Campeche

Discreto movimiento en colonias

Los fraccionamientos Siglo XXI, Siglo XXIII, 20 de Noviembre se han convertido en los focos de atención de las autoridades civiles y militares que están a cargo del operativo de seguridad, implementado en la capital del estado con motivo de la pandemia del Covid-19.

En los referidos asentamientos urbanos se ha centrado la atención y acción de las autoridades, además de sitios como  La Peña y la exzona de Tolerancia.

Hasta el momento los responsables de llevar el “pan” a la mesa familiar no han dejado de salir a la calle, los campechanos han guardado la calma y procurado respetar las disposiciones de las autoridades.

En una ciudad donde la mayor parte de los ciudadanos depende de ingresos marginales que les proporciona el subempleo y la economía informal, el quedarse en casa no es alternativa. Los campechanos que están ubicados dentro de la franja estadística de la pobreza, no pueden darse el lujo de los burócratas a los que se les ha autorizado trabajar desde casa.

Salir, irresistible

Aunque nunca faltan los descuidos, las familias campechanas han procurado el cuidado de sus familiares ancianos o los que padecen alguna enfermedad crónico - degenerativa, estrato poblacional que, de acuerdo con la experiencia vivida en los países donde el Covid-19 causó estragos, es la de mayor vulnerabilidad.

También, muchos jóvenes irreverentes e irresponsables se están resistiendo a la ordenanza o disposición de no permanecer en la calle si no es necesario, lo que ha propiciado que tengan desencuentros con los Guardianes del orden.

En varias colonias y barrios de la capital campechana siguen reportándose robos a comercios y casas- habitación, pero - según las autoridades- nada fuera de la estadística.

Se apegan a ordenamientos

Los propietarios de minicomercios ubicados en las periferias de la ciudad, que consideran pueden soportar el cierre temporal ordenado por la autoridad, suspendieron sus actividades, sin embargo, quienes no pueden darse ese privilegio decidieron ofrecer alternativas como servicio a domicilio, incluso a pie. Sobre todo si éste es requerido en la misma colonia.

Ingenio campechano

Si bien productos como el gel antibacterial es escaso y comienza a ser contrabandeado en ferreterías y tiendas de abarrotes inescrupulosas, algunos minicomercios han echado mano del ingenio y recurriendo a una mezcla de alcohol desnaturalizado (de más del 80 por ciento de pureza), aceite para bebé y glicerina han fabricado su propio desinfectante casero.

Hasta el día de hoy, el flujo e intercambio comercial entre los municipios del Camino Real se ha mantenido casi normal.

En donde se están registrando algunos problemas es en la suspensión de corridas por parte de las empresas transportistas que ofrecen sus servicios en la Península. El argumento hasta el momento es la ausencia de clientes.

La prestación del servicio de transporte hacia las comunidades conurbadas y hacia el interior del municipio e interior del estado continúa, ya que el Gobierno no ha ordenado suspender el tránsito local.

En etapa crítica

Producto del terrorismo económico o factor para crear miedo y frenar el avance económico de países como China, el Covid-19 está llamando a la reflexión a la civilización, por lo que todo el espectro negativo que está generando en rubros de salud y economía, no todo ha resultado negativo o malo.

La pausa obligada que en nuestras actividades cotidianas y monótonas ha propiciado el virus, “nos ha permitido mirar en forma distinta y detenidamente a quienes habitan en nuestro entorno social, laboral y familiar, pero sobre todo a aquella gente menos favorecida económicamente e incluso a los que están en condiciones de calle”.

“El Covid-19 nos está dando la oportunidad de notar qué tan egoístas y poco bondadosos hemos sido con el prójimo; incluso con aquellos que no requieren de nosotros más que un poco de atención o ser escuchado”.

No menos importante es la oportunidad que el mal ofrece a las familias de disponer de tiempo de calidad y para revivir esa conexión y convivencia que hemos perdido por estar envueltos en este sistema de cosas que minuto a minuto nos roba nuestro tiempo y humanidad.

El Covid-19 dejará a los mexicanos y campechanos un déficit económico y pérdidas de vidas. Un costo elevadísimo, pero a cambio brinda la posibilidad de recuperar divisas más importantes, como el altruismo, el amor al prójimo, la bondad. La posibilidad incluso de tener un punto de partida para reconstruirnos como país y cultura ancestral.

Una vez más, la situación indica que el destino que debe tomarse como pueblo, cómo nación, no la puede decidir el Gobierno, ya que esa es una determinación que le corresponde a la sociedad o a los gobernados.

(Joaquín Vargas)