CAMPECHE, Cam., 13 de septiembre.- La meta de captura de 17 mil 348 toneladas de pulpo este año podría no alcanzarse, pues en la Entidad se sigue reportando muy baja producción, lo que ha provocado el aumento del precio de venta al público hasta casi un 20 por ciento, mientras los intermediarios a pie de playa siguen castigando a los pescadores con precios bajos de 70 pesos el kilogramo.
Según lo previsto por las autoridades, para la Península de Yucatán fue autorizada una cuota de captura similar al del año pasado por más de 17 mil toneladas, sin embargo al cierre del primer mes de captura, apenas se había logrado poco más de mil toneladas, lo que representa apenas el 6 por ciento y sólo restan tres meses de captura.
De acuerdo a los pescadores, el mayor volumen de captura se registra históricamente en los meses de octubre y noviembre, sin embargo se vislumbra difícil llegar a la cuota estimada, pues se requiere por lo menos andar entre las tres o cuatro mil toneladas.
De acuerdo a la Comisión Nacional de Pesca y Acuacultura, en Campeche hay 803 permisos autorizados para la captura de pulpo, misma que amparan a mil 599 embarcaciones menores, con uno o dos alijos cada una.
Sin embargo, la baja captura ha provocado que casi el 50 por ciento de los pescadores se dediquen nuevamente a la pesca de escama, al no ser redituable en este momento la captura de pulpo.
En Campeche operan 33 centros de acopio de pulpo, la incredulidad de los pescadores es que pese a la baja captura, en estos centros siempre cuentan con productos al “tope” para comercializarlo al mercado internacional.
Aumentó precio al público
En los principales centros de abasto y con las llamadas “pulperitas”, el precio del molusco ha aumentado casi un 20 por ciento, el argumento es la escasez del producto, pues un pulpo mediano puede costar hasta 80 pesos, lo que ha hecho que sea un platillo caro en los restaurantes de la ciudad.
En el mercado “Pedro Sáinz de Baranda”, el pulpo fresco oscila entre 60 y 80 pesos el kilogramo, aunque en algunos establecimientos pueden mejorar el precio a fin de no quedarse con el producto.
Muchas familias prefieren acudir a la orilla del mar y realizar su compra de primera mano con los pescadores, con los que pueden obtener precios más bajos. En los restaurantes de la ciudad, el pulpo no figura en las botanas y mucho menos en los bares, donde tradicionalmente era un platillo accesible.