Con la finalidad de rescatar las tradiciones y tratar de resarcir el daño a la economía a la familia por la pandemia, ciudadanos de Calkiní se dedican a vender pibipollos por no encontrar alguna fuente de trabajo.
Con relación a lo anterior, Florentino Ek Ucán mencionó que la crisis afecta de manera severa a los hombres del campo, y por este motivo se vieron forzados a dejar las parcelas para ofrecer elotes cocidos o tamales por las calles.
“El apoyo de las autoridades municipales no llega, y si lo hace es a cuentagotas, pero eso no alivia las carencias por las que atravesamos”, expuso.
Aseguró que en su caso debe levantarse por la madrugada para iniciar los preparativos de los tradicionales pibipollos, ya que los prepara con la receta familiar y horneados bajo tierra.
Se pudo constatar que los niños participan activamente en estas actividades, pues ayudaron en el proceso de cocimiento, desde enterar la masa cruda, acarrear leña y piedras, hasta verter la tierra al pib.
Por Néstor Cuevas