Campeche

Buques contaminantes peligrosos

El procedimiento que se está siguiendo en los trabajos de rescate y deshuese de los barcos de Oceanografía, que quedaron inservibles debido al abandono, rapiña y actos vandálicos, está plagado de anomalías, pues en Campeche no existen espacios adecuados para realizar ese tipo de trabajos, acusó Julio César Pérez Rueda delegado en Campeche de la Unión Nacional de Marineros del Puerto de Veracruz.

El marino mercante aseguró que ninguno de los puertos de Campeche cuenta con instalaciones, equipo y personal especializado para desarmar buques como Caballo de Trabajo, Caballo Azteca, Titán II, Eclipse y Zafiro, por lo que solamente mediante prácticas corruptas se pudo dar el permiso para su deshuese.

Pérez Rueda aseguró, que son pocos los puertos de México donde se realiza el deshuese de embarcaciones de grandes dimensiones y que dicho trabajo debe ser realizado por personal especializado, ya que junto con las partes y material que pueden ser recicladas o reinstaladas en otro buque, también se tiene que hacer un manejo adecuado de un enorme volumen de materiales peligrosos y tóxicos están contenidos en diversas secciones del navío.

“De que se puede encallar y luego desarmar un barco en cualquier playa, claro que es posible, pero no necesariamente es lo correcto o lo que establecen las Leyes que norman la actividad marítima.

“No podría decirte cuánto material peligroso se obtiene durante el deshuese de un barco como Caballo Azteca, pero te puedo asegurar que son muchas toneladas. Conociendo la forma de trabajar de las empresas y contratistas vinculados a Oceanografía, podemos dar por hecho de que todo el material y residuo peligroso será vertido al mar. Esperemos que no sea así.

Pérez Rueda también mostró su extrañeza ante la inacción de las autoridades federales, entre ellas la Secretaría de Marina (SEMAR) y la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNART), pues a estas alturas ya hubieran aplicado las sanciones correspondientes a la naviera y exigido la suspensión de los trabajos.

Posible fraude de PEMEX

Como se informó en su momento a través de las páginas de POR ESTO!, a finales de febrero del 2014, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) anunció el inició una investigación para detectar posibles incumplimientos a las leyes financieras y fraude presuntamente cometidos por la naviera del magnate Amado Yáñez Osuna.

En un comunicado, la Comisión precisó que Banamex (parte agraviada) informó al organismo regulador la existencia de un posible fraude relacionado con cuentas por cobrar por diversos servicios y obras contratados por Petróleos Mexicanos (Pemex) vinculados con el programa de financiamiento a Oceanografía.

La CNBV detalló que ante tal situación inició acciones inspección y abrió una visita de investigación para detectar posibles irregularidades e incumplimiento a las leyes financieras a las instalaciones de la naviera, cuya sede está ubicada en Ciudad del Carmen.

Las acciones implementadas por la CNBV, con el respaldo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), a través del Servicio de Administración Tributaria, incluyeron la intervención de los bienes de la compañía, lo cual incluía la flota de Oceanografía, que en ese momento era la más grande de Latinoamérica.

Sin embargo, a pesar de que los buques formaban parte de los bienes que quedaron bajo custodia de la SHCP, dicha institución fue incapaz de ponerlos a buen resguardo, en parte porque éstos se encontraban ocupados por tripulantes y trabajadores costa afuera que reclamaban el pago de salarios atrasados.

De esta manera, en tanto el problema de Oceanografía se añejaba, cinco de sus buques se fueron a pique o encallaron playas de Isla del Carmen y Sabancuy. Luego de cuatro años, embarcaciones como Titán II o Caballo Azteca, que en su momento fueron el orgullo del magnate Yáñez Osuna, lucían corroídos y vandalizados.

De los buques abandonados, fueron derramados –intencional e incidentalmente- al mar residuos peligrosos e importantes volúmenes de combustible y lubricantes que estaban almacenados en las embarcaciones.

Testigos del grave problema ambiental que estaban propiciando los buques hundidos o encallados, desde abril del 2018, trabajadores de Oceanografía quienes exigieron públicamente la intervención de la Secretaría de Marina (SEMAR), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), pero no hubo respuesta de las citadas instituciones.

Caballo Azteca, uno de los buques encallados pero que aún podía navegar y era candidato a ser reparado fue solicitado por la autoridad laboral federal como garantía de un laudo que resultó a favor de trabajadores de Oceanografía, sin embargo, de alguna manera el armador Yáñez Osuna consiguió un permiso para que el buque fuera remolcado y desguazado en un atracadero particular.

La problemática que en materia medioambiental surgió en torno a los multicitados buques ha sido minimizado por las diversas instancias responsables de la aplicación de la ley ambiental, incluso la Dirección del Área Natural de Protección de Flora y Fauna “Laguna de Términos”, tras las labores de campo llevados a cabo por peritos en la materia, se concluyó los buques no generaban contaminación.

(Joaquín Vargas Aké)