Cultura

¡Gracias Yalitza!

Edgar Rodríguez Cimé

La nominación al Oscar a Mejor Actriz para Yalitza Aparicio no pudo llegar en mejor momento: México se duele por injusticias contra los de Abajo, donde sus 68 pueblos originarios luchan por su sobrevivencia en medio del fortalecimiento de la ideología de “derecha” y el fascismo que en el siglo XXI vuelven a mostrar sus feos dientes a los que menos tienen, como en Venezuela o aquí en México, donde el neoliberalismo intenta arrollar con su devastador tren maya el tejido social de las comunidades “indígenas” del sureste del país.

Por eso hoy, cuando los intereses neoliberales intentan sobreponerse a las urgentes necesidades sociales de los sectores de abajo más desprotegidos, resultó un bálsamo para el alma nacional el día, pero más la noche, del domingo 24 de febrero, cuando “los relojes se detuvieron” para mantener a la expectativa a medio México (por supuesto fueron mucho más) sobre los resultados finales en la entrega de los Oscar.

Ni Carlos Slim, el multimillonario más millonario del mundo, con todo su arsenal de dinero, que presume en internet ser “quien hace feliz a más mexicanos”, con sus proyectos de “caridad social”, ha conseguido en toda su historia lo que sí logró Yalitza como “actriz natural con talento” en un tiempo relativamente breve: ¡Devolvernos a los mexicanos –sobre todo de Abajo– la capacidad de emocionarnos y volver a confiar ante un triunfo nacional conseguido en el universo del arte!

Tenernos literalmente “al filo de la butaca” durante todo el tiempo que duró la transmisión, por supuesto, en canales de televisión de paga, unos en familia, otros “rogando a Dios”, y otros más, como el servidor de ustedes, enterándonos de detalles inverosímiles:

Cuarón era mal estudiante y no concluyó su carrera de cineasta en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC); Fernando Grediaga: quien hizo de “padre” de Cuarón, se negó dos veces a aceptar la invitación del director para “debutar” como “actor” natural en Roma; o que Yalitza, al recibir la invitación para probar, tuvo que ser “empujada” por su hermana Edith, quien sí estaba puestísima para los castings (pruebas de actuación), aunque no era para ella tal triunfo en el séptimo arte.

Un 24 de febrero, que además de homenajes a la Bandera Nacional, nos llenó de emoción, esperanza, y por qué no, también de “unidad nacional” hacia el mayor premio internacional en el cine norteamericano de Hollywood. Si alguien perdió fueron los experimentados especialistas y apostadores que se inclinaron por la designación de Yalitza. Si alguien ganó, fuimos los millones de mexicanos, dentro y fuera del país, que seguimos al pie de la letra el ejemplo de Yalitza:

Los mexicanos, pueblos originarios y trabajadoras del hogar incluidos, estamos creativamente a la altura de los mejores exponentes del séptimo arte a nivel mundial, sencillamente porque nos lo confirmó lo mejor del cine en Europa: premios en el Festival Internacional de Cine de Venecia y en el Festival Internacional de Cine de Berlín, dos capitales del universo mundial del séptimo arte, junto con Hollywood, de Estados Unidos.

edgarrodriguezcime@yahoo.com.mx

Colectivo cultural “Felipa Poot Tzuc”