Campeche

Una posible solución al problema de la granja porcícola de Nuevo Progreso se dio esta semana luego de la intervención del enlace federal en el Estado, con lo que se logró un diálogo entre la empresa, pobladores, autoridades locales y ambientalistas que han externado su preocupación no sólo por el impacto ambiental y social de la instalación, sino también por la crueldad animal vivida con el bloqueo y su implicaciones éticas.

A pesar de que se está en el umbral de una solución, el problema expone la proliferación de criaderos porcinos industriales en toda la Península de Yucatán, así como las relajadas normas y regulaciones en la materia que permiten la aparición de chiqueros dentro de las zonas urbanas, y que en el caso de la granja de Dybran le permitió empezar como una instalación pequeña sin la necesidad del Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA), pero luego expandirse y carecer de dicho permiso, consideró la ambientalista Lourdes Rodríguez Badillo

“Me parece que esta costumbre de poner los proyectos en etapas hace que muchos empresarios empiecen con un proyecto pequeño, que no requiere de tantos permisos, pero van creciendo y cuando llega la autoridad se encuentran con que están incumpliendo con leyes y con normas”, mencionó sobre lo que ha sucedido en Nuevo Progreso.

“Lo que está sucediendo estas granjas de cerdos aquí en la Península de Yucatán es que están contaminando el gran acuífero maya, porque empiezan en módulos chiquitos y llegan a ser granjas de mil a mil 500 cerditos, sin que las aguas sean tratadas adecuadamente y el impacto se deja sentir en todo, en la salud en el ambiente, no estamos hablando solo de temas ambientales sino de temas de salud pública”, expresó.

“Cuando tú empiezas con 20 o 30 cerditos pues no te piden Manifiesto de Impacto Ambiental, todo mundo tiene chiqueros en sus propiedades, esto se tendría que regular porque si tú comparas que hay en toda una cuadra varios chiqueros de particulares pues es un impacto, tanto o igual al de cualquier granja extensiva, porque todos estos vertimientos terminan en los cuerpos de agua a dentro del Area Natural Protegida”, esto debido a la aparición de chiqueros urbanos dentro de la Isla.

“La crianza de cerdos tiene que ser regulada, en el corto plazo y en toda la Península de Yucatán, porque hay otras tres solicitudes de granjas para la región, hay otras que ya impactaron el gran acuífero maya, Keken acaba de poner una en Dzitbalché, engañando a las comunidades, creo que es un muy buen momento para que el Gobierno meta orden y regule una actividad, que si bien es rentable, es altamente contaminante si sus desechos no son tratados adecuadamente, que es el caso de la de Nuevo Progreso”, manifestó.

Municipio debe actuar

Respecto a la aparición de criaderos dentro de la mancha urbana, consideró que debe haber una mayor participación de la Comuna para evitar contaminación en los mantos acuíferos con estas instalaciones que se dan mayormente en la periferia de la ciudad, en asentamientos cercanos a la Laguna de Términos.

“El municipio podría regularlo, si se quisiera hacer un grupo de trabajo, está facultado el municipio para checar qué actividades, por eso ellos dan las autorizaciones y permisos de uso de suelo. La empresa o el ciudadano que quiera emprender una actividad porcícola se tiene que regularse y someterse a las normas mexicanas para evitar la contaminación de las aguas”.

Finalmente, expuso que ya se está buscando una solución, y lo primordial es que ya se liberó el bloqueo para acabar con el sufrimiento de los animales que corrían el riesgo de inanición.

“Hay la voluntad de todos los niveles de Gobierno para resolverlo, las personas que tenían el bloqueo tienen hoy una actitud de escuchar, de diálogo más que de ruptura, y esto me parece que es histórico en una población como la de Atasta que se ha caracterizado por ser difícil. Hay procedimientos que no tenemos en nuestras manos, hay sellos del municipio, están en diálogo, hay una buena intención entre las partes”, dijo.

No obstante, puntualizó que el conflicto saca a la luz la crueldad innecesaria en la industria alimentaria, que si bien son animales criados específicamente para ser consumidos, no por ello deben estar en condiciones de maltrato como el vivido por varios días en la granja de Nuevo Progreso.

“Esto ocurre con frecuencia, que los inocentes, los que menos culpa tienen, son los que pagan los platos rotos, en este caso cuando dejó de haber un diálogo con el dueño de la granja la autoridad aún no intervenía y los pobladores decidieron bloquear el camino, quienes estaban realmente padeciendo el hambre eran estos pobres animales.

“Esto ya se resolvió, han estado entrando, como un acto de buena fe los pobladores levantaron el cerco, taparon una zanja que habían hecho para impedir la entrada de camiones, y hoy te puedo asegurar que esos animales si bien no tienen un destino, porque son animales que son finalmente para consumo, están siendo tratados con mucho mayor respeto”.

“Estas granjas se deberían de, si ya están, regularla tal vez, pero si no, nos parece que no son los lugares adecuados en una zona que en la época de crecientes todo se convierte en un enorme plato de agua, me parece que no son los sitios adecuados”.

“Esto se tiene que dirimir, ya entró la autoridad, nosotros como Sociedad Civil no podemos dar ni plazos ni lo conocemos, lo que sí te puedo decir es que se están dando todos los pasos y hay las condiciones para lograr muy pronto que las comunidades estén contentas, se sientan atendidas y que esto se resuelva en el menor tiempo posible”, concluyó.

(Texto: Carlos Valdemar / Fotos: Emmanuel Sansores / Especial)