Campeche

CHAMPOTON, Campeche.- A cuatro días terminada la veda del pulpo, hasta el día de hoy el precio que las pesquerías y bodegas han impuesto es de 50 pesos el kilo para el de talla mediana y el pequeño no llega a los 30 pesos, lo que da pie a que los pescadores busquen a los “coyotes” para tratar de vender a mejor costo sus capturas, se quejaron ribereños en la orilla de la playa.

Sin embargo, aún quedan pescadores que no pierden las esperanzas y que terminaron de arreglar sus jimbas para que este lunes, a temprana hora, hacerse a la mar, pero en caso que la salida no les sea redituable en cuanto al volumen de capturas, amenazaron con quitar sus jimbas y cordeles para abandonar la actividad.

Cabe resaltar que el negocio del pulpo en Champotón, que incluye la captura, introducción y comercio, está dominado por los llamados “capos de la pesca”, familias prominentes de Champotón que al amparo de la corrupción pagan a buzos y camacheros para que capturen el molusco octópodo durante todo el año, sin importar la talla y utilizando artes de pesca prohibidas, con la complacencia de las autoridades en turno.

Si los pescadores se unieran y no salieran a la captura del pulpo por unos 15 días, y que además contaran con la ayuda de buenos funcionarios del Gobierno Estatal y Federal, así como de la Semarnat, Profepa y Conapesca, para que estas dependencias vigilaran a los compradores del pulpo, se darían cuenta que actualmente existe un comercio corrupto en torno a esta especie, y que no incluye a los pescadores tradicionales, quienes salen con sus jimbas a la pesca del octópodo y se ven desplazados por las trampas y artes de pesca ilegal, además de los buzos que utilizan ganchos para capturar al molusco.

En relación a la pesca ilegal que amenaza con extinguir la especie, las autoridades locales no han hecho nada para erradicar las malas prácticas, al contrario, las capturas ilegales se comercializan en coctelerías locales a la vista de todos.

Sin embargo, los ribereños tradicionales al no poder quejarse con nadie sobre este tema, tienen esperanzas que con la entrada de un temporal las especies marinas se vean obligadas a llegar a la orilla, lo cual podría favorecer la captura de pulpo y la pesca de especies de escama, y entonces tengan un repunte en su producción.

Como ejemplo de la depredación de especies de mar, dos ribereños dieron un claro ejemplo al llegar a puerto después de una “lanceada”, pues solo trajeron 30 kilos de pacotilla y 20 kilos de pargo mulato, y se quejaron que esto no era suficiente, pues apenas sacaron para la gasolina. Caso contrario a lo que sucedía hace apenas unos años, cuando por lo menos obtenían arriba de 100 kilos de especies de escama, pero debido a la depredación la producción pesquera se redujo notablemente.

Los pescadores mencionaron que desde el mes de junio y julio las especies de escama están escasas, se podría decir que a duras penas obtienen lo que invirtieron en la salida a pescar, y ese dinero lo reinvierten en la compra de gasolina para un siguiente viaje de pesca; sin embargo, se quedan sin recursos para su familia.

Se lamentaron que la situación económica está demasiado difícil, pues sus poca ganancias tienen que compartirlas con el dueño de la lancha y en ocasiones el patrón se queda con todo, “pareciera como si la naturaleza nos castigara, pero siempre es así”, señaló el pescador Juan Lezama.

(Texto y fotos: Erasmo Cruz)