Con la llegada de las festividades alusivas a los fieles difuntos, los vendedores de carnes esperan un repunte en sus ventas ya que con la pasada pandemia y las restricciones sufrieron una pérdida del 90 %. Aseguran que el precio ha elevado pero que en la última semana ha incrementado la afluencia de personas a sus comercios pues tanto la carne de pollo como la de cerdo, son los ingredientes principales para la elaboración de los tradicionales pibipollos.
Las afectaciones al sector cárnico es grave pero no ha sido lo suficiente para que determinen cerrar sus locales ya que, al ser un alimento de la canasta básica el consumo sigue siendo constante aún y cuando en los últimos meses el ingreso que de allí generan no es comparado con lo que obtenían antes de marzo.
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De acuerdo con Luis Mass Dzul, quien se dedica a la venta de pollo, antes de que el SARS-CoV-2 a diario vendía entre 20 y 25 pollos en su local ubicado en el mercado de la Fidel Velázquez pero que, tras mantener las ventas a domicilio durante más de 5 meses obligó a reducir el número de piezas puesto que, muchas de las veces se quedaba con producto.
“Las ventas están bajas, esperamos que en estos días se mejore porque ahora que se acerca difuntos, queremos recuperarnos un poco. Yo de lunes a viernes vendíamos hasta 10 pollos diarios pero en la última semana se están vendiendo casi 15 pollos diarios” señaló.
Aseguró que como menudista ha tratado de buscar proveedores locales pero ellos terminan alineándose con las grandes empresas puesto que verifican el precio que ofertan ellos, luego ven que pueden ganar más y terminan nivelando los precios para luego venderlos como si fueran los proveedores empresariales.
En cuanto a la carne de cerdo, Citlalli, el precio ha subido de manera considerable desde que abrieron su negocio el mes pasado; iniciaron las ventas con un costo por kilo de 79 pesos pero que a la fecha ya alcanzó los 89. Esto adicional a la falta de economía familiar es lo que detona bajas ventas.
Dijo que otro problema al que se enfrentan es la venta ilegal en locales sin certificado y donde abaratan las piezas orillando que los compradores se hagan de sus insumos con ellos. “han permitido muchos establecimientos, eso ha perjudicado que los costos se muevan mucho, porque no sabemos de dónde obtienen los cerdos porque los venden súper barato y nosotros no podemos bajarle el costo, si lo hacemos, estaríamos perdiendo nuestra inversión y ya no sería un negocio redituable.
Aseguró que la pandemia sí generó afectaciones tanto en ventas como de manera económica ya que, antes del confinamiento se vendía un cerdo diario y ahora, desde que volvieron a instalarse solo logran vender la mitad o en algunas ocasiones tres cuartos del mismo. Los precios los han tratado de mantener bajo para coadyuvar con la economía familiar pero, al ver que las ganancias reducían aún más, no les quedó otra opción que subirle.
“cuando regresamos, el precio era de 80 pesos el kilogramo, así se mantuvo por unas semanas pero ahora subió a 84 y en algunos casos a 90. A eso agréguele que la venta está baja, sin embargo esperamos que con la llegada de los fieles difuntos aumente porque si viene más gente a la carnicería” manifestó.
Por Jorge Chan