La lluvia ácida que es producto de las emanaciones de los mecheros de instalaciones de Petróleos Mexicanos (PEMEX) en la Península de Atasta, estaría detrás de diversas enfermedades, como podría ser el cáncer que han desarrollado algunos pobladores, señaló Froilán Palestino Cruz, presidente de la Asociación de Médicos Egresados de la Universidad Veracruzana, al lamentar que pese a que durante más de tres décadas a la empresa se le pidió generar un programa de vigilancia en materia de salud como parte de su responsabilidad social, las siete comunidades de la región han padecido, sin que ellos admitan que la industria petrolera ha desmejorado su calidad de vida.
Tras las dos fugas registradas hace dos semanas en el Centro de Proceso y Transporte de Gas en Atasta (CPTG) que hasta el momento sigue sin aclararse las causas y pérdidas a la industria, ambientalistas han referido que esto solo vino a poner el dedo en llaga, de un problema que no se ha atendido en más de 30 años, pues todas sus instalaciones carecen de mantenimiento y de una verdadera falta de supervisión de que el funcionamiento no contamine.
A decir del galeno, los quemadores de campo y el azufre se emiten a la atmósfera como dióxido de azufre (SO2), un producto también dañino para la salud, perjudicial para el medio ambiente y causante de la lluvia ácida, esta que representa graves riesgos para la salud, ya que pasan directamente al sistema circulatorio humano a través de las vías respiratorias.
“Los pobladores lo han dicho, una y otra vez, que las lluvias ácidas que provocan los mecheros, han detonado enfermedades de tipo alérgico y a las vías respiratorias y por los contenidos de plomo y otros químicos se han visto casos de cáncer, pero nunca lo han querido aceptar, es un asunto de salud pública en el que PEMEX debería investigar, porque todos sabemos que tiene más de 30 años de esas instalaciones y que se ha simulado el mantenimiento, o sea, no hacen procesos adecuados por ello, el sector salud estatal, deberá intervenir”, dijo.
Palestino Cruz, agregó que, más allá del pago que crea PEMEX que debe solventarle a los pobladores, por usar sus terrenos, dañar sus caminos, debe ser responsable socialmente por el tipo de industria que atrae efectos colaterales, por lo que, antes de que esta situación siga avanzando y enfermando a la población, deben protestar para que se investigue las emanaciones de los mecheros, sobre todo hay que hacer eco para la vigilancia de cumplimiento de la Norma de salud aplicable.
“La Norma Oficial Mexicana NOM-022-SSA1-2010 en materia de salud ambiental, es específica en el criterio para evaluar la calidad del aire ambiente, como medida de protección a la salud de la población, apenas fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el 29 de febrero de 2024, hace casi un año y ahí dice que la concentración de dióxido de azufre como contaminante atmosférico no debe rebasar el límite máximo normado de 110 ppm promedio en 24 horas, una vez al año, para protección a la salud de la población, entre otros parámetros, entonces, este debería ser de observancia para las autoridades federales y locales, que tengan a su cargo la tarea de observar y evaluar la calidad del aire, especialmente en la Península de Atasta”, concluyó.
JGH