrazgos
A nivel estatal, caciques locales como Víctor Kidnie lograron un pernicioso compadrazgo con priistas del más alto rango, como el ex gobernador Alejandro Moreno Cárdenas, quien pese a los sonados casos de corrupción y violencia sindical aparecía alegre junto al líder de la 47 y con el de la 42, Luis Gerardo Pérez Sánchez.
Basta recordar que también el alcalde espurio de Carmen, Oscar Rosas González, ha sido otro beneficiado con los dineros sucios, y con el clientelismo petrolero, su campaña del 2018 estuvo sustentada en las secciones petroleras, siendo sus más fervientes propagandistas.
Pese a que ya como edil espurio niega la existencia de corrupción sindical, Rosas González incluso ha puesto la organización de eventos deportivos y culturales en manos de las secciones petroleras, como resultado del estrecho compadrazgo y financiamientos con dineros sindicales.
(Texto: Redacción POR ESTO! / Fotos: Especial)