Cultura

Conrado Roche Reyes

El GM Efin Bogolfugol era aficionado al humor fácil y torpe. La siguiente anécdota ocurrió tras la disputa de una partida contra el doctor Tarrasch, en la que Efin logró vencer al doctor.

Se dio la triste circunstancia de que a los pocos días Tarrasch, que ya tenía setenta y dos años, falleció. Bugoljubow, demostrando no tener excesivo tacto, decidió publicar la partida y no se le ocurrió otra cosa que titular el artículo de la siguiente manera: “La partida que mató al doctor Tarrasch”. Verdaderamente macabro.

En un torneo efectuado en una ciudad alemana, ocurrió la siguiente y cómica situación. En el primer tablero se enfrentaban un fuerte jugador francés y otro de la localidad. Estaban jugando una variante de la Defensa India de Rey y en la apertura, habían hecho un intercambio de damas, algo de lo más común.

Entre los aficionados que observaban la partida hubo uno que exclamó: “Qué flojos son estos dos jugadores”, todo el público se viró a mirarlo con estupefacción. Este aficionado, al verse observado, apostilló en voz alta para que lo pudiesen oír los dos jugadores: “No miren ustedes. Son muy malos. ¡Los dos ya han perdido sus damas!”.

Como es bien sabido, el humor no era uno de los puntos fuertes de Bobby Fischer, tal vez influido por una vida que fue todo menos normal. He aquí algunos ejemplos de lo anterior.

Hubo un periodista belga que pasó muchos momentos junto a los grandes del ajedrez, a los que llego a conocer en profundidad. Por este motivo, es una fuente inagotable de anécdotas como la siguiente tal y como la relató el periodista: “En una ocasión, Tahl, Fischer y yo viajábamos en coche por una sinuosa carretera de montaña, dicha carretera era muy peligrosa y ante eso comenté: ‘Si tenemos un accidente, todos los periódicos publicarán que ha muerto el famoso periodista belga’.

Tahl se echó a reír, pero Fischer quedó pensativo para terminar diciendo: “Creo que te equivocas. En América yo soy más famoso que tú”.

Fischer era muy popular y siempre era atosigado por los medios de comunicación, y esto, unido a “su sentido del humor”, lo llevó a preguntar lo siguiente a unos periodistas: “¿Va contra la ley matar a un periodista?”.