Campeche

Retorna la calma a dzibalchenses

DZIBALCHEN, Hopelchén, Cam., 14 de febrero.- Ha vuelto la calma a esta comunidad, luego de la detención de cuatro sujetos en la Junta Municipal, quienes presuntamente fueron los que perpetraron el crimen contra el empresario César Cervera Ramírez, de 84 años, quien el pasado domingo fue encontrado muerto a la entrada de su casa, ubicada frente el parque. Los presuntos homicidas rinden ya declaración ante la Fiscalía.

Los habitantes saben quiénes son los detenidos y presumen porqué cometieron el homicidio con tanta saña. Los aprehendidos conocidos como “Los Malavidas” son: El Paco, Román E., Xcahuas y Luis Ángel Ch.M., alias “El Pichi”, de 17 años de edad. Al parecer hay un sujeto que se encuentra prófugo.

Los habitantes de esta comunidad se sienten más tranquilos. Posiblemente entre los detenidos haya alguno que no esté relacionado con el crimen; sin embargo, sus declaraciones arrojarán a los verdaderos responsables. Esta es tarea de la Fiscalía, donde integran las carpetas de investigación. Sin embargo, aún quedan pendientes casos como quiénes son los que maltrataron a Leticia Calderón, quiénes golpearon a Pedro Chulín, entre otros delitos.

Por estos hechos, incluido el homicidio del octogenario, el pueblo ya quería tomar otras alternativas, al notar que la justicia estaban tolerando el accionar de la delincuencia.

En la Junta Municipal, dijeron, donde viven más de 3 mil habitantes, tan sólo en el mes de enero, hubo un promedio de 10 fallecidos y en este febrero hay dos asesinatos.

Dzibalchén encabeza el porcentaje de homicidios en la zona chenera y no esto no puede continuar así. El pueblo ya quería armarse para ir en busca de los delincuentes y tomar justicia por mano propia.

Advierten que ladrón que caiga le darán su merecido. Ya basta de tolerancia.

En tanto, en la Policía Municipal y la Fiscalía existe hermetismo; ha trascendido que siguen las investigaciones para no dejar un cabo suelto. La familia del hoy occiso dijo que no descansarán hasta llegar a las últimas consecuencias.

(Jorge Amado Caamal Ek)