Ivi May Dzib
I
La literatura para niños y jóvenes ha sido menospreciada por escritores y lectores, mayormente por ignorancia, hay discusiones absurdas donde incluso se cuestiona su valor como arte, lo cierto es que hay una complejidad muy grande cuando se trata de hablar de la infancia a través de la ficción, ya sea desde el juego cuando se trata de textos para los primeros años, hasta el momento cuando el niño está a punto de pasar a otro proceso de vida. Las historias que encontramos en los libros para niños, por lo general, están protagonizadas por un infante, podemos entender las cosas que le tocan vivir en un mundo que va descubriendo, no solo en lo físico, sino también en lo emocional, y es entonces que el tema se complejiza si echamos una mirada a los conflictos por los que atraviesa el niño en el mundo actual. No hay que olvidar que no tiene mucho que al niño se le empieza a considerar históricamente como a una persona con derechos, hasta hace poco lo normal era que el niño recibiera una paliza por parte de sus padres o maestros sin que nadie se indignara.
¿Cómo hablar de la infancia en un país que tiene el primer lugar en abuso sexual infantil, en un país donde los niños son masacrados por el crimen organizado, donde la pobreza impide a un gran número de niños ir a la escuela, donde la explotación laboral y el turismo sexual son una realidad que es posible gracias a la complicidad de los políticos y las autoridades?
Los textos para niños abordan las problemáticas que se viven en la realidad de los infantes, mismas que se van complejizando mediante el contexto y la edad, no son los mismos intereses ni los mimos descubrimientos que tiene un niño de tres años que uno de siete o nueve, cambian los objetivos y los intereses, aunque si bien es cierto que una de las característica de este tipo de literatura es que se centra en lo que sucede en el universo emocional del niño, ese universo que los adultos negamos y reprimimos.
Muchos adultos, ya sean padres de familia, profesores o religiosos, no entienden lo importante que es hablar desde la mirada de la infancia de las problemáticas que giran alrededor de los niños y las niñas y consideran perverso o pervertido abordarlas, creen que las “cabecitas inocentes” de los niño no están preparados para hablar de la muerte, del abuso sexual, del suicidio, de la violencia intrafamiliar, del alcoholismo del padre, de la búsqueda de la identidad o de otras temáticas complejas que son consideradas tabús, pero que explican ese proceso de crecimiento en donde la confusión está dentro de nuestras mentes y muchas veces los infantes terminan encontrando las respuestas a las preguntas que se plantean, ya sea en la televisión o en el Internet, y muchas de esas respuestas terminan siendo una simplificación de la realidad que terminará por repetir de manera cíclica los mismos prejuicios que tienen los adultos.
La infancia es una de las etapas más complejas de la vida, se dice que es la mejor, pero es en esta etapa cuando vamos descubriendo el mundo material y emocional. La escuela, la casa y el barrio son los espacios que más frecuenta el niño, aunque también hay espacios laborales, vacacionales o de ocio a los cuales acuden los niños y las niñas, en esos espacios se desarrolla la ficción.
Muchos de los que leemos literatura para niños y jóvenes encontramos en las historias coincidencias con nuestra infancia, nos recordamos experimentando esas mismas situaciones y emociones y es en ese momento preciso en el que uno desearía haber tenido ese libro para poder dialogar con él, ya que al personaje le pasa lo mismo que me pasó a mí en su momento, esa es la valía de la literatura. Hay quien piensa que los textos para niños y niñas sirven para adoctrinar, moldear conductas o enseñar valores, nada más lejos de la realidad, la literatura para niños es un espacio de diálogo sobre lo que sucede en la infancia. De ahí que sea importantísimo que se cree un punto de encuentro donde escritores, lectores, padres, docentes, promotores de lectura y público en general puedan general un diálogo en torno a este importante fenómeno literario.
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