Conrado Roche Reyes
Fue uno de esos modernistas en los que pareció reunirse la suficiente dosis de anacronismo como para haber pasado de moda aún antes de empezar a escribir. Su obra, principalmente poesía es ejemplo del lugar común de nuestro modernismo rescatable. De ese modernismo semi muerto de origen en el que la joyería ya se mezcla con los póstumos hedores. Su obra es la capitulación de un balbuceante cosmopolitismo y la nómina para el desfile de todos los convencionalismos Fin de Siglo sin olvidar el americanismo, el fervor de la bicicleta o la entrega a la esoteria. Su obra equivale, en su habilidad sincrética, a la de ciertos modernistas menores. Vaciar en lo veleidoso una modernidad más asumida que habitada, todas las recurrencias y ocurrencias del arribismo estético de la hora. A Rebolledo, no obstante, lo salva como poeta la sazón con que pudo mejorar tal guiso: el erotismo.
Esa sazón es en este poeta una alquimia, una metáfora sostenida siempre. Este sistema lo llevó a alternar una poética de la elegancia con una poética espasmódica. Así, cuando se acerca a la distinción logra sugerir un ámbito en que la materia, como los personajes y las voces, se suavizan y someten al designio erótico: las blancas esculturas se transforman en carne sensible. El proyecto es un sueño que cuaja en el deseo. El valor del erotismo poético de Rebolledo radica en la habilidad de conseguir estos estados, que, a la vez, consiguen para él la supervivencia en el parnaso mexicano. De no haber sido por eso, Efrén Rebolledo hubiera quedado como curiosidad dentro de ese discurso exuberante que marca todo el modernismo menor. También usó y abusó de las cosas, medievales, japonesas, mitologías excéntricas, la urbe comatosa o el jardín oriental, son todos escenarios sustituibles, pero cuando en ellos se dramatizan los devaneos del falo y la tiranía del deseo con todo y sus hábiles eufemismos y la truculencia de sus aberraciones, consigue atmósferas de gran delicadeza sexual y gran intensidad.
Sus doce sonetos, son su redención y lo colocan entre los poetas parnasianos de México. Así fue Efrén Rebolledo. Un poeta extraño.