Cultura

Luis Carlos Coto Mederos

Nieves Rodríguez Gómez

1029

Mi padre siempre de prisa

Fuga del central Narcisa

en el verde que se inflama

de una misteriosa llama

que torna caña en ceniza.

Mi padre, siempre de prisa,

rompezón de rama y gajo,

tomó por súbito atajo,

ansias firmes de parar

y lo detuvo en su hogar

la tierra de Vuelta Abajo.

“¡Peligro!”, dijo la tierra,

“se ha soltado el amarillo

y va el color por el trillo

dejando un olor de guerra”.

Un hijo terco se aferra

a su amparo como un ciego:

“Hijo soy y no reniego

que mi color es el rojo”.

Fue tiempo del desalojo:

un tiempo de lucha y fuego.

1030

Háblame de esos cristales

Arroyos de Mantua, arroyos,

¿por dónde corrían? ¿Dónde

iban tus aguas? Responde,

¿por la playa y sus escollos?

¿Los cangrejos en los hoyos

sepultaban la corriente

de aquel caudal subyacente

en secretos manantiales?

¡Háblame de esos cristales!

¡Dame a beber de esa fuente!

1031

Viento, recuerdo que espanta

Un viento sur, terco viento,

dejó intranquila mi mano,

sólo el tejer verde guano

le sosegaba un momento.

Sopló en el techo violento,

empecinado y sin prisa.

Fue de calor y ceniza

aquella Semana Santa.

Viento, recuerdo que espanta:

nunca más jugué a la misa.

Vino de misa mi madre,

vino de rosario y velo

y quiso atrapar el vuelo:

rojo sueño de mi padre.

El viento sur dijo: “Ladre

mi can en la madrugada,

serás del templo arrojada

que ese sueño es atrevido”.

También por juego prohibido

fue mi madre excomulgada.

1032

Mi madre, tímido rayo

Tiempo, ¿por qué no te hallo?

¿Por qué grieta te me escapas?

Quiero atraparte y me atrapas

en una valla y un gallo.

Mi madre, tímido rayo

revoloteaba y un día

dulce luz, tierna porfía,

con las monedas en fiesta,

hizo en silencio su apuesta

trizas la melancolía.

1033

Sigues cautivo, As de copas

Copa de silencio llena

y de silencio vacía,

en mi niñez te veía

callada siempre, serena.

Era larga tu condena

de ir por las manos rodando

y con el tiempo gastando

los colores de tus ropas.

Sigues cautivo, As de copas,

sólo en los dedos soñando.

1034

Somos el mismo deseo

A la memoria de tía Lute

¿De qué silenciosa carta

se me ha fugado una tía

que regresa en elegía,

se me aleja y no se aparta?

Baraja, corta y descarta,

que soy quien sólo te veo.

Somos el mismo deseo

inconforme y poderoso.

Desde el brocal de aquel pozo

siento tu exiguo jadeo.

¿Qué génesis siboney

te dio el empaque y figura?

¿Dónde surgió la lisura

de tu pelo? ¿De qué grey

me llega una antigua ley

que me manda y que sostienes?

Tía, yo sé que retienes

algún cacique guerrero

atado con lazo fiero

y en la trenza lo mantienes.