Campeche

En uno de los peores momentos de su historia, los 90 años de vida política marcada por procesos antidemocráticos y su predilección por el fraude electoral pesan hoy más que nunca al interior del Partido Revolucionario Institucional (PRI), cuya dirigencia nacional, encabezada por la salinista Claudia Ruiz Massieu, generó encono luego del fuerte rumor de excluir de la elección interna a toda la militancia, y cerrar en cambio el proceso a una simple elección cupular.

Aunque ayer mismo la sobrina del ex Presidente Carlos Salinas de Gortari debió justificarse en tuiter, y asegurar que sí acatarían los acuerdos del Consejo Político del pasado mes de febrero, donde se acordó el método de elección, quedó patente la discordia interna que prevalece entre los diferentes grupos priístas y el hecho de que sea precisamente el partido que se opuso al desarrollo democrático de México durante más de ocho décadas de Gobierno, el que ahora exija democracia interna al mismo aparato especializado en marrullerías electorales.

El desencuentro también evidenció la complicada situación financiera del partido político, cuyo presupuesto se redujo considerablemente ante los pésimos resultados del 2018, y el rechazo del Instituto Nacional Electoral (INE) a hacerse responsable del proceso interno, al poner elevadas condicionantes al priísmo, como el costo que les cobraría además de multas que debe pagar.

Ironía

Ironías de la política, uno de los primeros en inconformarse ha sido el Gobernador campechano Alejandro Moreno Cárdenas, quien ya se había adelantado a la posibilidad de la elección entre la militancia al afiliar a toda la plantilla laboral del Gobierno del Estado y de municipios, como el de Carmen, a su favor, el Mandatario exigió en sus redes sociales una elección “libre, democrática y directa”, justo como las que “se llevan a cabo” en el Estado y donde se logran imponer desde diputados hasta alcaldes mediante el derroche, el “mapacheo” y la compra de voluntades.

Una ambición que ha acariciado prácticamente desde el inicio de su mandato, Moreno Cárdenas fantasea con escapar a la dirigencia nacional del PRI, pero luego del 1 de julio y la derrota histórica de su partido, el campechano ha intensificado la búsqueda de esta opción, la que en los últimos meses había acaparado toda la atención de su gobierno, incluso su paso por la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) no trajo ningún beneficio a la Entidad, pues sólo vio el cargo como vitrina de exhibición nacional.

Finalmente, y tras el berrinche de Moreno Cárdenas, quien temió que se esfumaran sus posibilidades de torcer el proceso a su favor mediante el uso de la militancia, así como las denuncias de la ex Gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega Pacheco, Ruiz Massieu aseguró que sí se respetará participación de todos los afiliados.

INE rechaza al priísmo

Cabe destacar que el Instituto Nacional Electoral (INE) ya fijó su postura sobre la posibilidad de que sea este mismo organismo el que lleve a cabo las elecciones partidistas, luego de que su Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos destacara el pasado jueves que sólo podrá organizar elecciones internas de fuerzas políticas que cuenten con padrones de militantes definitivos y actualizados, así como con las cédulas de respaldo de las afiliaciones de cada una de las personas que los integran; sin embargo, el PRI se encuentra ampliando su padrón especialmente en Estados como Campeche, donde se está obligando a burócratas a afiliarse.

El INE advirtió que para celebrar una elección en la fecha tentativa de 9 de septiembre, deberían tener concluido el proceso de revisión, sistematización y consolidación de su padrón de militantes, así como con el listado de miembros actualizado y que deberá entregar durante este mayo, lo que parece improbable.

Otro problema para al tricolor es el elevado costo de la intervención del INE, ante la crisis financiera en que se encuentran por la pérdida masiva de las preferencias electorales. El instituto apuntó que el costo del proceso priísta podría ser de 230 millones de pesos considerando el padrón actual de 6 millones 605 mil 740 afiliados, pero que puede aumentar a los 7 millones, lo que también incrementaría el costo a 324 millones de pesos.

Por todo ello, ayer mismo la dirigencia de Claudia Ruiz Massieu sostenía una reunión para analizar los escenarios para su elección interna, y aunque ya se había conjurado la exclusión de la militancia, esta opción aún continuaba latente ante las condiciones presentadas por el INE y el costo que implicaría a sus finanzas.

“Alito” se retracta

A las 14:25 de ayer, luego de su lloriqueo en redes sociales, “Alito” escribió: “Reconozco y celebro el pronunciamiento de la presidenta del partido, @ruizmassieu, para que la consulta directa a la militancia sea el método de elección de la nueva dirigencia, como se acordó en el consejo político nacional, y respetar así la voluntad de los priista. #PRIUnido”.

En este mismo tuit, compartió lo escrito por Ruiz Massieu a las 13:34 del mismo día: “La dirigencia reitera su respeto al Acuerdo del Consejo Político Nacional del pasado 27 de febrero que estableció como método una elección directa por la base militante. No hemos sugerido ni propondremos un cambio de método para la elección interna”.

(Texto y fotos: Redacción / POR ESTO!)