La construcción de un dren en Hampolol durante noviembre del año pasado no ha evitado la formación de encharcamientos al paso de las lluvias y esto afecta a las viviendas de Chemblás, según reportaron por separado los vecinos Yolanda Heredia y Martin Rueda, que aseguran que las inundaciones se deben a la contaminación local y la mala planeación del drenaje.
Coincidieron en que durante junio del 2020 las tormentas “Amanda” y “Cristóbal” dejaron graves afectaciones por escurrimientos de agua desde Hopelchén hasta la Junta Municipal de Hampolol, por dónde atraviesa la cuenca llamada Río Verde, que desemboca al mar.
En aquella ocasión se inundó la entrada a Chemblás, donde el agua cubría los más de 800 metros del camino de acceso a la comunidad y al paso de los días alcanzó una profundidad de metro y medio, razón por la cual el ejido quedó incomunicado y esto afectó a sus 500 habitantes que se veían forzados a cruzar en lancha.
Ante ello, el jueves 15 de octubre, elementos de la Guardia Nacional (GN), del Ejército y de la Secretaría Armada de México (Semar), así como ejidatarios con apoyo de maquinaria del Ayuntamiento y gobierno del estado, iniciaron la construcción de un ducto el cual tendría una forma de cruz para evitar estancamientos de la corriente; sin embargo, ocho meses después se evidenció que el dren no cumple su cometido.
Por las recientes lluvias, Chemblás nuevamente se encuentra al borde de la inundación, pues la corriente de agua proveniente de Hopelchén ya rebasó el nivel máximo de la cuenca de Río Verde, y ésta empieza a desbordarse por la carretera, la cual fue reconstruida hace apenas tres meses precisamente por las inundaciones pasadas.
Por lo anterior, los habitantes consideran que el ducto no detendrá el flujo de agua y volverán a inundarse.
Al respecto, Yolanda Heredia, mujer de 50 años que vive a la orilla del ejido, comentó que su propiedad registra acumulación de agua en el patio, y ante esto inició con la evacuación de algunos objetos que considera de mayor valor.
“No vamos a esperar a inundarnos así que ahora empezamos a subir a la segunda planta las camas, sillas y hasta los televisores, porque tuve que comprar dos nuevos tras las inundaciones pasadas”, dijo.
Señaló también que otra causa por la que se inundan es la operación de una empresa que se dedica a la crianza de peces, pues vierte agua hacia áreas verdes pero el líquido aniquila las plantas y el agua se estanca, la cual se suma a la que viene de los escurrimientos desde Hopelchén.
Por su parte, Martin Rueda aseveró que hubo mala planeación en la construcción del caño, ya que edificó en un lugar inapropiado.
Cómo recordará, el ducto mide 174 metros de largo por ocho de diámetro, pero el proyecto original indicaba que debía ser de 12 metros de ancho, lo cual no se pudo realizar debido a la cantidad de piedras que había en el sitio.
Además, ninguna de las instancias federales y emitió información relacionada con el costo total de esta obra.
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GH