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23 de Feb de 2019
2 min
Escrito por Redacción Por Esto!
Luis Carlos Coto Mederos
212Soñé que mi boca era un ciclón
Trigueña, anoche soñé
que mi boca era un ciclón
y una profunda emoción
en eso experimenté.
Con fuerzas de huracán fue
mi boca a tu cabellera,
circunvalando la esfera
de tu cabeza, muchacha,
donde antes jugó borracha
la luna de primavera.
Tu cabello revolcó
mi boca de lluvia y viento
y en otro estremecimiento
hasta tu frente bajó.
La ceja te despeinó
y en su descenso brutal
dejó tus ojos igual
a ventanas superpuestas
por las furias descompuestas
de mi huracán tropical.
Siguió bajando el ciclón
de mi boca a tu nariz;
bajó más, y halló infeliz
tu boca en una oración.
De tus labios al mentón
bajó más, bajó hasta el cuello;
te dificultó el resuello
y hasta tu pecho bajando
fue a largos trazos dejando
mis huellas en todo aquello.
Tu pecho de pera y fresa
rozó el ciclón de mi boca,
bajó a tu vientre y no poca
alteración dejó impresa.
Y si a ustedes le interesa
saber por cual territorio
anda el ciclón transitorio
que baja sin voz ni freno,
oigan mañana el noveno
parte del observatorio.
Chanito Isidrón
213La ensalada de aguacate
En casa de Pedro el feo
por causa de una ensalada
ayer por la madrugada
se formó el gran tiroteo.
Esa gente, según creo,
hicieron un disparate;
ellos no comen tomate
porque le embota los dientes:
se comieron nueve fuentes
de ensalada de aguacate.
Del aguacate maduro
no se puede comer mucho
porque produce cartucho
y el tiroteo es seguro.
Yo me vi en un gran apuro,
ni recordar quiero eso,
hablando con Juan Travieso
su señora y Manuel Santos,
y si no es que aprieto tanto
por poco se me va un preso.
El preso empujó la puerta
pero yo no se la abría,
él empujando seguía
y la tenía medio abierta.
Pero yo que estaba alerta
pedí permiso y me fui,
y no muy lejos de allí
empuja de nuevo y chilla:
me tiró una trompetilla,
se fue y más nunca lo vi.
Ensalada de tomate,
ensalada de pepino,
de lechuga, ñame chino,
pero nunca de aguacate.
Semejante disparate
no lo vuelvo a cometer;
que lo coma Lucifer,
que lo coma el diablo y Moya,
el gato y la vieja Goya:
yo no la vuelvo a comer.
Anónimo
214Otro loco
Un guajiro en Los Remates
por amor se volvió loco,
y comenzó, poco a poco,
a cometer disparates.
A las matas de aguacates
quiso injertarles caimitos,
trató de enseñar mosquitos,
haciéndolos trabajar,
y a los caballos volar
como si fueran mayitos.
A una lechona parida
la bañó con sulfuran,
y quiso fabricar pan
con una piedra molida.
La cotorra fue escondida
con el canario y decía
el guajiro que lo hacía
con placer extraordinario,
para lograr que el canario
le diera una buena cría.
Anónimo
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