Cultura

Contra la perversidad

Esperancita:

no estoy seguro de lo

que vendrá,

pero este amor

es tuyo,

y este baile acompasado

en la sala a media tarde;

y este beso robado

a punto de dormir.

He de decirlo:

tengo miedo.

Pero no me resigno

–tú tampoco lo hagas–

a ese encierro

de prejuicios,

que intenta imponer

una sola forma de vivir,

de divertirse,

y encarar la muerte.

Eso, también

hay que decirlo,

es perversidad

y es una pandemia.

Abre tus largas

pestañas, hija,

y siente en el latido

del aire, que también

existe la ternura.

En nosotros,

en nuestro amor,

alcanzaremos

la libertad.