Campeche

Rudesindo Cantarell, el pescador que descubrió el oro negro en la Sonda de Campeche

Un olor fuerte a gasolina, llevaron a Rudesindo Cantarell a descrubrir lo que hoy se ha convertido en una importante plataforma de extracción de petróleo en la Sonda de Campeche
La industria petrolera resultó tanto una maldición como una bendición para la Isla. / Especial

El descubrimiento de petróleo en la Sonda de Campeche se dio fortuitamente cuando el patrón del barco “El Centenario del Carmen”, Rudesindo Cantarell Jiménez, a 70 millas de la Isla del Carmen y a 22 brazas de profundidad, vio una burbuja en medio del mar con un fuerte olor a gasolina.

En el año 1958, de acuerdo con la historia de Carmen y la petrolera; actualmente muy pocas personas recuerdan a Cantarell Jiménez y que los estudios que realizaron los ingenieros Javier Meneses, Serafín Paz y Mario Galván, en 1971, guiados por Rudesindo Cantarell confirmaron el hallazgo que tuvo lugar 13 años antes.

Noticia destacada

Éste fue el secreto mejor guardado en la Sonda de Campeche... y el mundo

Los pozos Bacab, Abkatún, Ku, Maloob, Akal y Nohoch elevaron la producción de crudo a un millón de barriles diarios en la década de 1980, casi 40 por ciento más de lo que extraía México; la riqueza era prometedora pues se calculó que había unos 40 mil millones de barriles, lo que dio pie a que el Gobierno emprendiera grandes proyectos de infraestructura y gasto público; mientras que el Presidente de México, José López Portillo, se ufanó  en decir que los mexicanos se prepararan para administrar la abundancia.

En 1968, a sugerencia de un amigo, Cantarell Jiménez reportó a Petróleos Mexicanos (PEMEX) el hallazgo y en 1971 ingenieros de la empresa son guiados a la “chapopotera” para hacer estudios, cuyos resultados fueron la localización del campo petrolero más grande de México. Cantarell Jiménez en 1978 recibió un homenaje por parte del Gobernador del Estado, Rafael Rodríguez Barrera, y del entonces director de PEMEX, Jorge Díaz Serrano.

De acuerdo con la historia, en el año 1958 el pescador de 44 años había visto por primera vez una mancha negra en medio de las aguas azul turquesa del mar de Campeche, en el Sureste del país. Al principio no le dio mucha importancia, o no quiso dársela, sabedor de que eso podría transformar la vida de Ciudad del Carmen.

Como muchos de los habitantes de las costas, la vida de Rudesindo Cantarell (1914-1997) estaba en el mar y la pesca. Su padre lo llevó a trabajar desde los 10 años, de acuerdo con relatos que hizo el propio descubrir del petróleo en la Sonda de Campeche, y desde entonces laboró en pequeñas canoas y embarcaciones pesqueras de la región, hasta grandes buques en los que llegó a Cuba y Estados Unidos.

A bordo del barco “Centenario del Carmen” divisó aquella mancha en el mar que otros pescadores suponían que se trataba de los remanentes del naufragio de alguna nave; sin embargo, Rudesindo, sospechaba que era chapopote; e incluso relató que le dio por tirar su equipo de pesca porque pensó que era un barco o algún chalán hundido, pero el fondo salió limpio.

En entrevista que dio a medios nacionales sobre el hallazgo, Cantarell Jiménez mencionó que se guardó durante casi una década lo que vio y descubrió, hasta que en 1968 llegó al puerto de Coatzacoalcos, Veracruz, a vender pescado y les comentó a otros pescadores que había descubierto petróleo.

Los estudios de los ingenieros Javier Meneses, Serafín Paz y Mario Galván, guiados por Rudesindo Cantarell, confirmaron el hallazgo. Los pozos Bacab, Abkatún, Ku, Maloob, Akal y Nohoch alcanzaron a extraer un millón de barriles diarios en la década de 1980.

Sin embargo, para Ciudad del Carmen, la invasión de la industria petrolera confirmó los temores de los camaroneros de la región: unos mil barcos pesqueros ya no pudieron navegar por ahí. En cuanto llegó PEMEX, se clausuró la pesca, y la tradición de pueblo pesquero de un siglo desapareció.

Síguenos en Google News y recibe la mejor información.

JG