La contaminación que genera el desecho irresponsable del cubrebocas no sólo es hacia la propagación del virus que transmite el SARS-CoV-2, sino también por los daños colaterales al tapar drenajes y afectar la fauna en general, coinciden tanto la presidenta del Colegio de Médicos, Silvia Esther Rodríguez Vargas y ambientalistas.
Advierten de las afectaciones que provoca la falta de cultura y sensibilización al tirar este tipo de desperdicio, que ya se volvió parte de entorno urbano a consecuencia de la pandemia.
Rodríguez Vargas egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad Lasalle y con especialidad en anestesiología, subrayó que los campechanos en particular no educamos en el manejo de la basura y la tiramos inadecuadamente.
Advirtió del riesgo de desechar mascarillas contaminadas con el virus, pues afectan a los mantos freáticos, y también a las aves cuando se les enreda, pues incluso es causa de muerte.
Lamentó que algunas personas tiren irresponsablemente a la calle este implemento que forma parte de la nueva normalidad, pues con las lluvias tapan las coladeras y provocan inundaciones.
Planteó que no se tiene la costumbre de separar la basura orgánica de la inorgánica, ya que de esta forma además se depositan los cubrebocas en otra bolsa para evitar problemas posteriores.
Reconoció que a todos les corresponde hacer su parte en el manejo de la basura, y sobre todo ahora, ante las condiciones sanitarias que prevalecen por el coronavirus, para que los ciudadanos utilicen correctamente el cubrebocas y no lo tiren en cualquier lado.
Consideró que las autoridades de todos los niveles de gobierno, así como los médicos, deben aportar en el uso correcto de las mascarillas, ya que se retira de forma inadecuada lo que puede propiciar el contagio.
Ejemplificó que el uso de este tipo de protección contra la pandemia se ha extendido en el área médica, específicamente en la quirúrgica, de ahí la importancia de su adecuado manejo por lo que es necesario insistir en la importancia de saber colocarlo así como de su retiro para evitar posibles riesgos.
Sin embargo, expuso que existen personas que tienen el coronavirus, pero son asintomáticos, lo que incrementa el riesgo de contagio por el uso inadecuado y su depósito sin tomar las medidas correctas al colocarlo en la basura.
Estas personas, al toser, estornudar o platicar, representan un alto riesgo de contagio porque desconocen que son portadores del mortal virus.
Consideró que quienes recolectan la basura también están expuestas a tocar un cubrebocas contaminado, por lo que es necesario como sociedad implementar el área de la educación ambiental, pero es necesario comenzar a aplicar estas medidas y estar consciente del respeto que debemos tener a nuestros semejantes y al medio ambiente.
También es necesaria la educación y conciencia ambiental, por lo que es necesario adquirir una sensibilidad hacia los temas del orden ecológico y de medio ambiente.
En el caso de la basura y en específico del cubrebocas, es una problemática actual que se debe corregir por representar un foco de infección, no sólo al propagar el contagio, sino también por el material con que se elaboran.
Agregó que además del tema de los mantos acuíferos, se suma la contaminación que genera en el mar y la afectación a la fauna marina, ya sea peces o tortugas, además de las aves.
Significó que inicia la temporada de desove de los quelonios marinos, y el que se enreden con estos productos también representa un riesgo, así como para las aves, pues se ha visto en redes sociales las afectaciones en sus picos cubiertos con cubrebocas que les impide comer.
Señaló que tirar a la calle el cubrebocas puede propiciar que llegue al mar, y en el ciclo de contaminación se consuma cuando un pez lo traga y a su vez en consumido por el ser humano.
Por lo anterior, propuso que el uso de cubrebocas reutilizables, pero con materiales que protejan del virus para disminuir los volúmenes de consumo y también aportar en la reducción de la basura.
Síguenos en Google News y recibe la mejor información
JG