Cultura

Marant se disculpa

Tras el reclamo por el presunto plagio de elementos purépechas en su colección, la diseñadora Isabela Marant ofreció disculpas a México.
La diseñadora niega apropiarse de motivos purépechas. / Cortesía

Luego de generar el reclamo de diferentes instancias mexicanas, debido al plagio de elementos de la cosmovisión purépecha para presentarlos dentro de su colección Otoño-Invierno 2020, la modista francesa Isabel Marant, asegura que le ha entristecido “enormemente” constatar que su enfoque haya sido percibido como una apropiación cultural.

La diseñadora ofreció disculpas a través de una carta fecha el pasado 6 de noviembre, firmada por ella y el director general de la Maison Isabel Marant, Anouck Duranteau-Loeper; la Secretaría de Cultura apenas esta semana ha dado a conocer su existencia.

En el texto, expone que ella quería promover “una artesanía y rendir homenaje a una estética a la que está vinculada”, y si es que ha faltado el respeto a la comunidad purépecha y a México, comparte su arrepentimiento.

Según ellos, la casa (Marant) siempre ha deseado ser una marca firmemente al mundo y orientada hacia las culturas y tradiciones extranjeras.

En respuesta, la titular de Cultura, Alejandra Frausto comentó en una nueva carta dirigida a Marant, que la disculpa planteada es una oportunidad para construir un camino para iniciar acciones conjuntas, sin embargo, aclara que “deberán ser las comunidades las que decidan si la aceptan (la disculpa). Usted tiene la posibilidad de ser una aliada en la defensa del patrimonio cultural de los pueblos y comunidades, reconocimiento el gran valor de esos saberes que debemos respetar”.

Frausto Guerrero aprovechó la oportunidad para invitar a Isabel Marant a México y le ofreció visitar, junto con ella, las comunidades para que conozca el alfabeto y la cosmovisión que representa el lenguaje de cada textil, así como el tiempo que se invierte en cada prenda y su costo real.

En la misiva, aborda el tema de la apropiación cultural, el cual considera que es parte de un debate global que “debe acercarnos a un mundo más justo en el que los creadores, sin importar su posición, dialoguen de frente. En esta discusión se debe entender la dimensión comunitaria y de cohesión social de la creación. Es necesario y urgente establecer una relación ética y de igualdad que beneficie tanto a los artesanos como a los empresarios y diseñadores”.

Por La Redacción