Jaime Novelo González
En este momento de gran estremecimiento humano, por una pandemia que está decidiendo quiénes continúan viviendo y quiénes no; el Seminario Permanente de Docentes Mayas Yucatecos, Educación Necesaria e Impostergable para los Mayas (ENIM), considera que es necesario tratar el tema existencial desde la visión humanista evolutiva de la cosmogonía y filosofía humanista maya.
El planteamiento es simple. Mientras más elevado sea nuestro nivel de conciencia individual, más inmunes estaremos ante el coronavirus y menos sentido tendrá esta pandemia; a la que sólo vemos razón de existir en un único punto aprovechable para bien: promover la visión de las realizaciones humanas, capaces de alimentar a los dioses. Expliquemos.
Los mayas no sólo fueron, los mayas no sólo son. Los mayas y su misión humanista existen evolutivamente, proyectados en crecimiento hacia los futuros sucesivos de toda la aldea global; en esta etapa críticamente hermosa, que es la presente pandemia de coronavirus, la cultura maya se estremece de motivaciones para experimentar saltos cualitativos de avances en su senda humanista, de alto potencial para promover e instrumentar importantes diseños conceptuales sobre la naturaleza y el sentido de la condición humana.
Efectivamente, el presente es una oportunidad para modelajes demostrativos, donde se presenten nuevos horizontes para las máximas metas humanas; convocados desde el inmenso potencial que existe en los trascendentes espíritus que viven una experiencia material sin igual, en cada una de las personas actuales. El Popol Vuh se fundamenta en describir los diferentes intentos para crear al hombre deseado, siempre partiendo de la meditación de los diseñadores; buscando a un ser especial, que hablara para poder invocar y venerar a los dioses creadores, que tuviera materialidad pero suficiente sensibilidad espiritual para mantenerse conectado con tales creadores; de manera que fuera natural su disposición a alimentar por siempre a sus dioses diseñadores y creadores.
En siglos de tiempo la mística, antropología y la educación-cultura de los hombres creados, fue formando grupos variados (sociedades diferenciadas), entre las que están los mayas; caracterizados por su evolución acerca del concepto “hombre”, desde un servil adorador de los dioses a un ser que pretende la realización de esa esotérica intención, que es alimentar a sus ancestros divinos.
El gran salto evolutivo, la visión del despertar magno de la conciencia, se alcanzó en los mayas siguiendo las enseñanzas del Popol Vuh: meditando para encontrar la sabiduría dadora de luz para actuar. Así, el hombre supo que su destino sí es alimentar a los dioses, pero no con un insuficiente y enajenante servilismo; porque la historia muestra cómo las diferentes formas de interpretarse a sí mismo de los humanos son sucesivamente desechadas, pese a las prácticas de un absoluto postrarse y adorar en ceremonias de bendiciones y ofrendas de alimentos, a veces llevados a extremos con los brindis de sangre y de vidas humanas, de formas muy variadas y diferentes.
La espiritualidad encontró lo que la razón y materialidad no habían develado el secreto de lo que verdaderamente significa alimentar a los dioses. La esencia de la cultura maya se manifestó en la correcta visión de que cada ser humano es un “yo” particular y diferenciado, que se identifica con cada otro tú por una misma misión: lograr la total realización de una identidad personal que concrete un alto nivel de conciencia, tan grande que alcance el nivel divino.
Ese es el alimento que siempre han pretendido los dioses con las creaciones continuas generacionales de grupos de hombres, entre los que se van significando a aquellos que alcanzan niveles altos de conciencia, porque así estarán concretando el alimento vibracional especial que ellos necesitaron, necesitan y necesitarán siempre; para seguir fungiendo como los creadores universales de la armonía y el sentido interrelacionado de todas las cosas, más o menos vivas a los ojos humanos, según el nivel de consciencia individual alcanzado.
No en balde toda la educación-cultura-maya promovida por el ENIM se fundamenta en el paradigma del individuo, responsable primero de darle realización a su k´in sijil (día de su nacimiento); desde la visión de que cada cual es un ser único e irrepetible, en su materialidad, espiritualidad y carácter vibracional de conciencia o energía manifiesta.
Efectivamente, la luz se ha hecho mostrando que toda la mística, filosofía, ritualidades y costumbres mayas y, en general, su cosmovisión humanista de empoderar socialmente a todas las personas particulares, para que alcancen la realización de su individualidad o k´in sijil. Nos llena de profunda emoción y de certezas sobre nuestro hacer como ejecutores y diseñadores de docencia escolar-maya-yucateca, que en nuestro proyecto educativo ENIM, se hallan visionado escuelas de niños mayas, entusiastamente orientados, desde su currículo escolar, a su desarrollo integral; por la vía de formarse cada estudiante como un especialista-instructor de algún perfil particular de medicina maya, escogido teniendo en cuenta su sentir y la luz que arroja su k´in sijil.
Esos cachorros de personas realizadas, sí son el alimento y realizaciones divinas que buscan los dioses; quedando sobrentendido que atentados, como la pandemia del coronavirus les llegan apenas a los tobillos a sus altos niveles de conciencia alcanzados, que convocan el aplauso entusiasmado de los dioses.