Campeche es un pueblo de fe, siempre procura rendir los máximos honores al Cristo, sin embargo, este año, como consecuencia de la pandemia de coronavirus no pudo presenciar el Viacrucis Viviente, acto teatral que se celebra en la mayoría de las parroquias de Campeche y del país, en el que se escenifica la Pasión de Jesús.
Sin embargo, miles fueron los que desde su casa observaron las transmisiones que con motivo del Viernes Santo fueron emitidas desde diversas iglesias de la capital del estado, pues ante la calamidad, el católico siempre busca refugio en Cristo.
Uno de las representaciones con mayor tradición es la del Barrio de Santa Ana, cuyo Viacrucis Viviente fue instituido hace 51 años. Este año los actores que participarían en la representación teatral se prepararon con ahínco desde hace ya muchas semanas, sin embargo, la pandemia que azota y mantiene paralizada a la humanidad, los obligó a cambiar la dinámica.
Por acuerdo del alto clero mexicano y en cumplimiento a las normas preventivas para evitar una expansión explosiva del COVID-19, este año la representación de la Pasión de Cristo se llevó a puertas cerradas y sin fieles.
El servicio litúrgico para representar la Pasión de Cristo – que fue trasmitido en vivo a través de la red social Facebook-, fue iniciado por el párroco Armando José Rosado Cel, alrededor de las 9:00 horas.
Este año participaron en la representación teatral alrededor de 15 jóvenes, que se encargaron de revivir los actos que constituyen el Triduo Pascual de la Pasión del Señor.
Actores principales: El papel de Jesús de Nazaret estuvo a cargo de José Antonio Pino Ocampo, a María Nicte Ha Domínguez Rosado le tocó encarnar a María y Juan Roberto Palomo, a Juan.
Abordados por el POR ESTO! algunos de los habitantes más longevos del barrio de este popular barrio, declararon que fue un grupo de frailes franciscanos, regentes en ese entonces de la Capellanía de Santa Ana, los que realizaron una misión de evangelización mediante representaciones teatrales.
Esa iniciativa se llevó cabo a principios de la década de los 60. En la actualidad, luego de cinco décadas, constituido como servicio litúrgico y tradición del pueblo católico, recordar la Pasión y Muerte de Jesucristo, es un acto que refuerza la fe de los cristianos.
Durante el servicio litúrgico que se llevó a cabo a puertas cerradas, pero que pudo ser vista en sus casas por las familias campechanas, el padre Rosado Cel destacó la importancia del Viernes Santo, pues fue el día que Jesús, tras ser enjuiciado por el tribunal presidido por Poncio Pilatos.
Jesús muere en la cruz
Jesús acepto una muerte de cruz, y antes de morir con humildad le dijo a Dios: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Antes el Nazareno habría pronunciado, también en referencia al Creador: “Perdónalos porque no saben lo que hacen”.
El cura subrayó que Jesús derramó su sangre para el perdón de los pecados, pero también es el símbolo de la nueva alianza entre el Creador y la humanidad. Jesús muere, pero con su sacrificio ofrece a la humanidad la oportunidad de salvación.
El joven José Antonio Pino Ocampo, quien caracterizó a Jesús, en entrevista al Por Esto, dijo que esta oportunidad que se le dio la toma como una invitación a servir a Dios, pero también a los necesitados del perdón y la salvación.
“Yo estaba pasando por unos problemas personales, y un día de la nada en casa de mi abuelita me invitaron a participar, al principio me sorprendí porque era una responsabilidad enorme, pero la experiencia que significó ser uno de los personajes del Viacrucis me ha cambiado y hecho reflexionar de cómo estoy llevando mi vida”.
“La responsabilidad de representar a Jesús de Nazaret, ha sido maravillosa además del proceso que he llevado, es decir, desde modificar mis hábitos, mi vida para poder vivirla como lo manda Dios, y ser digno representante de su vida, desde hacer ayunos durante la Cuaresma, no salir a bailes, etc., sacrifique cosas vanas para edificar mi espíritu y me siento contento”, dijo el joven católico.
Además de las 7 últimas frases del Mesías en la Cruz. El cura narró los pasajes que vivió Jesús, desde que partió del sitio donde fue enjuiciado, hasta el Monte del Gólgota, en donde fue crucificado.
Se refirió al diálogo que el Cristo tuvo con los delincuentes –Dimas y Gestas- que ese día también fueron sacrificados y cuando el Centurión clavó su lanza en el costado de Jesús, brotando agua y sangre de la herida.
El cuerpo, según afirman los Evangelios, fue reclamado por José de Arimatea y llevado a un sepulcro que pertenecía al prominente judío.
Hoy, el pueblo de Campeche vive su propio Calvario, la incertidumbre respecto a lo que le tocará vivir mañana y en los días posteriores, amenazado como como está -como toda la humanidad- por una de las pandemias más mortíferas, para la cual no existe cura.
Por ello, sometidos a esta gran prueba y tribulación, desde sus viviendas los católicos no han dudado en aprovechar estos tiempos santos para reafirmar su fe y reflexionar sobre el futuro y, desde luego, para pedir piedad y esperanza al Hijo de Dios.
Peregrinación solitaria
Este año, sin feligreses y a pie, el padre Francisco Velázquez Trejo, realizó un recorrido por las principales calles del Centro Histórico, la calle 16 por 53, cargando una enorme cruz entre sus manos.
El párroco dijo: “Sabemos lo que hoy estamos celebrando, creo que ha sido un Viacrucis diferente, tal y como ocurre cada año pero la esencia de este acto de fe es siempre reflexionar sobre la Pasión y Muerte de Jesús.
“El Viacrucis es un recordatorio. Esto es muy importante porque ayer que celebramos la institución del sacerdocio, apostolado que nos encomendó Jesús, tras darnos simbólicamente su cuerpo y su sangre.
“Hay personas que piensan que cada Jueves se celebra la última cena para recordarla, pero no: El Viacrucis se hace cada año para recordar la muerte de Cristo, pero la Eucaristía se celebra todos los días, ya que a diario se renueva el sacrificio de Jesucristo.
“Entonces todas las personas que nos escuchan o leen, no olviden que cada vez que se celebra una eucaristía se está repitiendo el Jueves y Viernes Santo.
“Cristo nos dejó su cuerpo y su sangre, y el viernes se renueva la esperanza, porque Jesús en la cruz nos entregó su cuerpo y su sangre para el perdón de nuestros pecados”, explicó el párroco.
También manifestó el párroco que aunque el pueblo quedó impedido para presenciar la escenificación de la Pasión de Cristo, no debe asumir este asunto como una desgracia, sino que ahora más que nunca debe renovar su fe en Dios y Jesucristo.
Ante la calamidad que está significando el COVID-19, este momento que nos toca vivir debe servir para la reflexión para las personas, quienes desde sus casas deben rezar con fe y humildad. Ahora más que nunca no hay que unirse para hacer daño, sino para hacer el bien y amar al prójimo, expuso el párroco.
“Vean cuanta gente se unió por envidia en contra de Jesús, y manipularon la situación para asesinarlo de la manera más drástica que puedo haber, cuando el toda su existencia se la paso haciendo el bien hacia su prójimo, y estas personas motivaron a los demás para pedir la crucifixión de Cristo.
“Por eso es importante cuando dicen vamos a preguntar lo que dice la gente, hay que tener mucho cuidado con esas encuestas de lo que diga la mayoría. Hay y que también tener mucho cuidado con los temas del aborto, pena de muerte, eutanasia, y yo pregunto: Quiénes somos nosotros para condenar a muerte a otro ser vivo?
“Cuando se le preguntó a la mayoría qué querían: que salvaran a Cristo o a Barrabás y todos pidieron que lo crucificaran. Pero es también verdad que la mayoría no tenía razón.
“Para que vean ustedes cómo nos podemos equivocar, por eso hay que tener cuidado y nunca apoyar a las personas que están a favor de la muerte porque están equivocados. No se puede apoyar el aborto porque es un asesinato; no se puede estar a favor de la pena de muerte, porque el hombre se puede equivocar y puede matar a inocentes”, razonó.
Luego subrayó el cura: “A veces queremos desaparecer porque no nos sentimos útiles, o queremos que desaparezcan otras personas pero la economía no está por encima de la dignidad de las personas.
“Por eso concluyó exhortándoles a reflexionar no sólo sobre la muerte del hijo de Dios, sino de la salvación que nos regaló a través de su crucifixión, que no es un castigo ni una maldición, pues sirve para salvar”, dijo el cura quien exhortó a los católicos a llevar a la práctica diaria la enseñanza del nazareno.
“Solamente los que aman son capaces de llevar la cruz aunque muy pesada sea. No olviden que el Señor no quiere el sufrimiento, pero es inevitable, todos sufrimos pero no por masoquismo, si no que es el camino que nos lleva al éxito”, puntualizó.
Viacrucis en otras parroquias
Mientras tanto, en otras parroquias de la ciudad capital y en las comunidades del interior del municipio y del estado, otros párrocos también vivieron con sus comunidades sus respectivos viacrucis, dándose el tiempo para reflexionar sobre los momentos difíciles que les toca vivir hoy a los campechanos y al género humano en su totalidad.
(Karina Gómez / Joaquín Vargas)