Por sus siglas en inglés “Reacción en Cadena de la Polimersa”, las pruebas PCR son aquellas que se realizan al obtener una muestra con un hisopo que se introduce en la nariz, mismas que son más seguras, aunque más tardada, para obtener los resultados -tienen un 99 por ciento de sensibilidad y de especificidad-, por lo que son muy exactas.
Las pruebas serológicas, mejor conocida como “rápidas”, se realizan mediante una muestra de sangre, detectan inmunoglobulinas y muestran una sensibilidad total de 88.66 por ciento y especificidad de 90.63 por ciento, con la probabilidad de obtener falsos positivos.
Cabe destacar que el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, señaló que no es recomendable el uso de pruebas rápidas para la detección del COVID-19, pese a que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) autoriza la comercialización.
Se constató en laboratorios los precios de las pruebas PCR, que van desde los cinco mil 500, cuatro mil 500 y cuatro mil pesos, mientras que las pruebas rápidas son ofertadas en mil 850, mil doscientos e incluso 800 pesos.
Sin embargo, las pruebas para diagnosticar este padecimiento para las personas que presentan los síntomas se realizan de manera gratuita en la Ssa y en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Con base en información del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE), en la entidad existen 159 laboratorios de análisis clínico, de los cuales sólo dos cumplen con el reconocimiento para realizar el diagnostico de COVID-19 con fines de vigilancia epidemiológica.
Por Irene Barradas
Por Redacción Digital Por Esto!
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