HOPELCHEN, Cam., 11 de febrero.- A duras penas sobrevive el Consejo Local de Médicos Tradicionalistas de los Chenes “COLMICH” en Hopelchén, por falta de apoyos por parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno y es por ello que los hueseros, parteras, curanderos y sacerdotes mayas no asisten al local.
El curandero Federico Castillo Nieves dijo que uno de los problemas es que luego de llegar al Consejo Local no tienen para el pasaje de regreso a sus pueblos y la precaria situación se recrudece por la falta de promoción de las costumbres.
Aclaró que ninguna autoridad se interesa en levantar el patrimonio cultural de los pueblos nativos de esta tierra como lo es el Colmich.
Detalló que con anterioridad era apoyado por la Secretaría de Cultura del Estado, el Ayuntamiento de Hopelchén, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), así como la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), quienes aportaban para el crecimiento los talleres, viajes, entre otros gastos.
“Hoy estamos solos y tiene razón el doctor de la jurisdicción Sanitaria del Estado, Orlando Borges Guerrero, quien dijo de la Colmich y con justa razón se promueva la medicina tradicional”, afirmó.
Castillo Nieves manifestó que en el inicio de la casa de médico tradicionalista, la CDI apoyaba económicamente para sus capacitaciones a 42 socios y que hoy solo existen 4 curanderos provenientes de Ronchen, Ich Ek, Katab, Hopelchén y Bolonchén.
Expresó que su abandono es por la falta de recursos, además de que la gente no llega para ser tratados por ellos y por lo tanto no tienen para pagar el predial y la luz del sitio.
“Hemos caído como ‘morosos’, por lo tanto la mayoría de los médicos tradicionalistas no regresaron y trabajan en su hogar sin necesidad de sufragar para el pasaje, en comida y lo que caiga es bueno”, destacó.
Confirmó que el Colmich surgió en el gobierno de Jorge Salomón García, quien separó al Colmich de los inmuebles de la INI, con la meta de que Hopelchén fuera caracterizado como zona netamente maya, donde los usos y costumbres se respetaban.
Recordó que se tallaba a embarazadas y las parteras recibían a los bebés, los que sufrían desgarre o torcedura iban con el huesero, de igual forma con los encargados de la herbolaria y todos salían satisfechos.
Declaró que la estocada final al Colmich fue la llegada de Calderón Hinojosa al Gobierno Federal con el Programa Seguro Popular, donde se les pedía a la gente no creer en la medicina tradicional.
“Después como nos cuestan las curaciones y la falta de apoyo de parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno todo decayó y los que sobrevivimos somos escasos, quienes llegan a prestar sus servicios a la casa de médicos tradicionales saben que no hay paga y si no llegó una pacientes, nos fregamos no hay para el pasaje quienes llegan de los otros pueblos y lamentamos el viaje y evitan regresar”, expuso.
El curandero Federico Castillo Nieves aun siendo comisario ejidal de Bolonchén, continúa sirviendo en el local del Colmich, aunque las estructuras del lugar sufran el mayor deterioro por el paso del tiempo y porque en ocasiones se mantenga cerrado durante varios días.
“Se carece de todos los servicios, las puertas, no se puede preparar medicina por no tener las adecuaciones y los mitos de los yerbateros, no la utiliza la medicina científica, porque utilizamos otros lenguajes. A veces curamos con oraciones, apegados a nuestra creencia y todo lo que hacemos nos da una entidad como pueblos indígenas y no la podemos olvidar, es más queda la enseñanza a sus hijos para que la futuras generaciones continúen”, aseveró.
(Jorge Amado Caamal Ek)