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Campeche

Crónicas del T’nab! Ama la vida ¡Quédate en casa!, no hagas caso al PRIAN que desinforma y siembra el pánico

Hay momentos en la historia de los pueblos en los que la realidad les pone a prueba de una manera difícil, dolorosa y a veces extrema, y momentos en los que se examinan los valores de una sociedad y la capacidad misma de un Estado. Hoy todos estamos a prueba, el Gobierno de la 4T demuestra su capacidad de organización y solidaridad con los que menos tienen. Es tiempo de unidad, no de mezquindades.

El Gobierno de la 4T enfrenta uno de los más grandes retos de su historia: ningún presidente ha tenido que enfrentar un reto de esta magnitud, por lo que es mezquino que los partidos de la derecha reaccionaria se estén dedicando a descalificar las acciones de protección que ha puesto en marcha el Gobierno Federal. Sabemos que el COVID-19 es una amenaza real sobre la permanencia de nuestra misma civilización. Es criminal desinformar y crear pánico en vez de orientar a los ciudadanos y buscar alternativas de apoyo que contribuyan a la cohesión social.

Hoy, ante los embates de la pandemia del COVID-19, estamos ante una dura prueba de que solamente la unidad en una fraternidad humana puede superar. Hoy más que nunca nuestra vida está en nuestras manos, todo depende de nosotros, de nuestra responsabilidad y solidaridad social, es hoy cuando tenemos que vencer el egoísmo y cuidarnos entre todos. El Prian debe actuar con mayor responsabilidad, no hay que jugar con la vida de los mexicanos.

En el Gobierno de la Cuarta Transformación, que encabeza el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se está actuando con responsabilidad social ante los embates de la pandemia del COVID-19, para la preservación de la salud del Pueblo mexicano; estamos en manos de expertos especialistas y científicos. Pero no basta, nosotros tenemos que poner de nuestra parte, tenemos que hacer lo que nos corresponde.

La estrategia está en marcha en forma efectiva, pero no todo es responsabilidad del gobierno, pues las medidas de prevención partiendo de la “sana distancia” están dirigidos al Pueblo mexicano y todos debemos de participar para protegernos en forma solidaria y fraternal.

Ahora sí, ante el COVID-19, primero los pobres. A ellos van dirigidos en forma directa los programas de asistencia social en un Plan Emergente de reactivación de la economía familiar para enfrentar esta contingencia que nadie se imaginó que fuera de un gran impacto social, hasta el grado de paralizar las economías de las grandes potencias del mundo.

Son momentos de unidad, tiempos de protegernos todos, de hacer un lado diferencias rencores, politiquerías y fricciones sociales, la vida es el don más precioso y el de mayor valor que tenemos. Nada se le compara. Son tiempo de unidad de fortaleza, de darnos la mano para alcanzar juntos un futuro de esperanza.

Deben ser tiempos de alegría, Dios nos está poniendo a prueba. Somos tan frágiles ante los efectos de la pandemia, que solamente juntos y unidos podemos hacerle frente, sin que nos derrote. Es hora de darnos fortaleza y sembrar la fe entre nosotros.

Estamos convencidos de que todos los ciudadanos van a dar ejemplo, una vez más, de responsabilidad, de sentido del deber, de civismo y humanidad, de entrega y esfuerzo y, sobre todo, de solidaridad -especialmente con los más vulnerables-, para que nadie pueda sentirse solo o desamparado. A lo largo de los años, la nación ha pasado por situaciones muy difíciles, muy graves, pero al igual que las anteriores, esta también se superará, porque México es un gran país que no se rinde ante las dificultades.

En la hora de la Patria, éste es un exhorto por la unidad, llamando a los ciudadanos a «dejar de lado» las diferencias y a unirse para superar la crisis entre todos, con serenidad y confianza, pero también con decisión y energía. Entre todos vamos a contribuir al esfuerzo colectivo, aunque sea con “pequeñas acciones”, porque lo que hay que hacer es resistir y adaptar los comportamientos a lo que indican las autoridades y los expertos en pandemias que han azotado a la humanidad.

Reconozco que decirlo es más fácil que hacerlo, pero es lo necesario para que todo el mundo sea “parte” de la solución. Seamos todos responsables.

Esta es una crisis temporal. Un paréntesis en nuestras vidas. Volveremos a la normalidad. Sin duda. Y lo haremos más temprano que tarde si no bajamos la guardia y si todos unimos nuestras fuerzas, recuperaremos la normalidad de nuestra convivencia, la vida en nuestras calles, en nuestros pueblos y ciudades; la economía, los puestos de trabajo, nuestras empresas, nuestros comercios, nuestros talleres... México recuperará su pulso, su vitalidad y su fuerza. Son tiempos de fraternidad humana, de unidad y de esfuerzos compartidos. Ama la vida ¡Quédate en casa! Levanta tu alma, habla con Dios por medio de una oración, pero quédate en casa.

 

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