Campeche

Nuestra Señora del Carmen desciende del Altar Mayor

La feligresía católica se dio cita en el Santuario Mariano Diocesano y la explanada del Parque Zaragoza para celebrar la Virgen del Carmen (Patrona de los Marinos), y con ello dar por iniciadas las festividades en su honor, donde a lo largo de todo el mes de julio y parte de agosto se darán festejos populares que, fundamentalmente, desde finales del mes de junio hasta el 4 de agosto irán tejiendo los distintos gremios de la Isla para agradecer a la Virgen de las causas difíciles y urgentes.

La bajada de la Virgen se realiza cada año para celebrar la festividad espiritual más importante de Ciudad del Carmen, donde cientos de personas llegan para agradecerle por la ayuda que les brinda en su camino a lo largo de sus vidas.

Los carmelitas, con alabanzas y rosarios festejaron el descenso de la Virgen desde el Altar Mayor, para recorrer un riel de aproximadamente unos 80 metros de largo, hasta llegar a la puerta del Santuario, y ahí ser colocada en un altar para celebrarle la Misa en su honor.

Reina de los Mares

La Virgen del Carmen es la Reina de los Mares y es venerada en varios países del mundo, incluso hay gente muy devota a dicha imagen que le ponen el nombre de Carmen a sus hijos, hay quienes las registran con el nombre de María del Carmen, por lo que es consideraba por la Iglesia Católica como un regalo mariano al mundo, a través de los carmelitas: el escapulario; por ello gente de otros estados llega hasta el Santuario para celebrar Misa e intentar tocar a la Virgen para pedirle por asuntos de enfermedad o personales que estén pasando en su vida.

Al término del rosario que inició con el descenso de la Virgen y culminó con su salida a la puerta principal del Santuario Mariano Diocesano, se oficializó la Misa donde los carmelitas, en la explanada del Parque Zaragoza, escucharon el mensaje de este año a cargo del padre Francisco Velázquez, quien está a cargo de la Catedral de Campeche y es originario de la Isla.

Durante la Misa el padre pidió a los presentes dejar el interés por un lado, ya que una persona ambiciosa es capaz de pisotear la dignidad de las personas y no disfrutan lo que Dios les regala en su vida, pues jamás Dios los abandonará.

(Texto y fotos: Ignacio Morales)