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Cultura

Mala idea

María Teresa Jardí

No entender que el imperio yanqui dejó de ser “el imperio” y pasó a ser un país más en manos de un demente es muy mala idea. Y en peor idea se torna el hecho siendo vecinos de ese monstruo herido de muerte. La historia ha demostrado la importancia de la dignidad frente al enemigo. Se puede estar de acuerdo con el recuento mañanero del desastre dejado por las anteriores administraciones que convirtieron al país en rancho en el que se usaba como la caja de las monedas al erario de la nación mexicana. Pero no es del todo novedoso decir lo que antes otros dejamos por escrito en los medios que nos dieron el cobijo para hacerlo. En POR ESTO! está dicho por mí, en un pasado no tan remoto. La novedad se encuentra en el hecho de que hoy desde el gobierno se reconozca el desastre creado por los antecesores que han sido perdonados, pero no todos.

En manos de los mismos continúa la aplicación de una condena que por lo visto es eterna. Sin entender ni siquiera que el coronavirus acabó con el imperio yanqui que en manos de Trump ha dejado se ser el imperio, que dictaba, como esbirro de los amos del mundo, todas las reglas. El imperio yanqui está tocado de muerte y no tiene salvación ninguna. Los tiempos cambian y aplicar las mismas recetas, aunque se quieran teñir de otro color, es mala idea.

Continuar con la aplicación del Plan Puebla Panamá, que negociada debió ser antes de la salida a la calle a votar por el único y último presidente votado masivamente por la ciudadanía mexicana, es no entender ni el mensaje de la naturaleza ni el cambio que el coronavirus ha traído al mundo. Nada va a regresar a ser ni siquiera lo que era antes de la aparición de ese virus que además de matar está despertando a la humanidad que se va a levantar a decir ya basta de nuestro consumismo, porque ese es el motor del capitalismo que mata y si hoy sobramos los viejos, mañana puede ser que a otro demente le sobren los niños.

Mucha suerte tiene AMLO del nivel de los empresarios que se sueñan el relevo y mucha más tenemos los mexicanos al tener a López Gatell, apoyado por la ciencia, en tanto se establece qué es ese virus que ha cambiado al mundo para bien o para mal, quién sabe. Un virus que nadie parece entender a dónde se dirige ni a por cuántos muertos más va ni con qué otros países del mundo se va a ensañar.

Un virus que deja a los pueblos inermes ante el miedo de las muchas preguntas sin respuesta que no se pueden contestar con la certeza del principio y el fin de la pandemia en un tiempo relativo. Pero que deja en claro que la humanidad no va a regresar a lo que se llevó la aparición del coronavirus.

Será conjurado el coronavirus, claro, pero quedará en el aire la certidumbre de que quién sabe cuándo, quién sabe qué otra cosa harán aparecer el grupo de dueños del mundo que decidan otro genocidio. Y, esa certeza de que igual que privatizaron el derecho a la salud van ahora por el agua que es parte de lo mismo, es lo que va a cambiar el funcionamiento de los pueblos. Es hoy o nunca. Mala idea no querer entender quiénes somos los aliados naturales de la forma de ejercer el poder por parte de AMLO. Mala idea no ver ni escuchar a las poblaciones indígenas.

Mala idea continuar con el Plan Puebla Panamá. Mala idea continuar con el devastador plan de muerte que es el mal llamado Tren Maya conocido también como tren MaLla o como Tren Romo. Uno de los actos más canallas cometidos contra México el Plan Puebla Panamá.

Flaco favor le hace el gobierno mexicano hoy al mundo cumpliendo el capricho de un demente que ha servido para demostrar que el imperio yanqui no es invencible y que no necesita el mundo ni imperios ni imposiciones de organismo internacionales ni mega empresarios ni mega comerciantes a los que también hace el favor el actual gobierno más votado del planeta por ciudadanos mexicanos de manera libre y pensada, en este difícil, pero también interesante, los humanos somos muy creativos, comienzo del siglo XXI.

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