Cultura

El arte lúdico de la creación

Fernando Muñoz Castillo

Y para cerrar el año, un grupo de artistas plásticos comandado por Jorge “Roy” Sobrino inauguró una exposición en el Centro de Artes Visuales. El nombre de la exposición es como el de todas las exposiciones que organiza Roy, sonoro y determinante, más si cuando sale el público de visitarlas le parece adecuado el nombre o no.

Dos mujeres: Celina Fernández y Lida Ponce y tres varones: Francisco Barajas, Manuel González y Roy Sobrino.

El espacio de la galería es amplio y da la oportunidad de que cada pintor tenga su propio espacio y el espectador pueda gozarlo a sus anchas.

Lástima que las bancas estén adornando el pasillo y no estén en cada una de las salas, ya que permitirían que el observador lo hiciera a sus anchas y el tiempo que quiera y pudiera sentarse a mirar toda la expo desde diferentes ángulos o bien observar la pintura de su predilección.

Las artes visuales creo que tienen esa necesidad: ser vistas, observadas, analizadas y deshebradas, hacerles “tsíic” como a la carne de venado, para poder gozarlas a gusto, sintiendo su sabor, su olor y su textura.

Celina Fernández nos demuestra, una vez más, su profesionalismo y su camino a la madurez, su cuidado por los detalles e indudablemente su experimentación con sus propios temas. Sus grabados en blanco y negro con sus grafitis infantiles, son interesantes, y su pintura va más allá de lo simplemente decorativo, que es lo que precisamente buscan, aquellos que presumen de amar el arte “actrasto”.

El trabajo de Lida Ponce es realmente lleno de color, de movimiento y de un sentimiento de libertad, sus pinturas exhalan aire y frescura. Su medusa marina es de un movimiento que dan ganas de llevarlo a casa.

Francisco Barajas tiene un brochazo seguro y firme, me llama la atención su juego con el glitter, o sea, esas pinceladas en dorado no vistas antes en su trabajo. Sabe lo que hace y el efecto que quiere causar en el espectador. Y lo consigue.

Manuel González juega como si fuera un niño que nos tienta a ver si podemos armar el rompecabezas que es su obra que tiene mucho de geometría arquitectónica. Y ahora nos sorprende con el espacio en blanco, algo que no le habíamos visto en trabajos anteriores.

Roy Sobrino, lleno de color estridente y asimétrico, nos recuerda a la pintura actual de los países africanos. Y como siempre, sus pinturas están llenas de penes y de brillos.

En febrero del 2020, Roy expondrá en La Habana, como parte de la celebración por los 500 años de la fundación de la Villa de San Cristóbal de la Habana.

El texto de presentación escrito por Gabriel Ramírez es muy certero, sobre todo cuando llama pintores y no “artistas” a los cinco expositores, pone el dedo en la llaga, sobre todo porque todos son artistas, antes de ser pintores, escultores, grabadores, escritores, músicos, bailarines, actores.

Ya después se verá si son buenos y más adelante, en algún tiempo, se podrá hablar de si son artistas o simple artesanos como los que trabajaban en los talleres de Rafael.

Gocemos esta diversidad de colores y texturas, que hay para todos los gustos y exigencias. Aprovechemos las vacaciones de fin de año y visitemos el CAV, que es una manera de apoyar las artes visuales realizadas en la localidad, sobre todo, si tanto se presume que Mérida es una capital cultural.