Campeche

Mientras proyectos como el Tren Maya buscan integrar y generar unidad a través del desarrollo entre los tres Estados Soberanos de la Península de Yucatán -históricamente aislados del resto del país, pero también distanciados entre ellos por cientos de kilómetros de selva y diferencias políticas y sociales-, nuevas disputas entorno a un añejo conflicto territorial han revivido en los últimos meses, tras la publicación de una reforma a la Constitución de Quintana Roo que nuevamente puso en tela de juicio el trilindero del Punto PUT y sus límites con Campeche y Yucatán.

Avivada recientemente la polémica, vale la pena recordar el trasfondo histórico de la controversia territorial de los tres Estados, que tiene su origen hace más de un siglo, durante la época del Porfiriato y la segregación del entonces Territorio de Quintana Roo de los Estado de Campeche y Yucatán, con la indefinición de los linderos territoriales que sembraron desde entonces las diferencias entre lo que cada uno consideraba los límites de su soberanía.

Sin embargo, la controversia legal actual viene de un episodio más cercano, específicamente desde al año de 1997, con la creación del municipio de Calakmul por parte de Campeche, hecho que puso sobre la mesa los vacíos legales y las declaradas contradicciones entre las Constituciones políticas de los tres Estados, desde ese entonces, Quintana Roo inició una batalla legal que se vería truncada 20 años después, en el 2017, cuando pareció zanjada la polémica por el desinterés de la Suprema Corte de la Nación (SCJN).

Eso hasta que el pasado mes de julio el Congreso quintanarroense emitió una reforma modificando su territorio estatal afectando al del Estado de Yucatán, lo que de nueva cuenta ha obligado a las autoridades campechanas y yucatecas prepararse para una defensa legal; no obstante, lo que estaría en disputa en esta ocasión va más allá de una extensión de varios miles de kilómetros y sus recursos naturales, también están en juego recursos para la construcción del Tren Maya y su ruta que busca articular la movilidad peninsular.

“Es una vacilada”

No obstante, por parte del Gobierno del Estado de Campeche tal parece no haber un verdadero interés por acercarse a un diálogo con los hermanos peninsulares, luego de las declaraciones del Gobernador sustituto Carlos Miguel Aysa González, quien lejos de ser propositivo hacia el diálogo, tildó de ser una “vacilada” lo reclamado por el Gobierno del Estado de Quintana Roo, demostrando desprecio hacia los habitantes orientales de la Península de Yucatán.

Durante su visita para el informe de simulación del Ayuntamiento de Carmen, Aysa González mencionó al respecto, “la controversia creo que es una vacilada de Quintana Roo, ellos se crearon hace muy poco, nosotros tenemos más de 100 años”.

“No son hectáreas, son miles de kilómetros, pero aparte quieren abarcar, imagínense, parte de Calakmul, y quieren Valladolid, Tekax, quieren Tizimín”, comentó.

Y dejó en claro que para el Gobierno del Campeche menosprecia los reclamos de Quintana Roo, además de culpar que sólo es una “cortina de humo”.

“Lo que ellos siempre están es que quieren llamar la atención, la gran gravedad de la inseguridad allá y quieren poner una nube a esta situación; todavía es una batalla, es una lucha que ya la ganamos una vez y los mismos abogados que la ganaron la están llevando por Campeche”.

Herida abierta

entre peninsulares

En los albores del Siglo XX, con la cruenta e irresuelta Guerra de Castas en ese tiempo, en el año de 1902 se segregó el Territorio de Quintana Roo por parte del gobierno de Porfirio Díaz, sin embargo la densa selva era inaccesible e indómita, por lo que prevaleció la falta de precisión respecto al punto denominado PUT y en qué dirección se localizaba la línea divisoria de los tres Estados, lo que a futuro propició el diferendo limítrofe territorial entre Campeche, Quintana Roo y Yucatán.

Luego de la Revolución Mexicana, en 1922 el punto PUT fue definido por el Gobierno Federal como “vértice de colindancia entre las tres Entidades”, estableciendo un monumento con forma de pirámide trunca que sirvió de base del trilindero, firmando los tres gobiernos de conformidad, pero Yucatán y Campeche promovieron decretos a nivel de sus congresos locales, logrando que se desconociera, en la década de los 30 del pasado siglo, el llamado “trilindero”, y la supresión por algunos años del Territorio de Quintana Roo.

Fue hacia 1975, cuando Quintana Roo se erigió Estado Soberano, que todas estas inconsistencias y diferendos reabrieron las heridas entre hermanos peninsulares; pero no fue sino hasta la década del 90 que se llegó a la controversia legal.

El pleito fue protagonizado entre los gobernadores Jorge Salomón Azar, de Campeche, y Mario Villanueva Madrid, de Quintana Roo, por la creación del municipio de Calakmul, un extenso territorio de población olvidada y sin atención de parte de ambos Gobiernos.

Villanueva Madrid acusó de invasor a Salomón Azar, y luego de una torpe intervención del Gobierno Federal del entonces Presidente de la República Ernesto Zedillo, se llegó a la controversia constitucional entre los Estados, y luego contra Yucatán.

Lo cierto es que durante casi 20 años a partir de 1997, lo que fue evidente fue el desinterés del Centro del País por la Península de Yucatán, primero en el Senado de la República, que archivó la controversia, y luego en la SCJN que también mostró desinterés y en el 2013 se declaró sin injerencia en el conflicto; en el 2017 el principal demandante, Quintana Roo, perdió el interés, pero ante proyectos de gran alcance en juego, como es el Tren Maya, de nueva cuenta ha despertado su interés por más de 10 mil kilómetros cuadrados en juego entre Campeche y Yucatán.

Hoy en día, pareciera que la densa selva sigue dividiéndonos como peninsulares, mientras actores políticos prefieren atacarse mutuamente en lugar de buscar trabajar por el común beneficio de la Península de Yucatán.

(Texto: Carlos Valdemar /

Fotos: POR ESTO! / Especial)