Cultura

Asamblea

Por Alberto Híjar Serrano

Los títulos de Toni Negri y Michael Hardt precisan los puntos clave de la dialéctica histórica y social. Tal ocurre con Imperio, donde desarrollan dos escandalosos descubrimientos: el imperialismo no fue “la fase superior del capitalismo” que hasta ahora alcanza su omnipotencia. La Multitud sustituye ahora en las movilizaciones políticas y sociales, al proletariado que ha dejado de existir ante la robótica, la anulación de los derechos sindicales y laborales propios del neoliberalismo y la ausencia de partidos políticos que asuman su representación. El libro más reciente es Asamblea, para advertir la urgencia de crítica al gran recurso de formación comunitaria y de lo que el joven profesor de Economía, Adrián Sotelo, llama “el precariado” donde los despojados de los derechos históricos de los trabajadores, no incorporan, todavía, sus reivindicaciones a los millones de migrantes desplazados por la miseria y la violencia.

Esta problemática requiere de concreción histórica y social. A fin de año, la presentación del libro Memorias del cuerpo Cegeachero: a veinte años de la huelga en la UNAM, del Colectivo Editorial Letrandante, y la publicación sin paga de textos e imágenes elocuentes, concretó una buena lección de formación y desarrollo de las asambleas. De las denuncias y las propuestas inmediatistas, fue creciendo el repudio a los esquemas reformistas de los llamados “históricos” del movimiento estudiantil de la segunda mitad del siglo XX. Sus cuadros infiltrados procuraban el diálogo y la negociación con las autoridades para no entorpecer la campaña perredista presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas. La prensa reformista acogió sus entrevistas y encontró en la burla retórica de escritores como Carlos Monsivais, el apoyo necesario para desprestigiar a quienes se acusaba de vandalismo e improvisación. Javier Garrido respondió golpe por golpe y contribuyó a clarificar la lucha de clases. Hubo racismo de por medio porque las asambleas, las guardias y las movilizaciones contaban con pocos güeritos a cambio de una raza de jóvenes con sus atuendos y usos del cuerpo fuera de las normas de la decencia burguesa. Todo esto fue tomando cuerpo, en el sentido doble de la organización colectiva con órganos activos cumpliendo comisiones, rindiendo cuentas y preparando las propuestas frente a la cerrazón del Estado. Lo que empezara como una protesta contra la reforma del Reglamento General de Pagos, se transformó pronto en un repudio a la economía política, educativa y cultural del neoliberalismo dispuesta para el mundo por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización para el Desarrollo Económico. A la par, el sentido festivo irreverente de las marchas nutría el repudio contra el Estado. Nunca antes hubo un movimiento tan sexista donde las consignas fueron, por ejemplo, “sexo en cualquier posición, arriba ENEP Aragón”. Superhuelga con su máscara de luchador y su capa, Atenea vestida de blanco como el símbolo de la filosofía, pusieron de manifiesto los ridículos símbolos del saber oficialista y concretaron un excelente mural sobre la piedra del vestíbulo de entrada a la Facultad de Filosofía y Letras. “La Escuela de Apenas”, firmada por Argeo, reprodujo el gran cuadro de Rafael “La Escuela de Atenas”, que reúne a los más importantes sabios de la antigüedad clásica europea, pero sustituyéndolos por Marx señalando a la tierra y Freud señalando el cielo, como centros del saber con héroes nacionales como Villa y Zapata y figuras intelectuales como Brecht y los sabios populares como Tin Tan y Tongolele. Por supuesto, el mural fue borrado como todos los demás que cubrieron muros y pasillos en toda Ciudad Universitaria. El histórico Auditorio Ché Guevara fue destruido al igual que todos los puntos de reunión de la comunidad universitaria. La razón represiva de los sabios institucionales aparentemente solidarios con el movimiento, hizo crisis con la propuesta de solución del grupo de los Eméritos al fin desechada. El diálogo público, pendiente desde el 68, descubrió las debilidades del Movimiento y el Congreso de Reforma Universitaria se redujo a una farsa rectoril, no sin costarle el puesto al rector Barnés, sustituido por el psicólogo de la Presidencia, Ramón de la Fuente, ahora representante de ella ante la ONU. Eso lograron algunos, como los dirigentes del Movimiento anterior que aceptaron becas para doctorarse en Europa cuando las movilizaciones todavía estaban en la calle. Claudia Scheinbaum, Carlos Imaz, Imanol Ordorika son algunos de los nombres más beneficiados por los trabajos de infiltrados tan brillantes como Belaunzarán, que no alcanzó la influencia suficiente para beneficiar el prestigio de Rosario Robles, heredera sin dotación de la jefatura de Gobierno del Distrito Federal nombrada por Cuauhtémoc Cárdenas y responsable de la orden de represión brutal a una marcha por el Periférico desde TV Azteca hasta Los Pinos. Zabludovzky llegó transportado por un motociclista y sufrió tal repudio que tuvo que huir. Aparentemente inútiles y rituales cuando más, en las movilizaciones ocurren cosas que alimentan a las asambleas.

En la presentación del libro editado por el trabajo colectivo de cegeacheros que sufrieron golpizas y encarcelamientos, el Comité Pedregales Unidos de Coyoacán “CONUR” reprodujo el boletín del 7 de julio de 1999, sobre la movilización organizada por la Comisión de Encuentro del CGH, para marchar a las populosas colonias de Santo Domingo Pedregales, Ajusco, Coyoacán y Santa Úrsula, vecinos de Ciudad Universitaria. La marcha fue un éxito, como lo había sido la del Periférico, acompañada desde los puentes y las banquetas por donadores de frutas, bebidas, comida, a cambio de recibir reproducciones de dólares falsos con los retratos del rector Barnés, el Presidente Zedillo y el priísta Labastida, candidato presidencial del PRI. El encuentro resultó memorable porque de ahí resultó el Acta Constitutiva de la Asamblea Regional Sur con sus respectivos Comités y Foros y su articulación con defensores de derechos humanos. Su alcance llegó hasta Oaxaca y concreta ahora el apoyo a Ayotzinapa, a la par que sostiene una exitosa negociación para impedir los cortes ilegales de electricidad y el pago de cuotas exageradas. La derrota ante la destrucción del manantial por la empresa Quiero Casa protegida por todas las autoridades, ha exigido reorientar con estudios precisos y soluciones viables la consigna presidencial de “primero los pobres”. Esté quien esté en el Estado, la asamblea requiere vinculaciones y articulaciones nacidas y crecidas en las movilizaciones aparentemente sin consecuencias. Las lecciones de Cherán, Ostula, Morelos, Oaxaca, el Concejo Nacional Indígena, el EZLN, Ayotzinapa muestran el cumplimiento de la bella metáfora de Lenin: “La espuma también es señal de la corriente profunda”.