Un hombre de la tercera edad que pide caridad en el centro de Ciudad del Carmen fue fundador del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Ciudad del Carmen, se trata de Luis Rafael Gómez, quien además, brindó ayuda como rescatista en los estragos que causó el terremoto de 1985 en la Ciudad de México.
Bajo el calor del sol y sentado en un exhibidor de una tienda de ropa de la calle 22, Rafael compartió que fue en 1986, cuando recién llegado de su natal Mérida, Yucatán, donde aprendió este oficio, fundó la estación de Bomberos de Ciudad del Carmen, cuando era presidente municipal Luis Roberto Silva Pérez, quien por las gestiones del entonces rescatistas con el gobernador del estado, destinaron recursos para el equipamiento del lugar, además, con la ayuda del Club Rotario, se realizó la construcción de la misma.
No obstante, dijo que después de su retiro, no encontró una fuente de empleo estable por lo que ahora se vio en la necesidad de pedir apoyo económico a los transeúntes de Carmen.
Pese a realizar dicha acción en la vía pública, el bombero retirado contó que se siente orgulloso de las labores que realizó no solo en esta ciudad, sino en muchas otras de la República Mexicana.
Por ejemplo, además de fundar la estación carmelita de bomberos, colaboró en la creación de los cuerpos y estaciones de bomberos de diferentes municipios del estado de Veracruz, la de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, la de Cuautitlán, en la Ciudad de México, y la de Candelaria, también en el estado de Campeche.
Narró que su etapa como bombero comenzó en el año 1952, en su tierra natal y se retiró hasta el año de 1997, ya como miembro del cuerpo de rescate de la Isla.
Platicó que una de sus mejores anécdotas durante todo el tiempo que se dedicó a esta actividad, fue haber participado en las labores de rescate de entre los escombros que dejó el sismo que sacudió la capital del país el 19 de septiembre de 1985.
Señaló que pese a ser beneficiado con el programa de apoyo a adultos mayores del Gobierno de la República, este recurso no le alcanza para solventar sus necesidades básicas en su totalidad, pues tan solo en la renta de su vivienda, destina dos mil pesos de la cantidad que recibe y tampoco ha podido encontrar algún empleo a su edad.
Expresó que desde hace un tiempo, no ha contado con el apoyo de sus hijos, pero no quiso expresar al motivo de esta lejanía. Al cuestionarle si ya se había registrado para el programa de vacunación contra el COVID-19 para adultos mayores, contestó emocionado que sí fue registrado por un ahijado, quien lo visita regularmente.
GCS