Cultura

Parque Emiliano Zapata

Verónica Alonso Coro

México en La Habana

La barriada de Miramar, al oeste de la ciudad de La Habana, tiene más de cien años y aún deleita a quien la transita gracias a sus amplias avenidas y llamativas mansiones. Fue habitada, a partir de los primeros años del siglo pasado, por importantes propietarios de la Cuba prerrevolucionaria, que buscaban áreas nuevas, más modernas y lujosas donde habitar.

A semejanza de su antecesor El Vedado, barrio preferido por una parte importante de la aristocracia habanera de finales del siglo XIX, la urbanización de Miramar priorizó desde sus inicios los espacios verdes. Uno de ellos, con frecuencia conocido como Parque Miramar esconde, entre jagüeyes y flamboyanes, un segundo nombre y un monumento a la hermandad entre pueblos.

Un recuerdo de México ha poblado ese espacio arbolado desde 1964, cuando cambió su nombre al de “Emiliano Zapata”. En dicho año se emplazó una escultura de ese prócer de la independencia, que fue sustituida en 2011 para celebrar el centenario del inicio de la contienda del país azteca por su soberanía. El monumento actual, de alrededor de cinco metros de altura, fue donado especialmente al sitio por autoridades mexicanas.

La antigua escultura, que había resguardado el parque durante décadas, fue trasladada a un lugar de reposo: la Casa del Benemérito de las Américas la recibió y actualmente forma parte de la colección de ese centro, símbolo de la profunda amistad entre Cuba y México.