Luis Carlos Coto Mederos
135El ciudadano Faustino
El ciudadano Faustino
al juez del barrio se queja
porque dormir no lo deja
el burro de su vecino.
Llegó el juez y le previno
de su falta, con bondad;
pero el de la vecindad
alega (no sin razón)
que también los burros son
cargas de la sociedad.
Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido)
136Empleado desatento
El que tiene que atender
al público, y no lo mira,
mientras habla, ríe y gira
de espaldas a su deber,
y demora en resolver
la más urgente cuestión,
ese está en emulación
de inculto y de distraído:
¡campeón del tiempo perdido
y la mala educación!
Jesús Orta Ruiz (El Indio Naborí)
137Aquella novia
Tuve una novia en Guanabo,
cuyo nombre ni me acuerdo,
que me dejó de recuerdo
su locura por el rabo.
A cada rato: Gustavo,
yo quiero rabo encendido
y allá iba yo, decidido,
a calentar el fogón
y preparar la ración
de rabo que había pedido.
José Carlos Adams Olmedo
138La lavadora
Un anciano zalamero
quiso su ropa lavar,
tratando de conquistar
a la mujer del plomero.
Le pidió muy placentero,
con tono serio y bajito,
que le hiciera un lavadito,
y respondió la señora:
¡No enciendo mi lavadora
para tan poco trapito!
María Magdalena Cabrera
139¡Qué bárbaro!
Estoy tan enamorado
que el apetito he perdido
y por no ser comprendido
me siento muy desolado.
Y es que soy muy desgraciado
y me embarga una honda pena
porque –¡oh, terrible condena!–,
ayer me ha dicho el doctor
que es imposible mi amor
por las tres hijas de Elena!
Eleno Meleno
140La muchacha ingenua
Esta muchacha genial
que en apariencias engaña,
le saca el jugo a la caña
como un trapiche o un central.
Yo no le juzgo anormal
que al guarapo esté enviciada;
se muestra ingenua y callada,
segura de lo que quiere,
aunque ella siempre prefiere
moler la caña quemada.
Dulce Ma. Escalante González