Cultura

Alberto Híjar Serrano

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Ciprianodonte, folklojazz a la breve distancia de un soplido, dirigido por Arturo Cipriano, resultó de un concierto en el Teatro de la Ciudad. Señala el rumbo de la vanguardia necesaria para transformar la historia de proclamas autocomplacientes empantanadas en la terca realidad del capitalismo por desposesión implacable que impone su ritmo y su compás. Sin concesiones melódicas, Cipriano dirige instrumentaciones del teclado, los metales y las percusiones con incursiones de la voz como un instrumento más, pero al servicio de la poética anticolonial de Aimé Césaire, el poeta de Martinica promotor de la negritud en contra del folklore de un tropicalismo festivo, superficial y mercantil. El disco trabaja poemas de Alfonso Reyes, Rabou Abou Kabou, García Lorca, Enrique González Rojo, Barba Jacob y Mariano Brull, incluyendo toques del México campirano como el Cihuapipiltin, Chinelito y Leyendas del Chupilote. Las jitanjáforas, juegos con palabras cercanas a la onomatopeyas, adquieren musicalidad plena y descubren que Barba Jacob no es solo un erótico romántico. Deudor de la aportación brasileña a esta descolonización, Cipriano incluye toques de esos ritmos que lo construyen tanto como los caribeños, en beneficio de superar el panfleto narrativo y musical. De eso se trata en el anticoloniaje radical.

La presentación del libro El cantor con el sol en el sombrero, sobre la vida y obra de León Chávez Teixeiro, en el Museo del Chopo el 14 de diciembre, dio cuenta de un saber popular de ardua construcción insobornable por la industria de la cultura. El trabajo literario de Héctor Gasca tardó años en reunir entrevistas, testimonios de lugares y organizaciones, situaciones personales definitorias, agrupaciones que van de la comuna de Santa María a la militancia en el Partido Mexicano del Proletariado y el trabajo barrial en la colonia Martín Carrera, con todo y clandestinaje, para hacer el periódico Acción Proletaria y romper al fin para dedicar a Brecht la revista Fragua, luego de enfrentar la represión policiaca a una casa de seguridad. Graves diferencias apunta el libro entre el Comité Central, con alto nivel de crítica marxista para el excelente programa y la militancia tratando de resolver la formación de cuadros, y el trabajo de barrio. La película reciente de Mariana Rivera y su compañero, el músico, sonidista y hoy cineasta Josué Vergara, da cuenta mínima de los nudos de relaciones sociales con trabajadoras significadas por las canciones. Además de sus presentaciones formales iniciadas en el Museo Tamayo, la película anima campamentos y plantones como el de la Avenida Aztecas 215 frente a las cuatro torres de Quiero Casa que han cegado el manantial de agua potable. Doña Fili fundadora y actual dirigente de la resistencia de Santo Domingo Pedregales en los sesenta es una de las participantes en la película que será exhibida ahí antes de que termine 2018.

Desde los doce años de edad, en que León sufrió la quemadura del tobillo que ha dañado toda su vida, la irregularidad escolar lo condujo a la formación con los cuates para encontrar a los mejores y construir con ellos un saber crítico inclaudicable. De ahí la inclusión en el homenaje del Chopo, de la orquesta de jóvenes muy jóvenes de Sudamérica con el arreglo salsero de “Ocho metros seis pulgadas ocho octavos dieciséis”, alternando solos y coros de tres excelentes cantantes al ritmo que León bailó desde las bambalinas. El atavío de pantalón negro y camisa blanca señala la disciplina de la decena de excelentes músicos críticos y libertarios.

Rafael Catana llegó desde su carrera continua compartida con Rockdrigo González y Los Rupestres para cantar El gato, la primera canción de culto de León, cuando el barrio, la azotea, la convivencia, determinó un proyecto social de solidaridades resistentes a las rutinas. Un acordeonista entró a la sala para acompañar al galardonado poeta Catana como gran metáfora del afuera, de la calle.

Roberto González, su hija cantante y jaranera, y una guitarra más, contribuyeron a probar la apropiación veracruzana del espíritu de El vecino, la canción que León ha hecho famosa. Como los demás participantes en el homenaje, eligió cantar la famosa canción de su autoría El huerto: “y con qué fin toda esta dialéctica en la historia”.

Guillermo Briseño y su magistral uso del teclado cantó La vieja gorda y callada como prueba de economía musical extrema. En su participación en los comentarios al libro, lo corrigió al precisar la formación del Nuevo Canto con la presencia autonomista de la Limar (Liga Independiente de Músicos y Artistas Revolucionarios) que tanto hizo por la buena música. La continuidad de este empeño mantiene la escuela Del Rock a la Palabra, que ha hecho el disco Ayotzinapa, esperanza abierta, con doce canciones seleccionadas, incluyendo la de Briseño que da título al disco, excelentemente editado con las fotos y los nombres de los desaparecidos.

Por estos días de noviembre a diciembre, dos libros proclaman los encuentros de la memoria crítica a partir de situaciones represivas: Para que no se olvide: Teresa Proenza (1908-1989). Una espía cubana en la política, cultura y el arte de México, de Javier Guzmán, y el del doctor Mario Rivera Ortiz, La conexión cubana para refutar la sarta de falsedades del expediente de la Dirección Federal de Seguridad que lo involucra como infiltrado en campamentos guerrilleros en Yucatán y Guerrero por órdenes de Fidel y en el asesinato de Kennedy, donde la doctora Carlota Guzmán y su hermana Irma estarían tan involucradas como Teresa Proenza con Lee Harvey Oswald, uno de los asesinos que intentó conseguir visa para viajar a Cuba antes del atentado. Secretaria de Prensa y de Cultura de la Embajada de Cuba en México, Teresa Proenza no hizo otra cosa distinta al ejemplar cumplimento de sus funciones, incluyendo la de establecer buenas relaciones diplomáticas, lo mismo con Caridad Mercader, la madre del asesino de Trotsky, y Carmen Burfau, la anarcocomunista catalana, que con diplomáticos chinos cuando su país y la URSS disputaban la hegemonía socialista en el mundo; todo lo cual fue suficiente para que sufriera el retiro de su pasaporte y la permanencia en La Habana culminada en su jubilación, para regresar a México enferma y medio inválida para gozar de la compañía del grupo de intelectuales al que pertenecía Xavier Guzmán. Los chismes comunistas que acusan de policía a los militantes críticos determinan la dedicatoria del doctor Rivera a su compañero de celda en Lecumberri a raíz de la represión a la Juventud Comunista del 1 de mayo de 1952, Manuel Díaz Arzave. La grave acusación a Gustavo “Ñiñí” Patiño tuvo como respuesta su muerte en combate en la República Dominicana por los esbirros del dictador Rafael Leónidas Trujillo.

Humberto Musacchio narró la represión contra periodistas durante el Movimiento del 68 al participar en una mesa redonda en el Centro Nacional de las Artes. Amplié la lista con la destrucción paramilitar y policiaca de los talleres y oficinas de la revista POR QUÉ y la cárcel de su director Mario Menéndez Rodríguez, interrumpida por el canje de un cónsul inglés secuestrado por un comando de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria de Genaro Vázquez. El Señor director fue incluido en la lista de presos políticos asilados en Cuba de donde regresó años después para fundar la revista POR ESTO! que también estuvo a punto de ser reprimida por informar del fraude electoral de 1988 y de la brutal represión contra el Sindicato Petrolero y su dirigente Joaquín Hernández Galicia “la Quina”. Nada de esto impidió la construcción del diario con el mismo nombre con circulación limitada a la península de Yucatán e impedida en el resto de México. Los reportajes de las organizaciones armadas en toda América publicados desde los buenos tiempos de la revista Sucesos, son un documento histórico sin par.

De otra manera, Gonzalo Martré continúa produciendo literatura crítica con los tres tomos de Sabor a PRI, un nuevo tomo sobre Fantomas de quien fuera el principal argumentista y tres tomos sobre El Chanfalla era un gandalla, para dar cuenta de un personaje del barrio dotado de cualidades excepcionales en sus audaces trabajos. A sus 93 años Martré edita también poemarios y en especial Todos los cuentos, minicuentos y cuentemas (Ed. Vozavisal, 2016) de Enrique González Rojo Arthur, el ejemplar filósofo, poeta y maestro universitario. Nada de esto será reconocido por premios institucionales porque prueba la autonomía de constructores del saber popular sin privilegios estatales.