Cultura

El siglo de oro del repentismo en Cuba (14)

Luis Carlos Coto Mederos

Esta sección de la controversia transcurre aún por los subtemas. Es preciso indicar que muchas veces el tema principal no se conoce de antemano, sino que al final de la controversia se valora qué fue lo que más peso tuvo en el debate. Esta sección es de una alta poética que exalta la bohemia de los pueblos costeros y de la vida y sueños de los pescadores, como es propio en una playa como Cajío

1795Tema: Versos de José Martí (2)

Francisco Riverón vs

Francisco Pereira

Francisco Riverón

Yo, con la aurora de adentro,

al mundo suelo alumbrar

y en un verso sé sacar

el sol que tengo en el centro.

Yo, cuando en un sueño encuentro

la palabra de mi grito,

yo, cuando sin un delito

pierdo el peso de la cruz,

en una gota de luz

me cabe el sol infinito.

Francisco Pereira

Yo llevo al sol infinito

en la cuenca de un saludo,

a veces no llega agudo

mas a la sangre que un grito.

En la hoguera en que crepito

desprecio a la luna buena,

porque en las noches amenas,

cuando estoy de sombras hecho,

me hago una herida en el pecho

y me alumbro con las venas.

Francisco Riverón

Pues mira bien cómo estrenas

algún milagro solar,

que yo me quiero alumbrar

con los rayos de tus venas.

Yo escribo con tintas buenas

noches de sangre y papel

y, por abrirle un dintel

más claro a los caracoles,

me rompo en los almasoles

que me salen por la piel.

Francisco Pereira

Yo traigo sobre la piel

al sol casi aprisionado,

¿pero cuántos se han quedado

a oscuras en mi dintel?

Si quieres los rayos de él

ven a mis puntos más rojos,

puesto que los hombres flojos

que imitan al caracol,

no pueden mirar al sol

porque les quema los ojos.

Francisco Riverón

Aunque me queme los ojos,

al sol me pongo a mirar

como queriendo borrar

la noche de los matojos.

Yo, a veces, sueño de antojos

y me convierto en bemol,

y frente al negro charol

hago el milagro de un broche

que puede borrar la noche

con una mano de sol.

Francisco Pereira

Haz que a mi mano de sol,

tu epidermis la resista

para que el campo se vista

con un nuevo verderol.

No te vistas de charol,

no sea que a los ojos tuyos

les pase como a los yuyos,

que entre rústicos faroles,

salen pregonando soles

cuando aprisionan cocuyos.

***

Francisco Riverón

Un cuento de pescadores

lleva en el mar de Cajío

y a mi corazón vacío

vuelven los viejos amores,

tengo canas interiores

que no se pueden peinar

y, como ansiando pescar

peces que caigan del cielo,

con un sueño en el anzuelo

tiro mis versos al mar.

Francisco Pereira

Tirando versos al mar

paso las noches a veces

y el mar me paga con peces

el trabajo de esperar.

La tarde se echó a rodar

por los hombros de la playa,

y ahora que en la noche encalla

sobre las piedras del fondo,

la luna es un pez redondo

que se acuesta en mi atarraya.

Francisco Riverón

Cuando sobre mi atarraya

la luna es un pez que duerme,

al amor que viene a verme

le pido que no se vaya.

Y al presentir que la playa

solloza la despedida,

como lavando la herida

que los recuerdos me dan,

las olas vienen y van

cruzando el mar de mi vida.

Francisco Pereira

Cruzando el mar de mi vida

anda un barco hecho mujer

que no acaba de tener

hacia otros puertos salida.

Con una cuerda partida

es difícil el regreso

y, sin embargo, no ceso

de partir espuma y roca

por hacer puerto una boca

para el anclaje de un beso.

Francisco Riverón

Cargando el ancla de un beso

me gasté de ir y volver

buscando en una mujer

un cuerpo de carne y hueso.

Soy la senda sin regreso

de un adiós que no se ha ido,

¿y dónde hallar un latido

que pueda servir de anclaje

a quien anduvo de viaje

por tantos mares de olvido?

Francisco Pereira

En los mares del olvido

hunden su amorosa quilla

los viajeros que en la orilla

del amor se han detenido.

Porque si el amor herido

parte brújula y timón,

y hecha nave la ilusión

vaga por el mar izquierdo,

el salitre del recuerdo

nos corroe el corazón.