Cultura

Los entresijos de una modelo profesional

Conrado Roche Reyes

I

Conversamos con la actriz y modelo yucateca, ex reina de belleza que representó a México en el 60 Concurso Internacional Mis Mundo celebrado en la República Popular China.

–El modelaje se percibe siempre ligado a la superficialidad. ¿Qué dices a esto?

–Yo pienso que hay de todo, no se puede generalizar. La mayoría de las chicas con las que he trabajado, en pasarelas o fotos, están estudiando una carrera, o ya la terminaron, la vida no la ven de manera tan light como muchos piensan. A veces sí hablamos de cosas superficiales como cualquier otra mujer ¿Quién no ha escuchado a una dama hablar sobre su guardarropa?

–¿Qué te saca de quicio?

–La verdad a veces me considero un poco maniática, hay muchas cosas que me sacan de quicio, pero lo principal es la impuntualidad, yo soy muy puntual y cuando la gente no lo es me molesta mucho, porque están disponiendo de tu tiempo y eso es imperdonable. Me ha pasado que en un casting nos citan a una hora determinada y tú debes estar ahí, y sucede que a veces llegan tarde las personas que van a hacerlo y esperas como una hora y eso me parece injusto.

–¿Película?

–Tengo muchas… Chicago, que también vi la obra en México y me encantó, Finding Neverland, Chicas de Calendario…

–Una modelo.

–Gisele Bündchen, no es la típica modelo, tiene curvas y es impactante.

–Una aspiración.

–Aprender acerca de diferentes culturas, su historia, la religión que tienen. Me encanta leer, ver documentales acerca de ellas, me apasiona la historia, a pesar de que me cuesta trabajo recordar las fechas exactas y todos los nombres, pero se me hace fascinante.

–¿Eres autocrítica?

–Sí, reconozco mis virtudes y mis defectos, me reconozco tal como soy y únicamente así podemos aprovechar todo lo que tenemos para hacer lo correcto.

–¿Feminista?

–No, no me considero feminista, simplemente conozco mis derechos y los hago valer.

–Si fueras hombre, ¿qué te hubiera gustado haber sido?

–Sería almirante de la Armada de México, al menos eso me gustaría si fuese hombre. Siempre estuve en contacto con el mundo de la Armada, porque un tío muy querido es almirante retirado, y es una persona a la que admiro mucho. Recuerdo cuando estuvimos en una graduación de los Caballeros Cadetes de la Heroica Escuela Naval Militar. Fue tal mi impresión de ese momento, en que los veía tan gallardos, tan disciplinados desfilando ante nosotros, que pensé “que afortunada soy al vivir este momento”.

–¿Por qué o quién perderías la cabeza?

–Probablemente suene muy superficial… pero poco me importa…(risas), unos lindos zapatos que hagan juego con un día de aburrimiento en una plaza, y, claro, un hombre como Johnny Deep.

–Anabel, siendo tan hermosa, ¿te halagan o llegan a molestar las miradas masculinas?

–Depende de quién te esté mirando y la manera en que lo hace. Sí, es incómodo a veces cuando un señor ya mayor te voltea a ver con ojos de lujuria, eso sí es muy molesto, pero cuando alguien es joven y es más discreto, entonces no hay problema. Llega un momento en el cual ya no lo tomas en cuenta, pero a veces, ¡a quién no le gusta que la volteen a ver cuando entra a un restaurante?

–¿Es duro el trabajo de modelo, es bien pagado, se vive de ello?

–Aquí en Mérida yo creo sería difícil vivir de modelo, no conozco a nadie que viva de ello, tiene que combinarlo con trabajos de edecán, entonces sí se puede vivir de ello. Yo modelo porque me gusta, no vivo de ello y se gana bien, pero se tienen que hacer sacrificios, a veces no puedes salir con tus amigas en la noche porque a la mañana siguiente tienes una sesión de fotos, una pasarela o algún trabajo de edecán, y no se puede, no se debe llegar con unas ojeras gigantes. Necesitas cuidar tu figura con dietas, a menos que hayas tenido la fortuna de tener un cuerpo y una genética increíble, y con ejercicio. Hay días en los que no quieres ver a nadie y tienes que estar con una sonrisa ante un público.

–Si tienes que hacer una demostración de algo que no te guste, por ejemplo, zapatos de tacón teibolero y falda muy corta. ¿Qué sientes, qué haces?

–Cualquier trabajo que vayas a desempeñar debes saber de lo que se trata, así igual en un desfile o una sesión de fotos, tú debes saber cómo es la ropa que vas a usar, los zapatos, etc., y es tú decisión, si tú no le das importancia al largo de la falda y el tamaño de escote (que normalmente a mí no me importa en una pasarela, subrayo, en una pasarela), pues normalmente no te vistes de esa manera en la vida cotidiana. Cuando estás en un desfile es como un actor en escena, las poses, gestos no son los mismos que cuando vas caminando en la plaza o en la calle. No te pueden juzgar por eso. Yo no me siento mal cuando modelo algo corto o escotado, claro, depende para quién modelas, en qué lugar y para qué tienda.

–En la pasarela, ¿sientes soledad?

–No, no siento soledad. Yo lo disfruto mucho, cada segundo en la pasarela hay que disfrutarlo, saborearlo, cada paso que das… Solo estas tú y la ropa que modelas, eres la estrella en ese momento… pero aún así no hay soledad.

–Momentos que quisieras olvidar.

–Sí, hace unos años mi papá tuvo un derrame cerebral y estuvo tres días en terapia intensiva hasta que falleció. Quisiera olvidar los momentos en los que entraba a verlo al cuarto. Verlo débil, conectado a una máquina, sin fuerza para escucharme ni poder decirme “mi nena”, es algo que deseo olvidar… Tiendo a recordar los momentos tristes y dolorosos y no los que me han hecho feliz, eso es algo que debo cambiar en mí.

–Lo bueno y lo malo de la vida.

–Comer, disfrutar de un buen tiempo con los amigos y la familia y, por supuesto, disfrutar también un tiempo de soledad. Algunas de las cosas malas de la vida, en mi punto de vista, son las enfermedades, la propia angustia ante algunas situaciones, el rencor, el despedirse de los seres queridos… hay muchas cosas malas en la vida, por eso los momentos felices son tan buenos, para poder minimizar los malos.

–¿En qué andas metida además de las candilejas y las pasarelas?

–Trabajo también de edecán en algunos congresos y conferencias, pero prefiero modelar que estar parada horas en unos tacones infernales. Estuve en un curso de teatro en Bellas Artes y siendo sincera nunca creí que fuera tan interesante, tan divertido. Entré a ese curso porque sabía que me iba a ayudar a desenvolverme, a perderle miedo al ridículo, el miedo a hablar en público y con las clases de teatro y danza tener más flexibilidad. En la Universidad voy a estudiar nutrición, normalmente cuando pasas un año sin escuela olvidas la mayoría de las cosas aprendidas, por eso estoy tomando clases de bioquímica, inglés y computación.

–¿Fresa?

–Que alguien me explique que es ser fresa, si me ven como fresa por no permitir vulgaridades cerca de mí, porque me gusta vestir bien, estar arreglada la mayor parte del tiempo, sí, soy fresa. A veces si digo las palabras “o sea”, “equis”, pero en mi vocabulario no son indispensables las frases como “o sea, never in my life había pasado un megaoso como ese”, esa frase la encontré en una página muy intelectual que explicaba como ser fresa.

Continuará.