Cultura

Primero de mayo, Yucatán y el Artículo 123

Por Tania Elizabeth Meza Pérez

La tradición

En 1885 un grupo de trabajadores en Chicago, Estados Unidos, reclamó por la reducción de sus salarios al heredero Cyrus MacCormick, el joven heredero se vio forzado a retractarse. Un año después, en 1886, despidió a gran parte de trabajadores especializados los cuales sustituyó por otros obreros no sindicalizados que usarían maquinaria de uso simple. La industria comenzaba una expansión importante, pero al mismo tiempo una sobre-explotación de trabajadores.

Las movilizaciones de trabajadores sindicalizados desde mediados del siglo XIX fueron muy activas tanto en Europa como en Norte América, sumándose poco después Latinoamérica. Estas movilizaciones eran una respuesta a las más de 16 horas laborales, viviendas insalubres, nula protección por accidentes laborales, trabajo infantil, entre otras. En 1886 la Federación Americana del Trabajo había logrado fijar un convenio a celebrar en Chicago el 1 de mayo de 1886, año en el que el Presidente de los Estados Unidos, Andrew Johnson, promulgó la llamada Ley Ingersoll para la jornada laboral de 8 horas que debía implementarse en todo el país.

Sin embargo, la negativa de varios patrones, entre ellos MacCormick, el 1 de mayo para reducir el horario laboral provocó una serie de choques entres los trabajadores y la policía, que se extendió hasta el 5 de mayo en la coordinación de 5 mil huelgas simultáneas. Conocida como “El atentado de Haymarket”, el enfrentamiento de ambas partes terminó con 31 trabajadores acusados; cinco fueron condenados a la horca y tres encarcelados.

Lo sucedido en Chicago replicó en todo el mundo y en 1889, en Francia, instauró el 1 de mayo como el Día del Trabajador, pero ¿que tiene que ver con México? ¿Con Yucatán?

Yucatán y las 8 horas de trabajo

La réplica de lo acontecido en Chicago en 1886 y su conmemoración el 1 de mayo llegó a México de manera muy temprana, incluso asesorados por los mismos grupos obreros estadounidenses. La exigencia de jornadas laborales de 8 horas tiene su episodio mayormente reconocido en la Ciudad de México por obreros de la Casa del Obrero Mundial en 1913. Pero, las primeras huelgas obreras-campesinas en México por condiciones dignas laborales se registran en Cananea, Sonora, en 1906 y Río Blanco, Veracruz, en 1907 que también exigían la mejora en condiciones laborales y por igual, culminaron en el asesinato de trabajadores.

Pero qué sucedía en la península de Yucatán: el registro de una movilización por cuestiones laborales a cargo de la Unión Obrera formada en 1907. Grupo de corte anarcosindicalista, influenciada por socialistas y anarquistas europeos, y cubanos principalmente, que tenía como fin presionar las negociaciones con los patrones y obtener la paga justa, una jornada laboral de ocho horas, así como la seguridad en el trabajo, las cuales recaía directamente en las firmas de Eusebio Escalante y La Agencia.

Sin embargo, La Unión durante aquellos años fue calificada como anarquista y desarticulada por las autoridades, quienes arrestaron a sus miembros, además de expulsar a emigrantes españoles y cubanos del estado; finalmente se prohibió cualquier publicación que no fuera la oficial. Fue hasta 1911 que los obreros ferrocarrileros se reorganizaron y conformaron con personal de oficinas generales y tráfico de ferrocarriles: La Alianza Mutualista de Empleados de Ferrocarril, una agrupación con el fin de “El mejoramiento social, moral e intelectual de cada uno de sus miembros, para la defensa de los intereses colectivos por medio de la unión para vigilar que sus componentes cumplan con las obligaciones contraídas por las empresas y cuiden de los intereses de las mismas y de más fines”, de acuerdo a Vindicación social, La defensa de los obreros ferrocarrileros de 1915.

La Alianza comenzó una huelga en Mérida que estalló el 26 de abril 1911 por un aumento salarial, a la huelga se le sumó la Sociedad de Trabajadores Marítimos, en Puerto Progreso, asesorada por el joven Héctor Victoria Aguilar. La huelga fue resultado de lucha por derechos laborales ya pronunciados años atrás, al que se sumó el reconocimiento jurídico de un convenio colectivo del trabajo con la empresa. La huelga logró el incremento salarial, pero las peticiones de las condiciones laborales tardaron más en llegar.

Esta primera experiencia marcó al gremio obrero yucateco e impulsó a uno de sus mayores representantes: Héctor Victoria Aguilar, hijo de un ilustre docente de Conkal, quien estudió el bachillerato en el Instituto Literario de Yucatán (máxima casa de estudios de la época en la región) hasta la edad de 20 años, cuando abandonó sus estudios por la muerte de su padre. Comenzó a trabajar en los talleres mecánicos de La Plancha de ferrocarriles, donde perdió un ojo por un accidente laboral que lo dejó incapacitado.

Aquella experiencia lo llevó a formar parte del sindicato de trabajadores durante los años de huelga 1907-1911 y a participar de manera activa en la política local. Formó parte del grupo para la elaboración de la Constitución Estatal junto a Salvador Alvarado, en 1915-1916, una de las más avanzadas de su época al introducir la jornada laboral de 8 horas: salario justo, reducción del trabajo infantil, indemnización por accidente laboral, derecho a huelga, creación de un departamento de Trabajo, apoyo a las sociedades mutualistas y tribunales laborales.

Finalmente, la Ley de Trabajo del 11 diciembre de 1915 fue definitiva para que Héctor Victoria fuera elegido como Candidato a Diputado Constituyente para representar a Yucatán en las futuras discusiones del Congreso Constituyente por el Artículo 123, es decir, elevar la Ley del Trabajo de la Constitución Yucateca a la Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos: salario mínimo, una jornada laboral de 8 horas con descanso semanal, la seguridad de salud para trabajadores, la seguridad social, los tribunales de conciliación y arbitraje, así como la prohibición de trabajo nocturno para las mujeres y menores de edad, algunos de los cuales ya se habían negociado desde 1912 y que se efectuaban en Yucatán después de 1915.

Asimismo, los cambios políticos y económicos a nivel nacional y global tocaban a la península. En 1918 al finalizar la Primera Guerra Mundial, Yucatán se vio directamente afectado al ser Estados Unidos su principal comprador de henequén, aquello lastimó la economía yucateca y al sector vinculado a ésta. Las protestas por la falta de pagos y la presión desde el Centro por Venustiano Carranza hizo abandonar su puesto de Gobernador al líder ferrocarrilero Carlos Castro Morales y en su lugar como “gobernador interino” Felipe Carrillo Puerto, impuso un nuevo “Código de Trabajo” con una serie de demandas polémicas, como el derecho a huelga sin arbitraje, la jornada de 8 horas, la semana inglesa, todos aprobados en diciembre del mismo año. También vale la pena mencionar que una vez siendo gobernante Felipe Carrillo Puerto conmemoró el 1 de mayo de 1923 con la apertura de una biblioteca popular, la reimpresión del seminario Tierra, el reparto de juguetes a niños pobres, la inauguración de la temporada de baseball y la presentación de una comedia

Finalmente

Yucatán es conocido por ser un laboratorio político y cultural de México entre 1915-1924, no sólo de derechos laborales, también culturales y políticos, donde el trabajador era el núcleo de toda la política pública. Hoy a más 100 años estamos en un panorama laboral complicado, no sólo por la falta de leyes que protejan a los trabajadores, por igual reduce y prioriza trabajos que generan dinero a las empresas, pero no seguridad a sus trabajadores.

En un clima como el que hoy vivimos, 1 de mayo del 2020, con un confinamiento necesario los trabajadores no están “protegidos” contra un elemento invisible, pero sus actividades son necesarias para que el mundo siga funcionando: los médicos, enfermeras, camilleros, personal de limpieza, chóferes, medicaros, transportistas, investigadores, maestros. Todos estos son a quienes menos se les paga y da seguridad. ¿Quiénes son necesarios?

Los trabajadores que murieron en 1886, por la reducción de la jornada laboral, son los mismos que hoy puede enferman o fallecen ante la falta de protocolos o leyes, de empresas irresponsables y corruptas, de un sistema de salud y seguridad mermado en los últimas décadas. Héctor Victoria Aguilar, impulsó un derecho elemental ante su experiencia, la seguridad laboral hace más de 100 años, leyó lo que sucedía a otros como él y colaboró para que esto cambiara, hoy nosotros ¿Qué cambiaremos?