Los delfines “toninas” han encontrado en la región de la Laguna de Términos un paraíso para convertir el área natural en un “santuario de delfín”, al grado que algunos especímenes pasan toda su vida en este lugar ubicado en aguas colindantes con el municipio de Ciudad del Carmen, con el Golfo de México.
El biólogo Alberto Delgado Estrella explicó que en el Jardín Botánico de la Laguna de Términos se ha iniciado desde unos años un estudio para conocer cuántos delfines habitan en la zona y como se mueven o los lugares de donde provienen.
También destacó que el Jardín Botánico de la Laguna de Términos pertenece a la Universidad Autónoma de Carmen (Unacar) y es sede de las Investigaciones de Posgrado de Centro de Investigaciones y Ciencias Ambientales.
La Laguna de Términos tiene un extensión aproximada de 706 mil 147 hectáreas, donde 547 mil 278 son terrestres y 158 mil 868 del ecosistema marino, con datos corroborados con la Secretaría de Medio Ambiente, Cambio Climático y Energía (Semabicce).
“La inquietud es para saber cuántos delfines hay, cómo se mueven, para qué utilizan la Laguna de Términos, considerando que el espacio natural es una de las zonas más importantes para la distribución de los delfines en el Golfo de México; entonces ese es el interés de la investigación”, destacó.
Recordó que mediante trabajo de campo y monitoreo están analizando aspectos de alimentación, relación con pobladores de la zona, ambiente y la contaminación, considerando que los delfines son una especie protegida.
Los delfines están considerados por la Procuraduría de Protección al Ambiente (PROFEPA) como una especie protegida y que pertenece al grupo de los cetáceos, que agrupa a los odontocetos (cetáceos dentados) y marsopas; así como a las ballenas barbadas, como la gris y jorobada.
Alberto Delgado Estrella destacó que las investigaciones tienen tres vertientes, para saber cuántos y donde están con embarcaciones con motor fuera de borda, proceso que consiste en salir desde las siete u ocho de la mañana, en grupos de cuatro a cinco personas, estudiantes e investigadores; para recorrer partes de la aérea natural protegida.
Detalló que cuanto encuentran un grupo tratan de seguirlos el mayor tiempo posible para contarlos, ver si hay crías y conocer que actividades realizan, adicional a las labores también registran las condiciones ambientales; como características del agua; profundidad; temperatura; salinidad; entre otros para conocer si afecta a los delfines y su actividad.
“Otra actividad es sacar fotografías para tener imágenes porque por medio de sus aletas dorsales se pueden identificar a los individuos, así se individualiza a cada uno y con ello obtenemos información si se mueven a lo largo de un día o el año, bajo el parámetro de ecología de abundancia y distribución”, explicó.
Luego comentó que igual hacen recorridos por la playa o atienden avisos de varamientos, cuando hay algún cadáver o están con vida.
Estas labores de registro de los individuos y toma de datos; sexo; tamaño; si hay marcas de lo que pudo haber pasado.
Así como de análisis posteriores de contaminantes o sustancias toxicas. “En los últimos años hemos estado trabajando tomando biopsia de los animales, pequeñas partes de la piel o grasa para usar las muestras y buscar contaminantes, con su respectivo permiso federal, con los cuales obtenemos información de cómo algunos delfines han estado acumulando compuestos en la laguna”, platicó.
Otro método de estudio es mediante trasmisores satelitales, para saber cómo se mueven en una semana o 60 días, cuyo objetivo es no seguirlos en lancha, considerando que la mayor parte de los delfines en la laguna viven de manera permanente durante muchos años, algunos durante toda su vida, mientras otros están unos días semanas y se van a otros lugares del Golfo de México
En cuanto a los varamientos dijo que han visto que las actividades humanas tienen un mayor grado de incidencia en la muerte, por los registros de delfines varados con marcas de redes en su cuerpo.
“Ya muy recientemente se han encontrado que tienen cantidad y diversidad de sustancias químicas, como plaguicidas e hidrocarburos, pero las concentraciones son bajas y no afectan a corto plazo la supervivencia de la especie en la laguna”, abundó.
Agregó que en la Laguna de Términos hay una convivencia armónica entre los delfines y el área natural, pero destacó que deben lidiar con la pesca, actividad turística, entre otras humanas, como la actividad petrolera.
Estas labores de registro de los individuos y toma de datos detallan sexo, tamaño y si hay marcas de lo que pudo haber pasado.
Así como de análisis posteriores de contaminantes o sustancias toxicas. “En los últimos años hemos estado trabajando tomando biopsia de los animales, pequeñas partes de la piel o grasa para usar las muestras y buscar contaminantes, con su respectivo permiso federal, con los cuales obtenemos información de cómo algunos delfines han estado acumulando compuestos en la laguna”, platicó.
Otro método de estudio es mediante trasmisores satelitales, para saber cómo se mueven en una semana o 60 días, cuyo objetivo es no seguirlos en lancha, considerando que la mayor parte de los delfines en la laguna viven de manera permanente durante muchos años, algunos durante toda su vida, mientras otros están unos días semanas y se van a otros lugares del Golfo de México
En cuanto a los varamientos, dijo que han visto que las actividades humanas tienen un mayor grado de incidencia en las muertes, por los registros de delfines varados con marcas de redes en su cuerpo, muy evidentes.
“Ya muy recientemente se han encontrado que tienen cantidad y diversidad de sustancias químicas, como plaguicidas e hidrocarburos, pero las concentraciones son bajas y no afectan a corto plazo la supervivencia de la especie en la laguna”, abundó.
Agregó que en la Laguna de Términos hay una convivencia armónica entre los delfines y el área natural, pero destacó que deben lidiar con la pesca, actividad turística, entre otras humanas, como la actividad petrolera.
Síguenos en Google News y recibe la mejor información
CC