Por las bajas ventas, tener mayor cercanía con las personas y las complicaciones generadas desde marzo a la fecha por la contingencia sanitaria, 50 locatarios han salido del mercado “Pedro Sainz de Baranda”, para apostarse en las avenidas o calles, en búsqueda de obtener mejores ingresos.
La comerciante Orlanda Gutiérrez Hernández destacó que hasta el momento ha sido positivo moverse a otros lugares, ya que en el “Pedro Sainz” los productos prácticamente se pudrían por la falta de clientes.
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“En este lugar (avenida Dársena) se ha hecho limpieza todo el tiempo con la intención de atraer más compradores; es decir, uno no estorba con sus actividades si ayuda a dejar presentable el lugar”, comentó.
Expresó que las ventas tienen días buenos y malos, pero si se compara con la actividad en el mercado durante los seis meses de pandemia, tienen menos pérdidas y no se adquieren deudas.
Dijo que hasta el momento la crisis por COVID-19 es todavía un duro golpe para todos los sectores de ventas de alimentos del mundo, desde vendedores hasta distribuidores y agricultores.
“Los marchantes buscan otros lugares para comprar y no ir al mercado, por el riesgo de contagios de COVID-19, eso lo debe entender cada una de las autoridades; yo hasta el momento tengo programado quitarme de aquí el 17 de septiembre, pero si la autoridad me pide retirarme antes, lo hago, siempre y cuando me avisen con tiempo”, señaló.
Deuda
La entrevistada comentó que la situación se ve difícil y muchos dedicados al rubro recurrieron a la adquisición de deudas para obtener recursos.
“Por eso pedimos a la gente que si ve un puesto en alguna esquina, nos compre; de verdad necesitamos el apoyo, más si se considera que en los súpers no hubo disminución de precios”.
Añadió que también es importante recibir apoyo en el mercado, donde hay de todo, desde carne de puerco y pollo, así como un ambiente de seguridad por parte de los policías, además de existir monitoreo constante con cámaras de vigilancia.
Con ello dejó entrever lo momentáneo de su decisión, para retornar más adelante a la vieja central de abasto, que no deja de ser el corazón comercial.
Por David Vázquez