Cultura

Las canciones de Cri Cri que permanecen en nuestros recuerdos

Roger Aguilar Cachón

No puede concebirse una infancia normal sin las canciones de Cri Cri, éstas han formado parte de muchas generaciones desde aquellos lejanos años treinta y siguen escuchándose hasta la fecha. Francisco Gabilondo Soler es el nombre de la persona que bajo el sobrenombre o nombre artístico de Cri Cri, el Grillito Cantor, nos proporcionaba tardes de solaz esparcimiento y de canciones que los niños hoy de la tercera o cuarta edad aún conservan y pueden tararear en cualquier momento. Fue su programa que se transmitía por la tarde y se podía escuchar a través de la famosa XEW a lo largo y ancho de nuestro país.

Francisco Gabilondo Soler nació el 6 de octubre de 1907 en Orizaba, Veracruz, y tuvo una infancia normal como la de cualquier niño de esos años; acudía a la escuela, aunque no fue afecto al estudio, pero logró terminar su enseñanza básica, es decir, cursó hasta el 6º grado de primaria. Fue un niño travieso al que le gustaba mucho la astronomía y la música. Aficionado a la lectura de autores muy famosos como Hans Cristian Andersen, Julio Verne y Emilio Salgari. Desde los 27 años comenzó su trabajo de composición y su tema principal fue la vida de los animalitos. Sus primeras canciones están fechadas en el año de 1934.

A la edad de 27 años se trasladó a los Estados Unidos a probar suerte y cuando estaba en Nueva Orleans lleva un curso de linotipista, y fue muy probable que pusiera en práctica lo aprendido en alguna imprenta del lugar. En esa época de su vida aprendió a tocar el piano y estuvo escribiendo algunas piezas, coqueteando con los ritmos de tango, fox trot y el danzón. Estuvo algunos años por esos lares y decido viajar a la ciudad de México a probar suerte en 1938, cabe señalar que cuando llegó a nuestro país estaba casado con la señora Rosario Patiño Domínguez, con quien procreó dos hijos: Jorge y Diana.

Con el paso de los años, Gabilondo continuó escribiendo y cuando le dieron la oportunidad para tener un programa de carácter infantil, ya tenía algunas canciones escritas. Trabajaba de muchas cosas para continuar su afán de tener su programa y vivía en una casa donde estaban dos amigos que también tocaban un instrumento musical y lo acompañaban en sus creaciones. El tiempo siguió su marcha y fue hasta 1934 cuando gracias a una persona que lo ayudó, fue llamado por la XEW para tener un programa de 15 minutos en la radio. Cabe mencionar que este programa antecedía a uno de los programas más famosos de la radio de esos años: La Hora Azul.

Fue llamado por el productor del programa, Sr. Othón Vélez, quien tenía ciertas dudas, ya que no había tenido un programa de canciones infantiles, pero a la primera salida al aire, él sugirió a Gabilondo tomar el nombre de Cri Cri, el Grillito Cantor. Como era de esperarse, el programa poco a poco comenzó a tener éxito y a los pocos días comenzaron a tener sacos de correspondencia en las que los niños manifestaban su gusto por Cri Cri y pedían sus canciones. Cada día, el programa era esperado por niños de diferentes edades quienes se sentaban frente a la radio esperando que comenzara el estribillo: “Quién es el que anda allí, es Cri Cri, es Cri Cri, y quién es ese señor, el grillo cantoooooor”… el primer programa fue lanzado al aire el 15 de octubre de 1934, y se mantuvo hasta el 30 de julio de 1961. Cabe mencionar que Cri Cri es un grillito que tiene una hoja como violin y un pedazo de palo o madera como un arco para tocar el instrumento.

Cuando el productor se dio cuenta del éxito del programa, de inmediato le autorizó un programa de una hora para beneplácito de Gabilondo y de la radio, ya que sus patrocinadores aumentaron en gran número. Y de ahí para el real, el éxito fue tal que no sólo tenía la radio, sino que las casas grabadoras de discos se fijaron en él y sus canciones y vieron una mina de oro para ellos.

En la primera edición, todos estaban nerviosos, tanto el productor como Gabilondo, quien con un chiflidito hacía el ruido que emiten los grillos, eso le dio la idea al Sr. Vélez del nombre con el que se identificaría, con su piano y algunos instrumentos para hacer ruidos e imitar sonidos comenzó, cabe mencionar que las canciones que se escucharon por vez primera en la radio fueron: El chorrito, Batallón de plomo, Bombón 1 y El ropero. Cada una con sus protagonistas, en El chorrito los protagonistas, la fuente y la hormiga, la cual se molesta porque no sólo le moja las enaguas sino también le despintó sus chapitas. Es una canción didáctica en la que de manera amena, da a conocer los diversos cambios que el agua sufre en su proceso de calor y frío. En el caso del Batallón de plomo, es un desfile y con sus rifles disparan corchos como balas. En El bombón 1, es la historia de un rey cuyo cuerpo es de chocolate y su nariz de cacahuate, vive en un castillo hecho de dulce.

Fueron muchas las canciones que a partir de ese programa se pusieron de moda y los niños de México comenzaron a cantarlas y a hacerlas suyas. Canciones de carácter descriptivo, en la que se hacía alusión a la etnografía de una época, y también haciendo un homenaje a los viejitos o viejecitos. También había canciones en que se hacía referencia a los oficios del México de antaño. Hay una especie de cumbia que cuando se realiza el video aparecen negritos bailando, me refiero a la llamada Métete Teté, de mucho ritmo y que hasta hoy es posible escucharse. Entre las canciones que podemos mencionar por su contenido podemos mencionar las siguientes.

De las canciones en que se aprecia la bondad que hay entre los animales, podemos citar a La patita, quien a pesar de tener esposo, que dicho sea de paso es un holgazán, ella hace lo posible para levar la comida diaria a su casa. El amor de la madre hacia sus hijos es también motivo de una de sus canciones de mucho éxito, Los cochinitos dormilones, en que se hace alusión a los sueños que los niños de aquellos años tenían, cándidos, inocentes y, sobre todo, acordes a la época. En sus canciones no había discriminación y entre las que destacan se enaltece la belleza y aptitudes de la llamada gente de color, se encuentra El negrito bailarín, y Negrito sandía.

Canciones de carácter familiar en las que se enaltecen los valores de las personas de la tercera edad y de aquellos recuerdos que se resguardan como tesoros invaluables podemos mencionar Di por qué y El ropero. En la primera es un niño el que se cuestiona algunas cosas que para él no es posible entender, o sea, le intriga el saber por qué las personas envejecen y al hacerlo presentan cambios notorios en ellos. Es muy intrigante para el niño el preguntarse qué le pasa a su abuelita que ya no puede caminar como antes y tampoco hacer algunas cosas. Es una canción muy bonita, vigente y triste a la vez. En cuanto a la segunda es muy bonita, ya que trata acerca de los bienes que las personas de edad resguardan en sus roperos y cada una de ellas guarda una historia que hace a la protagonista remontarse a otros años y volver a vivirlos.

Hay otras de carácter educativo, como el Desfile de las vocales, en la que se hace una descripción de cada letra y es motivante para que los niños las aprendan, y otra donde se aprecia la inclusión y sin importar el tipo o especie de animal, lo importante es que puedan ir a la escuela a estudiar, no importa la distancia que haya que recorrer ni la manera en que lo hagan, sino que para estudiar no debe haber ningún tipo de obstáculo, llama la atención el Tiburón al que se le aprecia que lleva en la cabeza un aditamento de cristal para proporcionarle aire para poder vivir fuera del mar. En La merienda, se cuenta la situación que viven los niños con sus cuidadoras a la hora de la comida, trata de un niño grosero que nunca está de acuerdo con lo que le llevan a comer, es un pleito toda la canción, canción que se ponía a los niños para que se dieran cuenta de lo mal que se portan cuando asumen esa posición.

Una de las canciones que nos enseña que los oficios, cualquiera que sea debe de hacerse con dignidad, aunque El ropavejero conlleva un cierto temor al decirles los papás a sus hijos que si se portaban mal había la posibilidad de que el tlacuache, o sea el ropavejero se los pudiera llevar o cambiar por algo. Ya no existe este oficio, pero en su momento retrató a un personaje que con cara de pillo (ya que era un tlacuache) pasaba por las calles de la ciudad pregonando su mercancía o bien pidiendo algo para comprar o cambiar. Una de las canciones bilingües que llamó la atención de los niños y que en muchos festivales de kínder y primaria se pone es El ratón vaquero, un ratón gringo que cae en la ratonera de una casa mexicana, trata de pelear para salir de ella y habla tanto en español como en inglés y a pesar de todo no puede librarse de la trampa donde ha caído.

Pero una de las canciones que trata del tema de la identidad social y racial es, sin lugar a dudas, La negrita Cucurumbé, hay que mencionar que desde el siglo XIX, había preocupación entre las señoritas de sociedad de parecer blancas, y las morenitas, se ponían polvo para blanquear sus caritas. Por eso, esta canción trata de una niña preocupada por su apariencia física y acude a la playa para bañarse y ver si con las olas podía su carita quedar blanca, pero la presencia e intervención de un pez con bombín, que bien podría ser su conciencia social, le dice que así debe quedar, negrita y sentirse orgullosa de ser ella misma.

Los programas de Cri Cri tuvieron tal éxito, que en 1961, se realizó una película en la que se hacía un recuento de su vida y su obra, sus protagonistas fueron Ignacio López Tarso y Marga López, rodaje que impulsó más las canciones de Gabilondo. Los niños de ayer son los que ahora recuerdan sus canciones y el pasado 6 de octubre, al celebrar un cumpleaños más de Cri Cri, se hace este reconocimiento desde esta tribuna. Hay que destacar que Gabilondo Soler falleció en Texcoco, Estado de México, el 14 de diciembre de 1990, a la edad de 83 años.

Las canciones de Gabilondo Soler tienen en sus letras una gran carga de mensajes, ya sean de carácter educativo, etnográfico y social, todas hoy día vigentes y es necesario darlas a conocer a las nuevas generaciones. Muy grande es su discografía, podemos mencionar, además de las ya comentadas líneas arriba, La muñeca fea, Papá Elefante, El comal y la olla, Los caballitos, El peluquero, El rey de chocolate, Escuela de perritos, El burrito, El casamiento de los palomos, y muchas más que se quedan en el recuerdo y no acuden a mi memoria.

Es importante, caros y caras lectoras, dar a conocer a las nuevas generaciones estas canciones y a este personaje que creó un parteaguas en lo que se refiere a canciones infantiles y que, a pesar del embate de nuevas formas de expresión, es necesario preservar todo este tesoro que de seguro al conocerlas los niños de hoy les gustarán. Seguro recordarán cuando nuestras mamás nos decían “Ya cantó Cri Cri”, para indicarnos que ya era hora de ir a dormir.