Sin otra alternativa ante el cierre de mercados internacionales, como España, Italia, Corea y Japón, los pescadores de los muelles de Campeche, Champotón, Seybaplaya y Calkiní, confirmaron salir a la captura para abastecer el mercado local y nacional, y no dejar ese trabajo a los depredadores.
Como se recuerda la captura de pulpo iniciará el primer minuto del sábado uno de agosto, por lo que la mayoría de los pescadores afinan los últimos detalles de sus embarcaciones, aunque enfrentan el último obstáculo, la compra de carnada y combustible, gasta que supera los cinco mil pesos.
Don Joaquín Guzmán Baas, con más de 40 años en la pesquería de pulpo, dijo que la actividad es una de las mejores en la entidad, por lo cual se tiene la esperanza de que el mercado local les compre sus productos y no dejar ese especio a los depredadores, porque seguramente saldrán igual a la pesca.
“Hasta ahorita, a menos de tres días, no hay ningún avance o información de apoyos, por eso no podemos hacer mucho al tener las lanchas varadas por la falta de mercado para las diversas pesquerías.
Aseveró que cuando menos se necesitan de 3 a cinco mil pesos para la pintura de las embarcaciones, mientras para las otras necesidades requerirían hasta mil pesos, dando espacio para poder aguantar los primeros días de actividades y ver cómo se comporta hasta septiembre, cuando se esperan los mejores resultados.
Comentó que hace un año estuvo mala la temporada porque se vendió a precio bajo, por lo que algunos quedaron con deudas con sus patrones.
“La pandemia por COVID-19 ha obligado a muchos pescadores a vender pescado a pie de playa, es decir, en las calles cercanas a los muelles se está ofreciendo el alimento para ganar algo y no dejar los productos de escamas congelados, aunque pasen más de tres días para darle salida, eso nos ayuda para juntar dinero y cubrir las necesidades de avituallamiento de embarcaciones”, platicó.
Condicionan salida
En Champotón, los pescadores señalaron que no hay quien compre el pulpo no saldrán a su captura, porque de por medio va el precio, la esperanza es que sí haya compradores, cuando la veda se levanta en las primeras horas del 1 de agosto y cierra el 15 de diciembre.
El pescador José Manuel Delgado Aguilar mencionó que este año va ser difícil que inicie el 1 de agosto, porque hasta el día de hoy no hay comprador que se arriesgue, porque los permisionarios que se dedican a la compra y venta están a la espera de que el vecino Estado de Yucatán inicie que se comercializa al extranjero y desde ese momento se fija el precio por lo que tienen que esperar.
Indicó que “si en los días que falta al 1 de agosto los propietarios de las bodegas deciden comprar el pulpo, todo el material que necesitan para adornar una lancha y los alijos como cordeles, jimbas, plomo y armellas, lo puede uno adquirir en las ferreterías, otros ya tienen los plomos del año pasado, por la experiencia lo hacen en un día, lo que los detiene que no hay comprador y mientras no haya no van a poner sus cordeles”.
El entrevistado añadió que “en el municipio hay unos 15 compradores directos, aunque después salen luego los coyotes, quienes a veces te pagan hasta cinco pesos más que los permisionarios bodegueros, el gasto único que se genera en las compras de cordeles plomos, armellas y las jimbas para dos alijos te da con mil 500 pesos, a la hora de salir a la captura del pulpo es otro gasto ya que debes llevar 60 litros de combustible, ocho kilos de carnada y tu alimentación apenas te alcanza con 2 mil pesos.
“Esto último nos detiene para salir a la captura, porque no sabes el precio real del kilo de pulpo, el año pasado terminó entre los 50 y los 60 pesos, ahora con el problema de la pandemia hay dudas de que a los países que exportan el vecino Estado de Yucatán no han asegurado y es lo que marca pauta”, finalizó.
Por David Vázquez y Erasmo Cruz Díaz