Luis Carlos Coto Mederos
José Zacarías González del Valle
Nació en La Habana el 5 de noviembre
de 1820.
Escritor y abogado. Ejerció como profesor
en la Universidad de La Habana. Escribió
novelas y colaboró en publicaciones de Cuba.
Formó parte del círculo de intelectuales que
se reunió en torno a Del Monte. Cultivó
ocasionalmente la crítica literaria.
Murió en Sevilla el 17 de octubre de 1851.
1062
La alameda de Paula al morir el día
Al vasto mar que su inquietud reprime
lo agita apenas con murmullo grato
el aura débil que de rato en rato
sopla sobre él, y misteriosa gime:
Allá el oriente de la noche imprime
por la otra orilla su negror ingrato,
álzase humilde con sencillo ornato
de Regla el templo en actitud sublime.
La corta luz del espirante día
la faz le deja en claridad bañada,
cual si por ser de Dios noble morada
pusiera en alumbrarla su porfía,
mientras a impulso del vapor, alada
cruza una nave la gentil bahía.
1063
Recuerdos de Matanzas
Cuando a las olas de tu vasto puerto
llegaba en el vapor, que en su carrera
asemejarse al ave bien pudiera
cruzando de los aires el desierto:
No vi a la entrada en funeral concierto
negros torreones la feraz ribera
amenazando, cual dormida fiera,
pronta a dar de su rabia anuncio cierto.
Mas en cambio avisté verdes llanuras,
señoreadas de un cielo de alegría
a los rayos del sol de mediodía:
Recordé del trabajo las dulzuras;
y en vez de signos de valor y guerra,
muestras me dio de humanidad la tierra.
1064
Vosotros viviréis eternamente
Vosotros viviréis eternamente;
la memoria del bien jamás se acaba,
allá en su centro el corazón la grava,
y vivir y morir con él la siente:
Por vos el blanco agricultor, ardiente,
sin vil cadena ni ominosa traba,
el premio gloriosísimo recaba
de los sudores de su libre frente.
Cuba mece sus palmas de alegría;
y bendiciendo la memoria vuestra,
os da su amor en dulce simpatía.
Sus hijos sois, pues que tan alta muestra,
tan digna acción, tan eminente y pía,
rendirle supo vuestra digna diestra.
Miguel Teurbe Tolón
Nació en la ciudad de Matanzas el 29 de septiembre de 1820.
Colaboró en diferentes periódicos. Entre sus oficios estaban el de intérprete oficial de la Real Hacienda, profesor de retórica, historia, inglés, filosofía y esgrima. Impartió clases además de Filosofía Natural en la Sociedad Filarmónica de Matanzas.
Autor de dos obras teatrales: “Un casorio” y “Una noticia”, las cuales se representaron en Matanzas.
Prestó servicios literarios en El Faro Industrial, La Piragua, La Prensa, La Floresta Cubana, Brisas de Cuba, El Duende, entre otros.
En 1848 tuvo que emigrar a los Estados Unidos a causa de sus ideas independentistas.
Ante todo, hay que reconocer las ideas progresistas y separatistas de este patriota. Es válido señalar que hoy se puede resumir que uno de los más grandes legados que dejó y heredó su pueblo fue la creación de la bandera y el escudo, insignias de los cubanos.
Enfermo, regresó a su patria natal en el mes de agosto de 1857, tras ser anulada la condena de muerte que tenía impuesta.
Murió el 16 de octubre de 1857.
1065
Soneto
De negras sombras pavoroso manto
lúgubre envuelto el ancho firmamento:
cruje la ceiba al sacudirla el viento:
rimbomba el trueno con horrendo espanto.
Gime la humanidad y todo cuanto
respira, ay, triste en tal fatal momento,
romperse quiere con fragor violento
el Orbe todo, ante fracaso tanto:
Yo entonces solo, con incierta huella,
busco la salvación ¡oh! si la alcanzo
a la trémula luz de alguna estrella.
Allá en la oscuridad diviso el puerto...
corro... llego... un abismo ¡Oh Dios! me lanzo
y al rodar por las peñas... me despierto.
1066
A la bandera cubana
Galano pabellón, emblema santo
de gloria y libertad, enseña y guía
que de Cuba en los campos algún día
saludado serás con libre canto.
Bajo tus pliegues, con sagrado manto,
la muerte sin temor te desafía;
de tu estrella al fulgor, la tiranía
huye y se esconde en un cobarde espanto.
O derribe las flores por el suelo
la recia tempestad bramando fiera;
siempre mi alma solitaria llora
separada del ser que amor le inspira,
y al ver la luna, al contemplar la aurora,
o cuando el sol por los espacios gira.
1067
Mi propósito
Primero el corazón en que se anida
mi inmenso amor a Cuba haré pedazos;
primero romperé mil y mil lazos,
que me atan al carro de la vida;
primero del dolor la copa henchida
apuraré hasta el fin en breves plazos;
primero, como Scévola, mis brazos
pondré sobre la pira enrojecida;
primero gota a gota, lentamente,
proscrito, errante, el suelo americano
regará sin cesar mi lloro ardiente;
primero mi verdugo sea mi mano,
que merecer de un déspota insolente
el perdón de ser libre y ser cubano!